Qué país! ¡Qué país!
¡No me explico por qué nos despelotamos tanto…
si éramos multimillonarios! Ud. iba, y tiraba un granito de maíz y ¡paf!,
le crecían diez hectáreas… Sembraba una semillita de trigo y ¡ñácate!,
una cosecha que había que tirar la mitad al río porque no teníamos donde
meterla. Compraba una vaquita, la dejaba sola en medio del campo y al año
se le formaba un harén de vacas.
Créame … lo malo de esta fertilidad es
que una vez, hace años, un hijo de puta sembró un almácigo de boludos y
la plaga no la pudimos parar ni con DDT. Aunque la verdad es que no me
acuerdo si fue un hijo de puta que sembró un almácigo de boludos, o un
boludo que sembró un almácigo de hijos de puta .’
Tato Bores