Por Fabio Basteiro
Finalmente, llegó el aumento del ABL a todos los ciudadanos de Buenos Aires. Los porteños comenzaron a recibir boletas con aumentos que van del 70 al 300%. Resulta preocupante la arbitrariedad y falta de criterio con que el macrismo lo está efectuando. El año pasado hemos votado en contra de este brutal aumento. En aquella oportunidad, advertíamos una escalada impositiva por parte del gobierno de Macri buscando subir la recaudación a cualquier costo, sin discutir criterios como los diferentes valores de las propiedades. Es evidente que con esta medida se están ocultando las verdaderas intenciones que es seguir aumentando la recaudación para destinar al pago de contratistas y no a la inversión en promoción social, vivienda, e infraestructura educativa y sanitaria, áreas pilares de nuestra ciudad.
Nosotros creemos que el aumento de ABL debe ser progresivo donde paguen más los sectores de mayores ingresos. Hay una distorsión en la estructura impositiva de esta ciudad que hace que los sectores más pudientes no paguen lo que corresponde.
No se pensó un esquema donde la carga del nuevo Impuesto Inmobiliario vaya recayendo sobre los contribuyentes de manera progresiva, permitiendo a las familias ir readecuado sus esquemas de ingresos y gastos de forma paulatina. En lugar de eso, el Gobierno espera recaudar en 2012 al menos $2.433 millones, casi $1.000 millones más que el año pasado.
Este Gobierno eligió que la recaudación aumente en un sólo ejercicio y lo logró con boletas de ABL que hasta cuadriplican su valor. Esto se ve agravado por el hecho de que el régimen de exenciones no fue revisado y el enorme aumento no contiene criterio alguno de justicia que contemple los casos de jubilados y otras personas que no cuentan con los recursos líquidos mensualmente para pagar el impuesto. Hemos planteado en la Comisión de Presupuesto la necesidad de repensar esta problemática. La promesa de que más pagarán quienes más tienen se ve decisivamente limitada por el hecho de que todas las partidas pagan 0,5% sobre su valor; y recién desde allí se aplica una tabla que busca progresividad fiscal. En definitiva, en el esquema elegido por el PRO hay boletas (de casas de menor valor) que pagarán mucho más de lo que deberían. Y otras, que van a pagar mucho menos de lo socialmente deseable.
Fuente: Diario Z