El paquete de leyes que el Poder Ejecutivo solicitó al Congreso es un popurrí un tanto extraño, una “mezcla rara de Musetta y de Mimí”.
Por un lado lo nacional y soberano, una ley para frenar la extranjerización del territorio argentino, y por otro ¿aumentar las penas x terrorismo? ¿Quién se lo pidió a la presidenta? ¿Obama? ¿O es ella?, que no sólo detractó el derecho de huelga de los trabajadores en su discurso de asunción, quien pretende disciplinar encubiertamente la protesta social: la que está y la que se avecina.
Las organizaciones de DDHH, aún las “amigas del gobierno” están en contra de aprobar esta norma y la derecha la va a votar a dos manos.
Pensemos, sólo hubo dos atentados terroristas en la Argentina y, si no fueron resueltos no es por falta de leyes, sino por inmoralidad.
Claramente este proyecto lo vamos a votar en contra.
Respecto al proyecto de tierras que impulsa el oficialismo, advertimos en la comisión que la venta del territorio nacional si bien se limita no se frena (habilita a vender un 50% de lo que ya está en manos de extranjeros) y que no protege adecuadamente las zonas de seguridad o de frontera. También solicitamos suspender este tipo de ventas por el plazo de 180 días (fijado para efectuar un relevamiento de propiedad y tenencia) con la finalidad de evitar la especulación financiera e inmobiliaria.
No obstante, y más allá de insistir en que se fije el tope en el 10% y se corrija la delicada situación fronteriza y de apertura a capitales especulativos, se ha mejorado mucho el proyecto original. Han incorporado algunas de las cuestiones muy delicadas que desde el Frente Parlamentario contra el Hambre les hicimos llegar (como la proporcionalidad por provincia y municipios, que la limitación incluya a países extranjeros, para evitar el acaparamiento).
Esas preocupaciones son sólo algunas de todas las que centenares de organizaciones sociales, campesinas, urbanas, indigenistas, académicos y estudiantes han efectuado en la Audiencia Pública que hicimos en el Congreso el mes pasado.
Aspiramos que esta ley sea el puntapié inicial para seguir tratando la cuestión de la tierra en la Argentina, el proceso aniquilador y extractivo de producción, la concentración, la defensa de nuestros los pueblos originarios, de los verdaderos dueños de la tierras, la defensa de nuestros recursos naturales, y todo en perspectiva de soberanía alimentaria para toda nuestra nación.
Por último, el gobierno pegó un viraje en papel prensa, se apartó del dictamen que firmamos, y claramente no queda un proyecto de regulación del mercado para democratizar el papel y distribuir la palabra, sino para tener a Clarín acotadito con Moreno de vigilante y a los demás medios atenderlos desde el gobierno según su condición. Dejaron de lado el dictamen que también había firmado incluso todo FpV, basado en el proyecto de Cecilia Checha Merchán que evitaba todo tipo de monopolio, para dejar en pie el monopolio existente o convertirse el gobierno en el próximo monopolio. La derecha conservadora lo votará en contra por sus vinculaciones con los grandes medios opositores, y nosotros no lo podremos acompañar, porque es un desastre que no cumple los presupuestos mínimos que enarbola. Es puro espíritu, sin cuerpo legal que lo sostenga. Una vez más, sólo títulos progresistas y emancipatorios con contenidos de arbitrariedad manifiesta. Lamentable.