A diez años de haber protagonizado los hechos que marcaron a fuego la historia de nuestro pueblo, como lo fueron el FRENAPO y la rebelión del 19 y 20 de diciembre, nos encontramos con que el camino recorrido en esas memorables marchas por todo el país y la sangre derramada en los centros urbanos, no ha podido resolver ni cambiar la matriz distributiva en nuestro país.
Nuestro pueblo no ha tenido la capacidad de romper con las estructuras que lo someten; y el Estado, a través de sus representantes, no ha sido capaz de inclinar la balanza para que la riqueza vuelva a las manos de los que la producen.
Recordemos que la consigna que movilizó al Frente Nacional contra la Pobreza (FRENAPO), impulsado por múltiples organizaciones sociales, culturales, gremiales, políticas y religiosas, era “Ningún hogar pobre en la Argentina”. Debemos replantearnos hoy, por qué en nuestro país 6 de cada 10 hogares tienen problemas para llegar a fin de mes y, también, por qué 3 de cada 10 niños y adolescentes de nuestro país no perciben la asignación familiar vendida como universal por todos los voceros del oficialismo y como una de las medidas distributivas más progresistas.
Por otro lado, y citando al diputado nacional Claudio Lozano, no podemos suponer que la matriz neoliberal ha sido cambiada, cuando 7 de cada 10 grandes empresas son extranjeras ó cuando 7 de cada 10 pesos de producción de la cúpula empresarial lo realizan solo el 20% de estas firmas.
La Argentina necesita irrumpir del orden al que intentan someterla. Para esto, nuestro pueblo debe ser capaz de organizarse para llevar adelante la transformación que lo libere y, nosotros, que somos sus representantes en los distintos poderes del Estado, debemos estar a la altura de las circunstancia, atendiendo y resolviendo las necesidades de la gente.
Desde el FAP, decimos que debemos construir una fuerza de miles para poder gobernar el país. Porque esa es nuestra vocación. Para que ello resulte hay que construir unidad desde el lugar que nos toque, pero desde la diversidad, no dejando que se fracture por el solo hecho de pensar distinto. Para transformar el país debemos ser miles y esto sólo lo lograremos avanzando en organizar una fuerza que contenga a todos los que tenemos un pensamiento progresista y queremos un país con verdadera justicia social
Rita Liempe
Diputada Provincial
Frente Amplio Progresista