En nuestra primera aproximación al Proyecto de Presupuesto oficial para el 2012 señalamos que se trataba de una propuesta mentirosa e irresponsable. Esta última valoración tenía que ver con que en tanto el proyecto eludía cualquier estrategia seria para fortalecer la debilitada situación de las cuentas públicas, inducía y encaminaba a la Argentina a retornar a un nuevo ciclo de endeudamiento.
En esta comunicación nuestra vemos cómo la presentación mentirosa del Proyecto de Presupuesto oculta un importante déficit de más de $47.000 millones de pesos.
En el cuadro que adjuntamos a continuación, se compara la presentación oficial de la Secretaría de Hacienda (SH) con nuestra estimación (EP). La diferencia es que en la estimación nuestra se agregan los recursos que el presupuesto oficial subestima al falsear la tasa de inflación (agregamos más de $28.000 millones) y en los gastos cargamos los incrementos de salarios, jubilaciones, asignaciones y subsidios con el mismo comportamiento del año 2011. Así las cosas, el superávit financiero de $1443 millones se transforma en un déficit financiero de $47.532 millones. Cabe consignar que esta cifra multiplica por cuatro el déficit en el que se incurriera en el 2011. Además, la presentación oficial arribaba al mentiroso superávit que expone computando el aporte de $14.000 millones correspondientes a unas inesperadas e insólitas utilidades del BCRA y al uso de $10.400 millones de utilidades del ANSES. En suma, y para ser precisos, manteniendo el comportamiento del gasto del 2011, computando el aporte del BCRA y del ANSES, e incluso suponiendo mayor recaudación que la declarada, se arriba a un Déficit Financiero de $47.000 millones.
Alguien podría decir el gasto evolucionará menos. Pues bien esto implicaría mayor deterioro salarial, jubilatorio y de las asignaciones familiares, al tiempo que implicaría ajuste de tarifas.
Sin nuevas políticas que replanteen el esquema fiscal, la propuesta oficial tiende a endeudarse para no ajustar.
Es interesante observar las autorizaciones de endeudamiento que incluye el Proyecto de Presupuesto oficial. No solo se oculta un déficit financiero que habrá que enjuagar con nuevo endeudamiento, sino que se requiere del Parlamento autorización para endeudarse o avalar deudas por U$49.328 millones o $217.043 millones. En ningún caso se explicita con claridad, los términos de tasas, plazos y acreedor, y a la vez se pretende convalidar por esta vía la efectivización de obras que merecerían más discusión (caso de las hidroeléctricas de Santa Cruz y Neuquén) o que parecieran inconvenientes (caso contrato trenes chinos).
El cuadro que adjuntamos explicita lo descripto. Como puede verse el artículo 43 pide la autorización para el uso de reservas en un contexto donde no solo no existe una cifra de libre disponibilidad de una magnitud, sino que a la vez se pretende autorizar esta estrategia en un contexto donde la Argentina (fuga de capitales mediante) exhibe un balance negativo en su flujo de divisas. No tiene los mismos efectos plantear el uso de reservas en un contexto de superávit externo que en uno de déficit. Los artículos 44 y 45 nos hablan de letras del Tesoro (seguramente intra sector público) sin tampoco explicitar cuál será la fuente de financiamiento. Por cierto, la posibilidad de que el Tesoro se financie debilitando las prestaciones previsionales y sanitarias vía colocación de deuda sobre el ANSES y el PAMI es la que en la práctica estaríamos habilitando si esto se aprobara sin mayor precisión.
El artículo 46 le otorga vía libre al Ministerio de Planificación para endeudarnos por U$9.178 millones y a la vez el 52 lo autoriza a disponer de avales y garantías por U$27.885 millones.
En síntesis, un cheque en blanco por U$49.328 millones o $217.043 millones.
