«Participamos con orgullo y compromiso en todos los actos institucionales y callejeros de repudio al golpe de estado de 1976. Orgullo, por ser parte de un pueblo que fue capaz de terminar con el infierno del genocidio y la dictadura, de sentar en el banquillo de los acusados a los genocidas y derribar los obstáculos institucionales )obediencia debida, punto final, indultos), que una parte importante de la dirigencia política le puso al logro de justicia. Y compromiso con la decisión de terminar con las secuelas de la dictadura que aún se mantienen presentes. Compromiso para terminar con la ley antiterrorista. Compromiso para terminar con la criminalización de la protesta social que ya produjo 18 asesinatos en el último año y medio y para resolver la situación de los más de 5.000 procesados por reivindicar derechos. Compromiso para terminar con las decisiones políticas que hoy siguen planteando el pago de la deuda con el Club de Paris, originada en la dictadura y compromiso para evitar que en nuestro país se mueran diariamente 13 pibes, que no llegan al año de vida por causas evitables».