«Estamos ratificando una decisión que vimos en el Hotel Castelar, allá por diciembre del año pasado, respecto a construir esta Corriente Nacional por la Unidad Popular, entendiendo que estamos con esto aportando una nueva herramienta para la creación, para el desarrollo de lo que es un objetivo que venimos sosteniendo en diferentes momentos, en distintos escenarios y desde diferentes herramientas, que es la construcción de un nuevo Movimiento Político, Social y Cultural de Liberación en nuestra patria.
Y digo esto porque presentar la idea de la corriente como una herramienta que estamos construyendo, como parte de otro conjunto de herramientas que están en desarrollo, tiene que ver con algo que quienes estamos aquí, traemos, yo diría, como una definición básica de nuestra mirada y de nuestra militancia. Es la idea de que la política es una estrategia de carácter integral, que no estamos discutiendo simplemente la política cuando debatimos los actos electorales, sino que en realidad la política tiene que ver con múltiples practicas que transitan en todos los terrenos de la vida social de nuestro pueblo.
Y en este sentido me parece central empezar diciendo esto porque lo que estamos haciendo es construyendo una nueva herramienta que es parte de una estrategia general. Una estrategia general que tiene por objetivo terminar con aquella que es la clave que para nosotros hoy, organiza al mundo. Es la clave de la desigualdad.
Desigualdad que no tiene un sólo rostro, sino que tiene múltiples. Desigualdad social entre ricos y pobres. Desigualdad generacional, que tiene que ver con la situación de nuestros pibes, de nuestros jóvenes, de nuestros mayores. Desigualdad de género, con la postergación que sufren nuestras mujeres. Desigualdad cultural, por la cantidad de pueblos que son subordinados cotidianamente, en su cultura. Y desigualdad ambiental, cuando se usufructuan hoy recursos que terminan siendo privados para el consumo futuro de las generaciones venideras.
La batalla contra la desigualdad es nuestra batalla, y la decisión nuestra con la construcción de esta nueva herramienta, es aportar una herramienta más en una estrategia integral que nos permita intervenir en dirección a garantizar la situación de mayor justicia que merece la humanidad, y particularmente nuestra gente en nuestra tierra. Esta es la clave de la experiencia de lo que hoy se denominan movimientos emancipadores en la región. Es la idea de pensar la dominación, no bajo una sola cara, sino entender que la batalla contra la dominación es múltiple, y se da todos los días. Y es por eso que, por lo tanto, si el tema es así, la estrategia nunca es una sola cosa. La estrategia es electoral, es sindical, es social, es cultural, es en todos los planos donde nosotros venimos dando esta batalla contra la desigualdad.
Y creo que estamos planteándonos esto en un momento, todos son momentos particulares ¿no? Todos. Pero este momento particular tiene algunas características, y por lo menos, para aportar algún elemento al debate que seguramente tendrán las comisiones y nuestro plenario, yo diría que hay un conflicto, una contienda hoy, entre esto que de alguna manera decía Víctor en el video, esa calle que reclama cambios, e incluso la responsabilidad de la dirigencia de hacerse cargo y encauzar esa perspectiva de cambio, yo diría la potencialidad de un momento en donde la posibilidad de afirmar una estrategia de democratización y desarrollo existe para nuestro pueblo; y por otro lado, lo que es una estrategia del sistema que nos convoca una y otra vez a presentarnos la contienda electoral de octubre de 2011 como una simple confrontación entre mantener el presente, es decir, lo que hasta aquí ocurre, o discutir el pasado.
El pasado bajo el formato de la Alianza o del alfonsinismo, el pasado bajo el formato de los 90. Nos pretenden clausurar la discusión del futuro. Nos quieren robar lo que es constitutivo de la práctica política, que es la utopía de que puede hacerse otra cosa, que lo que es la situación de injusticia hoy vigente en nuestro país. En este sentido, me parece que están incluso cargando este presente de una idea, que es la idea de decir que este es un presente de inclusión, es decir, nos llaman a elegir entre el presente o el pasado, pero además nos dicen que este es un presente de inclusión. Y la verdad, es que esa operación política viene cargada de un objetivo concreto, que es que termine resultándonos natural la desigualdad, y que termine resultándonos natural que nos clausuren el debate del futuro.
