Por, Ing. Adrián Rodolfo Camps, Diputado de la Ciudad de Buenos Aires, Movimiento Proyecto Sur.
Efectivamente, en la Cumbre Ibero Americana celebrada en la ciudad portuguesa de Estoril, la Presidenta Argentina expresó que en las cercanías de su lugar de residencia, en El Calafate, pueden verse las marcas en las montañas producidas por los glaciares “hace aproximadamente 10.000 años” cuando se produjo la última glaciación.
Señaló asimismo que en ese momento no existía incidencia de la población humana sobre el clima de la tierra. Finalmente afirmó “Hay fenómenos que tienen que ver también con el desarrollo de ciclos evolutivos” dando a entender que el aumento de temperatura que sufre la Tierra puede deberse a la alternancia natural entre períodos fríos y cálidos en la historia del planeta. Resulta difícil encontrar, en el presente, un discurso tan reaccionario en materia de cuestiones ambientales como el pronunciado por la Sra. Presidenta. Para lograrlo habría que remontarse a las argumentaciones del gobierno de los EE UU, durante la presidencia de George Bush. En ese entonces, se apelaba a este tipo de falacias para no firmar el Protocolo de Kioto, que busca limitar la emisión de gases de efecto invernadero. Como forma de atenuar las críticas a su posición, la Dra. Cristina Kirchner expresó: “Los ecologistas me van a tratar de hereje”. No se preocupe Sra. Presidenta, el ecologismo no es una religión y nunca nadie la consideró de nuestro lado.