Recuperar la soberanía nacional es el gran desafío
Adolfo Pérez Esquivel
Sra. Presidenta Cristina Fernández de Kirchner
Ciudadana Presidenta
Recibe el fraterno saludo de Paz y Bien
Te envío la presente carta abierta, ya que has decidido ignorar la enviada meses atrás. Es tu responsabilidad. De mi parte tengo laresponsabilidad de recordar a quienes nos gobiernan sobre los problemas
que afectan a nuestro país, en particular la situación que viven los sectores más desprotegidos y castigados. Aquellos que llevamos muchos años de militancia, caminando junto al pueblo en las buenas y las malas, lo hacemos con la fuerza y la esperanza que es posible otra Argentina más justa y fraterna. La resistencia y luchas por los derechos de nuestro pueblo son muchas veces tensas y conflictivas, pero también poseen el sabor de la esperanza al poder avanzar y acompañar el despertar del pueblo y la alegría de ver que muchos sectores sociales asumen su propio camino y son protagonistas y constructores de su propia vida y de su propia historia.
Por tal motivo vuelvo a insistir, como ciudadano que se dirige a la ciudadana Presidenta de la Nación, con la intención de hacer algunos aportes constructivos.
Comprendo que los gobernantes muchas veces no pueden llevar adelante las políticas propuestas en su programa. No es fácil empuñar el timón de un barco que debe enfrentar temporales y borrascas en circunstancias difíciles como las que vive el país y las fuertes presiones, tanto en lo interno, como en lo internacional. El conflicto con los empresarios agropecuarios es un ejemplo para tener
en cuenta. Cuando tocan sus intereses no miden las consecuencias, siendo el pueblo quien recibió las cachetadas de todos los lados. Esos sectores continuarán presionando y buscan debilitar al gobierno. Utilizan métodos de desestabilización y agudización del conflicto. Estas metodologías no son nuevas; las vienen aplicando contra los gobiernos de Bolivia, Venezuela y Ecuador No hay casualidades. Tenemos el ejemplo valeroso de Cuba que debe enfrentar permanentemente la agresión de la gran potencia.
Aquí, los del “campo” amenazan con nuevos paros y aunque no lo dicen públicamente, se siente un fuerte tufillo golpista. Hay que rechazar cualquier intento en esa dirección y hay que hacer memoria para iluminar el presente.
Es cierto que no se puede involucrar a todos los trabajadores agropecuarios en la misma política desestabilizadora, como así también el gobierno debe cambiar su actitud y asumir sus errores y saber
diferenciar a los pequeños y medianos productores rurales y tener presente que muchos de ellos pasan por serias dificultades y que tienen el derecho de reclamar soluciones justas.
Pero también debo decirte que me preocupa no saber hasta donde le interesa al gobierno, el pueblo. Una cosa son los discursos y otra los hechos. Las contradicciones son grandes. Por un lado, anuncias con gran publicidad que el gobierno ha decidido el pago de la deuda externa, al Club de París, deuda que bien sabes es inmoral, injusta e ilegítima, y como dice el maestro Caloi, el único deporte que práctica ese club es la “bicicleta financiera”. En tu viaje al corazón del mundo financiero en bancarrota de EE.UU., un gran país que perdió el rumbo, anuncias que se va a pagar a los bonistas que quedaron fuera del canje. Y todos aplauden y se asombran como monitos adiestrados, pero exigen más y más.
¿Qué esperas de esa política? ¿Que si haces bien los deberes que te imponen los que mandan, recibirás como regalo que el país sea aceptado en el sistema financiero capitalista y recibir préstamos que el país deberá devolver con intereses y la deuda seguirá creciendo hasta lo infinito y que las nuevas generaciones deberán pagarla?. Hay que pedir al Tata Dios que nos libre de semejante suicidio político y económico. En ese circuito vicioso el que siempre pierde es el pueblo Recordarás que el ex presidente Kirchner, a quien bien conoces, decidió pagar al FMI y la situación del país no ha mejorado, por el contrario ha transferido dinero del pueblo sin ninguna consulta y ha aumentado la pobreza, el desempleo, el analfabetismo. Quiso sacarse al FMI de encima pero es como los piojos, siempre vuelven; salvo que el tratamiento sea a fondo. El vapuleado INDEC se especializa en hacer dibujitos muy malos para demostrar lo indemostrable. Creo que deben tomar clases de dibujo y ética para que sean creíbles.
