Por Marcelo Veneranda
La Nacion
Jueves 23 de diciembre de 2010
En 2011, su candidato a presidente será el diputado Fernando Solanas, «Pino», pero ellos pretenden construir una fuerza alternativa al bipartidismo que trascienda las próximas elecciones y agrupe a las fuerzas progresistas, al estilo del PT brasileño o el Frente Amplio de Uruguay. Pero el rasgo distintivo de esta fuerza, que ayer fue presentada como la Corriente Nacional por la Unidad Popular, radicará en su método: la democracia participativa, de asambleas, en contraposición con la representación delegativa.
En esa aventura se embarcaron dirigentes de cuatro fuerzas de centroizquierda con trayectorias vinculadas al gremialismo, como Víctor De Gennaro, titular del partido Unidad Popular, los diputados Claudio Lozano (Buenos Aires para Todos-Capital Federal) y Verónica Benas (Pares-Santa Fe) y el candidato a gobernador neuquino Julio Fuentes (UNE).
Los acompañaron los diputados Eduardo Macaluse y Liliana Parada, el legislador porteño Fabio Basteiro, la dirigente Marta Maffei y referentes de fuerzas provinciales, quienes criticaron el «pseudo progresismo» del Gobierno, al tiempo que convocaron al Partido Socialista, al GEN de Margarita Stolbizer y al Frente Cívico del senador cordobés Luis Juez.
«Nuestro leitmotiv es la lucha contra el hambre, la miseria y la inequidad social», sostuvo De Gennaro, antes de ingresar a una asamblea con 200 delegados de las cuatro fuerzas que se realizó en el hotel Castelar, donde ayer se presentó el partido.
«Articulamos con Proyecto Sur [el partido de Solanas], pero no somos la misma fuerza», agregó. Así, el partido del cineasta tendrá tres patas: su propia fuerza (Proyecto Sur), el Movimiento Libres del Sur, que lidera Humberto Tumini, y la nueva corriente presentada ayer.
Lozano remarcó que el «mecanismo de construcción» de la fuerza será asambleario, al estilo de la Constituyente Social de la CTA, para «democratizar las instituciones con participación ciudadana».
«No delegamos más. Así nos fue por delegar en un país donde ya nadie habla de esperanza ni de vida, sino apenas de sobrevivir», agregó De Gennaro, para reforzar la idea de «ágora» que buscan imprimir a la corriente y diferenciarla con la UCR y el PJ, a los que definió como «movimientos que algunas vez fueron populares, pero ahora sólo son aparatos para ganar elecciones».
Los principales dardos contra el Gobierno fueron lanzados por Macaluse, quien recordó las recientes muertes en Villa Soldati y en Formosa. «Esas muertes abren un boquete en el relato oficial. Al Gobierno le reconocemos el crecimiento económico, pero el paradigma de distribución no cambió. No existe el proceso revolucionario que plantean», opinó.
También minimizó las críticas provenientes de otros sectores de centroizquierda, como el bloque del diputado Martín Sabbatella, próximo al Gobierno. «Plantear que nuestras críticas le hacen el juego a la derecha es someternos a la resignación». De Gennaro ni Lozano se quedaron callados. «No tiene nada que ver con nosotros», dijo el gremialista, a lo que agregó el diputado: «Es muy difícil enhebrar una acción común porque están asociados al oficialismo».