El Sec. Gral. de la CTA de nuestra ciudad y legislador electo por el Proyecto Sur, Fabio Basteiro señaló; “Un funcionario de la dictadura no puede ocupar ese puesto”.
A pocas horas de que Mauricio Macri tomara juramento al reemplazante de Mariano Naradoski, Basteiro adelantó que “vamos a tratar sobre tablas un proyecto de resolución que impida a Abel Posse ejercer como ministro de Educación de la ciudad de Buenos Aires. De esta manera dejamos en evidencia un criterio muy sentido de la mayoría de la sociedad porteña que comparte el respeto por los derechos humanos y las libertades públicas».
«Entendemos que Posse, como destacado funcionario de la última dictadura militar. esta inhabilitado moralmente para ejercer el cargo que Macri le ha asignado y además se esta violando lo previsto por el artículo 36 de la Constitución”, explicó.
En recientes declaraciones, entre otros temas, el flamante funcionario se mostró alarmado porque “vemos la degradación familiar, padres que no controlan a sus hijos, jóvenes drogados y estupidizados por el rock”. Al respecto, Basteiro opinó que son impropios de un ministro de Educación y que ratifican su absoluto desprecio por el sistema democrático y demuestran que continúa reivindicando metodologías represivas propias del gobierno militar que integró.
Posse tiene quien lo quiera
Además del jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, Posse tiene quien lo admira. El represor Luciano Benjamín Menéndez se valió de una cita del nuevo ministro de Educación porteño, Abel Posse, para defenderse en el juicio que finalmente lo condenó a la pena de prisión perpetua por crímenes durante la última dictadura.
«Bien lo dijo Abel Posse: ningún país repudió a su Ejército por lo que le exigieron sus gobiernos», dijo Menéndez, refiriéndose, entre otros, a los casos de Francia, Rusia y Estados Unidos.
Aludió así a la polémica nota de opinión que Posse difundió 24 horas antes de asumir en el Gabinete porteño, en la que cuestionó el empeño del Gobierno en esclarecimiento de los delitos de las Fuerzas Armadas, lo que generó el unánime repudio del arco opositor porteño y nacional.
«Las fuerzas éramos legales. Resulta ridículo que nos juzguen y nos condenen 30 años después de terminar con la violencia con el argumento de no haber aplicado el Código para terminar con el enemigo», se quejó Menéndez en su último mensaje antes de conocer la condena.