Todo ese escenario se presenta como un gran triunfo mediático para calmar a las fieras del mercado, pero no debes olvidar que esas fieras son insaciables y te pueden devorar. A muchos nos preocupa que el gobierno haya claudicado en los principios que en algún momento decía defender.
Nos preocupa que insista en continuar la misma política de entrega pagando la deuda externa con el hambre del pueblo y suma a los bonistas buitres, a los que el gobierno juró y re-juró que no se pagaría, que quedaban fuera del canje, pero ahora encajan. Es lógico que la ciudadanía se pregunte:
¿hacia donde va el país?
– ¿Donde está la soberanía nacional que tantas luchas, sufrimientos y esperanzas costó? Ciudadana Cristina, son muchos años de lucha, de sufrimiento y resistencia en la esperanza, y no luchamos para entregar el país y perder el patrimonio y la soberanía.
Nuestras luchas fueron y son para defender la vida y la dignidad de cada persona y del pueblo, restablecer el Estado de Derecho y participación democrática, para que las nuevas generaciones tengan una vida justa y en libertad. No para ser sometidos y dominados. La lucha por los derechos humanos debe ser transformadora de la sociedad. No paliativos para que nada cambie. Ciudadana presidenta,
hablas de los derechos humanos y privilegias a unos organismos y discriminas a otros. No hay claridad conceptual ni objetividad en las políticas del gobierno.
Los gobiernos pasan y los organismos de derechos humanos y sociales trascienden las coyunturas políticas y su credibilidad social es la coherencia entre el decir y el hacer; en el compromiso día a día con el pueblo y en su independencia de los poderes de turno. Nadie es dueño de los derechos humanos. Lo más que podemos aspirar es ser sus servidores, que nos permite construir espacios de libertad y participación en la construcción democrática, en la memoria colectiva, en la defensa de la vida y la dignidad de las personas y los pueblos.
Lamento ciudadana presidenta que no tengas la capacidad del diálogo Has optado por actuar políticamente en la confrontación, y no es buen camino. Dialogas únicamente con quienes son obsecuentes y consecuentes con las políticas del gobierno y el modelo de país que pregonas en tus discursos. Pero la realidad marca que nuestro país está sometido, entregado, malvendido y devastado y el gobierno está profundizando la política neo-liberal que llevó a la perdida de la soberanía y donde se violan sistemáticamente los derechos humanos. Hay que despertar y ver la realidad.
Debo decirte que esta carta, aunque tenga cosas que no te gusten, tiene por objeto contribuir y ayudar a encontrar alternativas correctas y no terminar en frustraciones que serían graves para el país. No queremos que fracase el gobierno que presides. Tu fracaso sería el fracaso de todo el país.
Un buen amigo recordó un antiguo proverbio que quisiera compartir contigo y dice: “Hay que parar el cuerpo, para que lo alcance el alma”. No pierdas tu alma, ciudadana presidenta Cristina; permite que el alma llegue a tu cuerpo y despierte en ti la mística de servir al pueblo y dejar que entre la luz en tu mente y corazón. Los derechos humanos deben ser comprendidos en su integridad, como parte
indivisible de la construcción democrática No se agotan en la terrible dictadura militar que sufrimos, tanto en nuestro país como en todo el continente.
Aquellos que sobrevivimos al horror luchamos con fuerza y esperanza para que el país pueda alcanzar la Paz y la dignidad que merece. Y muchos hombres y mujeres asumimos la militancia y compromiso desde la fuerza del Evangelio y tratamos de caminar juntos a los pueblos abiertos al ecumenismo con hermanos y hermanas de diversas vertientes religiosas, filosóficas, culturales y políticas. Desde ahí aprendimos a compartir el pan y la libertad; el pan que alimenta el cuerpo y el pan que alimenta el espíritu, resistiendo y construyendo en el hacer cotidiano, compartiendo la libertad que nos da la fuerza de Amar para avanzar hacia cambios estructurales y no caer en la resignación y la derrota en la que no hay otras alternativas.
