“En este modelo la inseguridad es un disciplinador social”. La frase no pertenece a un dirigente de izquierda: fue pronunciada por Alberto Martínez, secretario general de la Federación Argentina de Sindicatos Policiales (FASIPP) durante la audiencia pública convocada por Víctor De Gennaro, diputado nacional de Unidad Popular, para debatir un proyecto de ley de sindicalización de la fuerza.
Este jueves, en la Cámara de Diputados de la Nación frente a referentes del sindicalismo nacional e internacional reunidos para avanzar en un proyecto que establezca el reconocimiento a la libertad sindical a las decenas de organizaciones policiales y penitenciarias del país, De Gennaro afirmó que “el sindicato no es la garantía, la garantía es la democratización y esa posibilidad de democratización es lo que debe garantizar el proyecto de sindicalización policial que surja del debate entre las organizaciones sociales y los delegados de la fuerza”.
Asimismo, expresó que “en la experiencia sindical hay dos enclaves donde la luz de la democratización no avanzó. El primer enclave es donde se genera la riqueza, en el 84% de las empresas no se eligen delegados. El segundo enclave son las fuerzas de seguridad, y esto se da porque ambos han sido socios en el genocidio de la Argentina”, y convocó a profundizar este debate al interior de la fuerza y con las organizaciones sociales “porque esto significa construir legislación popular”.
También participaron del debate referentes internacionales como Amado Vilches, del sindicato policial SAP de Curaçao, y Luis Clavijo y Gustavo Signorelle, del Sindicato Único de Policías de Uruguay (SUPU). Este último aseguró que hay que “reconocer a los policías como trabajadores” y que “la sindicalización policial ayuda a evitar la corrupción, a tener un salario digno, y evita el desborde de autoridad permanente”.
“Tenemos esta policía porque alcanza para tapar desde el envenenamiento a la cordillera para extraer un poco de oro, hasta los conflictos sociales. La sindicalización es un plan de seguridad, porque hoy la policía está desmantelada y destruida y nuestro salario no alcanza el 50% de la canasta familiar. Esta situación es responsabilidad de los comandantes políticos de la fuerza, gobernadores o ministros de gobierno, que sólo hablan de la corrupción policial cuando la corrupción policial está enganchada a la política”, agregó Martínez, secretario general de FASIPP, federación que agrupa a la mayoría de los gremios policiales del país.
Por su parte, Eduardo Macaluse, diputado mandato cumplido y autor del proyecto original que perdió estado parlamentario, sostuvo que para mejorar la situación policial hay que sindicalizar “y crear una carrera única policial». Su explicación, muy aplaudida por los miembros presentes de las fuerzas de seguridad, resumió que actualmente existen dos escuelas, que dividen a la fuerza en términos clasistas: la de suboficiales –con estudiantes de origen pobre, que no pueden aspirar a ascender- , y la de oficiales, cuyos asistentes pertenecen a clases acomodadas y son quienes finalmente manejan a la Policía.
En el encuentro también se hicieron presentes los diputados Antonio “Tony” Riestra, Claudio Lozano, Graciela Iturraspe y Liliana Parada, de Unidad Popular; Jorge Cardelli, de Proyecto Sur; y Margarita Stolbizer, del GEN; representantes de los sindicatos policiales de las delegaciones de Chubut, Santa Fe, Buenos Aires, Corrientes, Córdoba y de la Policía Federal; Hugo Godoy, secretario general adjunto (ATE); Alejandro Garzón, secretario gremial (ATE), Daniel Jorajuría, secretario gremial (CTA); y Horacio Meguira, director del Observatorio Jurídico de esta Central, Roberto Cipriano, titular del Comité contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria y responsable del informe contra la tortura, abogados laboralistas de las organizaciones gremiales, y David Duarte, catedrático de la UBA especializado en el tema.
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