Por Jorge Cardelli, Diputado nacional de Buenos aires para todos en Proyecto Sur.
La sesión del Congreso nacional en la que se debía continuar tratar en particular la Ley de Glaciares fue boicoteada tanto por el oficialismo como por la oposición. El kirchnerismo, el PRO y la UCR volvieron a demostrar que coinciden en los intereses que defienden: los de los capitales extranjeros contaminantes.
Las trasnacionales mineras siguen manejando los tiempos del parlamento argentino y posponen la aplicación de una norma que va a ser fundamental en la defensa de un bien común tan estratégico y fundamental como el agua.
No haber llegado al quórum es una victoria de las corporaciones que saquean la riqueza de nuestro suelo y de nuestro pueblo. Seguir respondiendo a esos capitales es obedecer no sólo a las transnacionales que se apropian de nuestros minerales, sino también a las políticas de otras naciones.
Hay que aceptar que estamos ante una ofensiva del capital minero que se está apropiando de nuestro propio territorio, y ese avance indiscutiblemente es parte de las políticas de Estado del Gobierno nacional, y avalado por quienes se le oponen coyunturalmente sólo por las disputas propias del capital concentrado.