El viernes pasado, en Villa Siburu, los preparativos para dar otra batalla contra el desmembramiento social comenzaron alrededor de las 16 . Una crónica de un día de alegría transformadora.
Por Unidad Popular Córdoba Capital
El bunker de la esperanza volvía a ser el centro comunitario Germán Abdala que con mucho amor y esfuerzo, hace ya más de un año, levantaron los integrantes de la Organización Territorial Malón de la CTA.
La masa del pan iba tomando forma a empeño de tres mujeres que iluminan con su brillo la cotidianeidad del centro comunitario. Los más pequeños empezaban a revolotear, fueron los más puntuales a la cita y avezados promulgadores de la actividad.
Algo llamó la atención y despertó la euforia. Témperas sobre la mesa y una consigna: pintarse en la cara una figura que luego serviría para un sorteo de juguetes. Con los rostros llenos de colores y los ojos repletos de sueños niños y niñas de todas las edades junto a dos facilitadores de Unidad Popular realizaron una ronda de reconocimiento para conocer nombre, edades, gustos, ilusiones, etc de quienes compartirían la tarde de juegos y recreación.
Luego, todos juntos en ronda cantaron y bailaron canciones en las que hasta los más tímidos se sumaron. Así, poco a poco, con sonrisas, miradas y contacto se iba reconociendo y conformando el grupo.
Más tarde fue momento de agitarse y moverse y la tarde transcurrió entre juegos del quemado, la mancha, juegos de cooperación, etc; para concluir todos pintando y organizando lo que sería el sorteo.
Así, el momento esperado llegó junto a la merienda y se realizó un sorteo donde sólo había dos reglas: nadie se iba con más de un juguete y nadie se iba sin juguete. La solidaridad puesta en escena.
Para cuando las bolsas de juguetes ya se habían terminado, el sol empezaba a mezquinar su calor y el mate dulce acompañado de algún balance positivo empezaba a circular marcando el cierre, nunca permanente, de la actividad.