Y cuando digo naturalizar la desigualdad, lo digo porque permanentemente nos llenan los discursos, las presentaciones públicas, la información con datos que hablan de las tasas de crecimiento, las tasas chinas, obviamente también, con indicadores adulterados en muchos casos, como bien lo saben los compañeros nuestros que vienen resistiendo en el INDEC el proceso de intervención desde el año 2007. Pero nos dicen, que en realidad hablan de las tasas de crecimiento, pero nada dicen del mantenimiento del patrón de desigualdad que sigue vigente en la Argentina.
No nos dicen que el 40% de la población más pobre se queda con apenas el 14% del ingreso y que apenas el 20% de la población se lleva más del 52% del ingreso generado. Y no nos dicen que el hecho de crecer con ese patrón de desigualdad, determina que hoy en la Argentina, 6 de cada 10 tengan problemas en nuestro país. A nosotros no se nos escapa que si hacemos una comparación con las honduras de la última crisis, vamos a encontrar una situación relativamente mejor.
Es como si uno se hubiera conformado en 1993/94, cuando Cavallo comparaba la situación imperante con la de 1989/90. Nosotros sabemos que la situación es distinta, pero sabemos también que la Argentina que tenemos está muy distante de la Argentina que necesitamos. Y socialmente tiene que ver con que 6 de cada 10 tienen problemas. Hay 3 que son pobres y 3 que les cuesta llegar a fin de mes. Esta es la realidad de la denominada “Argentina de Inclusión”.
Pero no solo nos llaman a naturalizar la desigualdad y estos efectos, sino que también pretenden que naturalicemos el saqueo del futuro. Nosotros sabemos que la senda de crecimiento que la Argentina sigue hoy, la sigue en el marco de un modelo extractivo, asentado en la explotación a rajatabla de una base de recursos naturales, que implica postergar y poner en cuestión el futuro de la Argentina.
Sabemos que hay una clave que cuestiona el futuro. Porque no solo tenemos un 30% de pobres, sino que cuando uno mide la situación en términos de nuestros pibes, claramente la Argentina es un fenómeno de infantilización de la pobreza, donde casi 5 de cada 10 pibes se encuentran en esa situación.
Y junto con esto también, a esa lapida sobre el futuro que supone la postergación de nuestros pibes, se le agrega el hecho objetivo de estar destruyendo la base formidable de nuestros recursos naturales, expresada en el agotamiento de los hidrocarburos, expresada en el hecho de destruir los cursos de agua en nombre del oro y en nombre de la explotación a cielo abierto de la mega-minería, expresada en arrasar con los bosques, expresada en arrasar con la riqueza ictícola, y expresada también en todo lo que tiene que ver con destruir la perspectiva de futuro que en materia de recursos naturales tenemos, haciendo del proceso de sojización – más allá de cuando se llenan la boca – tenemos 6 millones de hectáreas más de soja, como resultado de la experiencia de desarrollo de la política agropecuaria a nivel gubernamental.
Esa es la realidad que efectivamente tenemos. Por lo tanto, nosotros estamos presentando nuestra Corriente en un contexto donde ellos pretenden invitarnos a una contienda donde lo único que parece que tenemos que discutir es el presente o el pasado, cuando este presente, por lo que estoy diciendo, está cargado de futuro y tiene como clave principal… me corrijo, esta cargado de pasado, y tiene como clave principal afanarnos el futuro.
En este sentido, nosotros decimos que el momento actual presenta esta posibilidad que planteaba Víctor en el video, porque hay un conjunto de cuestiones que vale la pena poner sobre la mesa. Y es lo que le da sentido a persistir en el intento. Hay una situación de crisis como nunca hubo, del capitalismo a escala mundial, y esto, más allá de que para algunos supone una situación compleja, todos aquellos que somos parte del mundo en desarrollo, de los denominados países dependientes, sabemos que la existencia de crisis en los países centrales supone la apertura de condiciones para que pueda emerger o que puedan emerger proyectos con mayor autonomía en nuestras naciones.