Todos los días aprendemos del vivir y compartir. Ahí están las enseñanzas del querido maestro de América, Paulo Freire, quien decía: “lo contrario del amor no es el odio. Lo contrario del amor es el miedo
a amar”. Es el desafío de la Vida. Cada persona tiene su memoria personal y la memoria colectiva y algunos momentos de lo vivido nos marcan en toda la vida. Siempre recuerdo los primeros 32 días de prisión en un tubo de la Superintendencia de Seguridad Nacional, en una maloliente celda que fuera un centro de torturas. Pude ver que una prisionera o prisionero que la ocupó antes que yo, tuvo la fuerza espiritual y coraje de escribir con su propia sangre “Dios no mata”.
Nunca puedo olvidar esa fuerza del espíritu de quien, en ese momento límite entre la vida y la muerte luchaba con fe por un país más justo y fraterno para todos. Sentí y perdura en mí la fuerza espiritual del Amor y la trascendencia de quienes dieron su vida para dar más vida. En nuestra lucha y resistencia levantamos la bandera de: “No matarás ni con hambre, ni con balas”. Así surgieron las grandes jornadas de rebelión no-violenta, de ayuno, oración y marchas de la resistencia contra la dictadura. En el tiempo esa bandera continúa vigente, tenemos claro que la lucha no terminó.
Hoy el Movimiento de los Chicos del Pueblo denuncia que “El hambre es un crimen” y por decir la verdad sufren persecución, allanamientos, castigos y amenazas. Los chicos deben ser escuchados y no reprimidos.
Nos preguntamos: ¿Dónde quedó toda esa lucha de dolor, resistencia yesperanzas? No queremos que les roben a los chicos la esperanza de
construir un mundo mas justo y fraterno para todos.
¿Fue inútil el camino recorrido de resistencia en estos 25 años de
gobiernos constitucionales? Valoramos algunos avances del gobierno, como
los juicios a los genocidas, de llevarlos ante la justicia y que los
jueces determinen el grado de responsabilidad y que los culpables
reciban la condena que les corresponde; es el único camino para lograr
el derecho de Verdad y Justicia que permita al pueblo alcanzar la Paz.
Tenemos necesidad de preservar los espacios de la memoria y tener una
mirada más profunda de la situación que vive el país. Reclamamos y
llevamos a todos los ámbitos el grave problema de la deuda externa y sus
consecuencias sociales, políticas y económicas.
El Evangelio dice: “No hay peor sordo que aquel que no quiere oír, ni
peor ciego que aquel que no quiere ver”. Arturo Jauretche sabia ver
hondo en la vida y conciencia nacional, y le gustaba sacudir la modorra
del pensamiento para despertar la creatividad y su ironía apuntaba a las
contradicciones de las “zonceras de los argentinos” y conocía las
vueltas de tuerca que algunos dan en sus vidas por conveniencia y no por
convicciones.
Ciudadana presidenta, ser pragmático es ser coherente entre el decir y
el hacer, tener posiciones firmes y no dejarse llevar de las narices por
los que mandan. Sabes que el poder real no está en los gobiernos. Pero
son los gobiernos quienes tienen que recuperar el poder para gobernar
con equidad, al servicio del pueblo y no continuar con el despojo
impuesto por quienes entregaron el país a manos del capital financiero
internacional. Recuperar la soberanía nacional es el gran desafío.
Algunos compañeros gobernantes en América Latina lo están haciendo. Es
cierto que tienen dificultades frente a los poderes mafiosos nacionales
e internacionales, pero están logrando avanzar en la construcción de
nuevos paradigmas de vida para sus pueblos, son ejemplos que debemos
valorar en la lucha por la recuperación de la soberanía.
No voy a señalar en esta carta lo ya dicho en la anterior, donde planteo
ejes medulares que es necesario superar. Para lograrlo hace falta mucho
coraje y fortaleza de convicciones y la mística transformadora para
superar la pobreza, preservar el medio ambiente y luchar contra el
despojo de las tierras a nuestros campesinos e indígenas. Esto no se
puede postergar. Es urgente y hay que asumirlo antes que sea tarde.
Te reitero el fraterno saludo de Paz y Bien deseándote mucha fuerza y
esperanza.
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nóbel de la Paz
Buenos Aires, 9 de octubre del 2008