Por Cecilia Merchán
DIPUTADA NACIONAL DE LIBRESDEL SUR (MOVIMIENTO PROYECTO SUR)
Pocos días atrás presentamos en la Cámara de Diputados un proyecto de ley que propone una modificación del Código Penal al incorporar, dentro de los homicidios agravados, las muertes y lesiones de mujeres por parte de hombres en un contexto de violencia de género .
No es para menos: el año pasado fueron asesinadas 260 mujeres en situaciones de violencia por el siempre hecho de ser mujer . Las cifras surgen del Observatorio Marisel Zambrano, una asociación civil que releva todos los casos que aparecen en los medios, y no de mediciones oficiales. Jamás sabremos el número exacto de mujeres que, como consecuencia de golpes o heridas, mueren en un hospital y entran en las estadísticas generales de «muerte por paro cardiorrespiratorio».
El Estado minimiza o ningunea en general esta problemática en todos sus niveles.
La Policía , mal entrenada para abordar una cuestión que la sociedad considera -erróneamente- de la «esfera privada», suele ignorar las denuncias, hacerse cómplice del victimario, culpabilizar a la víctima y realizar peritajes parciales que borran las huellas del agresor. A su vez, el Poder Judicial adolece de los mismos defectos. Los jueces no dan instrucciones claras a la Policía, tardan en dictar órdenes de exclusión y alejamiento o las anulan sin motivos claros.
A esto agreguemos el escaso presupuesto -¡8 millones para 2011! – del que dispone el Consejo Nacional de la Mujer, que es el organismo competente encargado de diseñar las políticas públicas para implementar la Ley 26.485 (Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales), que sancionamos en 2009 y cuya reglamentación vio la luz recién el año pasado.
Por todo esto, es necesario dar señales claras tanto a la sociedad como al poder público: no podemos tolerar más muertes de mujeres por violencia de género . Incorporarlas al Código Penal como homicidio agravado es un mensaje claro tanto para el potencial victimario como para la Justicia.