El presidente del Bloque Buenos Aires para Todos, Fabio Basteiro, presentó hoy en la Legislatura Porteña un proyecto de declaración de pesar por el fallecimiento de Luis Alberto Spinetta.
Los fundamentos del proyecto fueron elaborados en conjunto con sus asesores, tratando de expresar colectivamente el sentir de cada uno, todos de generaciones diferentes, frente a esta pérdida irreparable.
Fundamentos:
El día 8 de Febrero asistimos a una triste perdida: Falleció el «flaco» Luis Alberto Spinetta. Aquel pibe que por los años 60 comenzaba a soñar entre líneas y a resonar en intensidades. Aquel que comenzaba a delinear en el patio de su casa; surcando poesía y vibrando texturas en papel, lo que hoy hemos hecho carne como nuestro Rock. Esta sensación inmensa que crecía y serpenteaba mientras el flaco jugaba a la música acabó por ser algo de todos; algo muy nuestro.
Un grande que comprendía a la música desde su fragilidad, su volatilidad y su contingencia. Para el flaco la creación era un compromiso con los matices de la libertad y con el instinto de la vida. El Rock era el compromiso con el descaro; el poner en palabras y en sonidos la revolución del sentido, la subversión tierna de los términos. El flaco seducía a la formalidad y a la tradición para llevarlas a un plano de desfachatez y de desmesura de amor, de deseo y de vida plena. Las expresiones de lo superficial no tenían lugar en la viscosidad de su mundo ni en el mundo de quienes se animaban a sumergirse y a fluir junto a él. Su mundo estaba teñido de una vitalidad inconformista, siempre nueva; siempre naciendo de la nada hacia la belleza.
La luz de Spinetta era la fórmula de un delirio y los estereotipos siempre le quedaron chicos, siempre fueron sombras. Los estereotipos musicales nunca lograron abarcarlo; él siempre fue el plus que se escapaba a lo que el nombre suele intentar delimitar con certeza. El flaco fue ese modo de reproducir lo inexacto. Tan ajeno a los mecanismos y dispositivos de este mundo y sin embargo, tan cercano a él…al andar subterráneo de sus emociones. La denuncia permanente de este andar eran la fuente de su placer y de su crear.
La riqueza de su corazón hecha canción fue su universo compartido. Dar forma a lo deformado; transformar y transmutar a través de la música. Desandar los caminos de la asfixia y la represión e imprimir nuevos colores de liberación. Estas eran sus pasiones; estos fueron sus anhelos. Merodeaba siempre en la frontera del sueño y la vigilia. Así era el flaco y desde este lugar no podemos decirle más que Gracias.
Manifestamos nuestro más profundo pesar y por ello solicitamos la pronta aprobación de este proyecto de declaración.