En segundo lugar, tenemos una realidad concreta que es América Latina, donde la presencia de gobiernos populares y de movimientos emancipadores nos abren también la posibilidad de que desde esta región podamos discutir una estrategia diferente de inserción en el contexto internacional. Y en tercer lugar, en la Argentina sigue vigente la crisis de representación política que se puso en marcha con el cuestionamiento popular de 2001/02 que atravesó al conjunto del sistema político tradicional, y que desde ese momento en más indica que pueden explicar una y otra vez, pero no terminan de convencer de que eso es lo único que puede hacerse en nuestro país. Estas tres condiciones: Crisis mundial; América Latina y el contexto de cuestionamiento que nuestra sociedad hizo del sistema político tradicional, son las condiciones que le dan posibilidad al tema de construir una propuesta política de orden nacional que pueda plantear una alternativa diferente. Y en ese sentido, esta corriente tiene un conjunto de definiciones, que más allá de que no las hayamos establecido como marco para juntarnos, más allá de que no organizamos un debate, lo cierto es que nuestras prácticas a lo largo y a lo ancho del país, tienen que ver con estas cuestiones. Y en este sentido, en realidad, una de las primeras características que nosotros tenemos, es que nosotros hemos puesto en cuestión las identidades históricas de la Argentina.
Nosotros entendemos que las experiencias populares tal cual las conocimos, las experiencias del peronismo, del radicalismo, los aportes de la izquierda, que tuvieron tanto valor en el desarrollo popular, hoy no están en condiciones de darle respuesta, ni al mundo que hoy tenemos, ni a la Argentina que hoy tenemos.
Es necesario superar estas identidades en la construcción de una identidad nueva. Y en este sentido, entendemos que por la historia de nuestro país, hay un segundo criterio que nos resulta común: que es muy difícil gobernar la Argentina si no existe una organización política de los trabajadores. Esa es una segunda clave de nuestra construcción, y por eso buena parte de los que aquí estamos hemos invertido e invertimos tiempo en el desarrollo de nuestra Central de Trabajadores de la Argentina.
Nosotros también creemos que en el contexto que tiene el mundo hoy- donde la concentración y la trasnacionalización están a la orden del día- el dinero, el capital, tiene la capacidad de votar todos los días, mientras nos invita a nosotros a votar una vez cada 2 o cada 4 años. Por lo tanto, nosotros sabemos que si bien hay que construir corrientes político-electorales, como la que estamos construyendo aquí para disputar las instituciones que existen, también sabemos que hay que crear una nueva institucionalidad popular que permita que la participación de la población en las decisiones sea mucho más permanente que el voto cada 2 o cada 4 años.
Sabemos también cuando hablamos de crisis de representación, que eso no involucra exclusivamente a las experiencias tradicionales como pueden ser las estructuras del Partido Justicialista o de la Unión Cívica Radical. Involucra a las experiencias que hemos vivido y que han fracasado de la propia centro-izquierda.
Nosotros sabemos de la importancia de las referencias en materia política, y de hecho acá, en el ámbito sectorial, local, regional o nacional, hay distintas referencias presentes. Pero esas referencias sirven si están en capacidad de favorecer y de fortalecer el desarrollo en cada territorio, si están en capacidad de bancar el vínculo con las organizaciones populares; si están en capacidad de crear herramientas para intervenir de manera cotidiana y permanente en el conflicto social.
No nos alcanzan las referencias sin anclaje territorial o divorciadas de las organizaciones populares.
Y es por eso que del mismo modo que pensamos la construcción política entendiendo el agotamiento de las viejas experiencias populares, entendiendo que en la Argentina hay un lugar prioritario para la organización de los trabajadores, ocupa una clave principal de nuestra construcción el desarrollo de la experiencia de la Constituyente Social, desde Jujuy a Neuquén, y en cada territorio, como marco para avanzar en el proceso de democratización de la construcción política en la Argentina.
Desde estos criterios, que nosotros tenemos, que nos definen, que son parte de nuestras prácticas, es que también tenemos objetivos concretos, y concretos en el momento actual, porque en esta coyuntura -donde está en tensión la propuesta de la dominación, de llevarnos a votar entre el presente y el pasado, versus la potencialidad de cambio que el contexto mundial y el de América Latina y desde nuestro pueblo nos abre como posibilidad- nuestra Corriente tiene un papel que jugar.
Y es en ese marco donde nuestro aporte es ser capaces de promover el espacio más amplio de articulación de las organizaciones y las fuerzas populares, para abrir una perspectiva nacional, de cara a octubre de 2011, que nos devuelva futuro, y no simplemente la discusión estancada que nos quieren proponer. Y en ese sentido, sí quiero referirme a un tema que de manera tangencial hizo referencia Víctor en la presentación, y que tiene que ver aparte con que nosotros nacimos en el Castelar, como Corriente, y tomamos una determinación: que fue acompañar la candidatura del compañero Pino Solanas a la presidencia de la Nación. Nosotros no definimos esto por una cuestión de orden personal, lo definimos porque entendíamos que eso era una prioridad, que no podíamos permitir que el proceso de cuestionamiento popular abierto en el 2001 se cerrara en octubre y nos vinieran a convencer que las políticas progresistas tenían sede en el PJ a través del kirchnerismo o sede en el radicalismo a través de Alfonsín.
Nosotros seguimos entendiendo la necesidad de una construcción que abra la puerta de la participación popular, que tenga autonomía de las estructuras tradicionales, que tenga autonomía de las estructuras del poder económico vigente. Se habla mucho de cuestionar el bipartidismo, y nosotros sabemos que el bipartidismo estalló hace ya mucho tiempo, pero cuando ponemos un límite, cuestionando las estructuras nacionales del justicialismo y la Unión Cívica Radical, no lo ponemos en el aire, lo ponemos porque decimos: ¿qué diferencia hay entre un gobernador como Gioja, que destruye el ambiente de la mano de la mega-minería, y un gobernador como Brizuela del Moral en Catamarca, que hace exactamente lo mismo? ¿Qué diferencia hay de todos ellos con el gobierno de Chubut?
Las prácticas de deterioro de nuestros recursos naturales, la corrupción institucional y el obstáculo permanente a la participación popular son claves presentes en gobiernos tanto de filiación justicialista como de filiación radical. Es por esto que nosotros no validamos el acuerdo con estructuras que valoran a esos gobiernos como supuesta expresión del ideario radical o justicialista. Es por eso que nosotros decimos que esas estructuras han expulsado la perspectiva de cambio de su propio seno. Y es por eso que planteamos como marco de alianzas a todos aquellos que de un modo u otro, con sus matices, han puesto en cuestión las identidades populares, han tomado distancia de las estructuras tradicionales y mantienen autonomía y honestidad respecto a los actores del poder económico vigentes en nuestro país.
En ese marco de apostar a la democratización nos sentíamos y nos sentimos hermanados con la experiencia del Frente Cívico de Juez en Córdoba, con la experiencia del GEN de Margarita Stolbizer, con la experiencia del Frente Progresista en la provincia de Santa Fe, y con la experiencia de Proyecto Sur del compañero Pino Solanas.
En ese marco, creíamos que el compañero que en mejores condiciones estaba para expresar esta política en el plano nacional, porque venía construyendo en esa dirección, era el compañero Pino Solanas. No por una cuestión personal, sino porque temas como revisión de la deuda, recursos naturales, ferrocarriles, democratización institucional, aparecieron en el centro del debate. Temas que no son parte ni de la agenda gubernamental, ni de la agenda de la oposición conservadora.
Ahora, del mismo modo que eso no era una cuestión personal, nosotros tampoco estamos acá para debatir sobre decisiones personales o decisiones de otra fuerza, decisiones absolutamente respetables. Todo el mundo sabe qué es lo que cree que está en condiciones de aportar en cada coyuntura. Lo que sí nosotros tenemos que ratificar y decirnos acá, es que si efectivamente se consuma la deserción del compañero Pino Solanas de la candidatura nacional, es responsabilidad de esta Corriente Nacional por la Unidad Popular dar todos los pasos posibles para garantizar que octubre del 2011 no implique presente versus pasado, sino que implique poner en debate el futuro de los argentinos. Muchas gracias compañeros».
Discurso apertura de Claudio Lozano en el Congreso de la Corriente Nacional
27/04/2011