Entrevista realizada por Diario Z – Considera necesario reformar la enseñanza media, pero rechaza que el ministerio lo haga a puertas cerradas, sin consultar a docentes y alumnos. Y dice que la renuncia de Jorge Lemus no cambiará la política de salud del gobierno del PRO.
Legisladora por Buenos Aires para Todos, Laura García Tuñón fue maestra primaria y dirigente de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE). Integra las comisiones de Educación, Legislación del Trabajo, Mujer, Salud y Vivienda. En esta entrevista critica la resolución que limita la aplicación del fallo de la Corte Suprema para la realización de los abortos no punibles y la manera en que se está planteando en la Ciudad la reforma de los planes de estudios de las escuelas medias.
¿Por qué renunció el ministro de Salud Jorge Lemus?
Uno de los temas tiene que ver con la resolución sobre el aborto no punible. Recibió críticas de un lado y del otro. La Iglesia hizo unas apreciaciones muy fuertes y por otro lado hubo una denuncia nuestra en relación a que él había dicho que este tema tenía qué tratarse en la Legislatura y finalmente lo sacó por una resolución.
¿Por qué hizo esto?
Porque no hubo acuerdo en el PRO. Ellos tenían cuatro proyectos presentados, que podían unificarse en tres. Por la oposición habíamos presentado tres, pero los unificamos en uno. De los proyectos del PRO, uno era igual a la resolución, otro era más permisivo y otro menos. Los mismos diputados del PRO no pudieron consensuar un proyecto. La renuncia de Lemus también tuvo que ver con las distintas problemáticas en el campo de la salud, entre ellas, con no poder resolver la falta de enfermeros. Ésas son las dos patas por las que se corrió del cargo, aunque no se va del PRO porque sigue en la campaña nacional en el área de salud. No es que tenga desinteligencias con el PRO, hay sí un desgaste de su actividad como ministro.
¿Espera algún cambio con la designación de la oftalmóloga Graciela Reybaud al frente del Ministerio de Salud?
Estamos pidiéndole que vuelva para atrás con la resolución sobre el aborto no punible y nos deje seguir discutiendo en la Legislatura un proyecto que pueda salir por consenso o por voto de mayoría.
¿A qué sector del sistema de salud representa cada uno?
Los dos a la Asociación de Médicos Municipales. Creo que la política de salud va a seguir igual, va a seguir respondiendo a esta corporación médica que viene fijando la política de quién entra, quién no, qué director, porque al no hacerse los concursos como corresponde las designaciones se hacen a dedo.
¿Por qué dice que el protocolo de aborto es restrictivo?
Esta resolución fija algo que no fijan ni la Corte Suprema ni el Código Penal. Dice que hasta las 12 semanas se podrá hacer el aborto. En proyectos a nivel nacional que hablan de la legalización se pone las 12 semanas, pero no en el caso de la violación. Lo más seguro para una mujer es este límite de las 12 semanas, pero sabemos que bien atendida, con controles, se puede extender ese plazo. Otro tema es el de las menores de 18 años. Fija que el responsable legal firme el consentimiento, y eso también es grave. La mayoría de los embarazos que se dan por violación en las adolescentes es dentro del seno de la familia. Entonces podríamos estar pidiéndole al mismo que la violó que la autorice a abortar. Hay dos temas más. Uno es que hay que firmar una declaración jurada, algo que nosotros también pedíamos en nuestro proyecto, pero le agregan muchas más preguntas y piden información que no tiene que ver con el aspecto médico. El profesional sí tiene que cerciorarse de que ese embarazo fue producto de una violación, porque es lo que fija la ley. Pero la resolución de Lemus pide que describa quién fue, si lo conoce, cómo fue el hecho. Eso le compete a la Justicia. El cuarto y último tema es el de los objetores de conciencia. Está bien que existan, pero tiene que ser conocidos. Una mujer, cuando va a pedir un turno, tiene que saber si ese médico o médica es objetor de conciencia para no perder tiempo.
¿Los protocolos de otras provincias cómo son?
Excepto los de Santa Fe, Chubut y Santa Cruz, son todos restrictivos. El más restrictivo es el de Salta, el de la provincia de Buenos Aires es similar al que se hizo acá. Nuestra pelea mayor, la del movimiento de mujeres, es que salga la ley nacional de aborto legal, gratuito y seguro en el Congreso. Para que no haya restricciones de ningún tipo tiene que salir esta ley.
¿Cuáles son los problemas más graves del sistema público de salud?
Por un lado, los edificios de los hospitales son muy viejos. No es un problema de esta gestión, sino que son años y años de no inversión. El otro tema es que los salarios de todo el personal no son buenos. El tema salarial no se quiere discutir. Una tercera pata es la producción de medicamentos. La medicina es muy cara, porque por más que sea pública, la mayoría tiene que comprar sus medicamentos en el mercado, y el negocio de los laboratorios a nivel mundial es gigantesco.
¿Y las principales fallas del sistema educativo porteño?
Hay una gran crisis en cuanto a qué piensa la gente sobre la educación pública. Antes nadie dudaba de mandar a sus chicos a la escuela pública. Cuando yo era chica, el que no sabía, el que era medio vago, iba a la escuela privada. Hoy el 51 por ciento de los chicos y chicas de la Ciudad concurren a escuela privada. Esto tiene que ver con la desinversión del Estado. Por otro lado, la escuela media hoy no tiene mucho sentido para los chicos. Hay que rediscutir para qué se enseña, qué se enseña, cómo hacemos para que los pibes estén con ganas dentro de la escuela media.
El PRO planteó una reforma de la currícula en escuelas y fue criticado por la comunidad educativa. ¿Qué opina del tema?
El problema mayor de todas las reformas curriculares que están haciendo es la lentitud y la forma con la que las abordan. A nivel nacional, el Consejo Federal de Educación está planteando desde hace varios años que hay que hacer una reforma para unificar el sistema. La Ley Federal de Educación de 1992 fragmentó en veinticuatro pedazos la educación en el país. Cuando se hizo la nueva Ley de Educación Nacional, se empezó a buscar que en el país la educación no esté tan fragmentada. El tema es que la ciudad de Buenos Aires y Neuquén no tuvieron en los 90 el cambio de estructura que tuvo el resto de las provincias; fueron las únicas que sostuvieron las escuelas técnicas. Lo que se pretende para unificar en el orden nacional, si bien al resto de las provincias le sirve porque se le había destruido, a nosotros nos baja el nivel de lo que tenemos. Por otra parte, hubo una desidia por parte del Ejecutivo porteño de no empezar antes con la discusión. Lo mismo está pasando con los profesorados. También se exige que haya una unificación. En 2009 fue la resolución del Consejo Federal de Educación, la Ciudad se puso este año a trabajar, sin informar y sin discutir ni con los chicos, ni con los profesores, ni con los equipos de conducción de las escuelas. Hay que discutir, pero ¿por qué de arriba hacia abajo en forma vertical sin hacer una discusión con todos sobre cuál es la mejor forma?
Más allá de la falta de debate, ¿qué críticas hace a la reforma que plantea el macrismo?
Eso está un poco velado. Ellos dicen «estamos haciendo lo que nos pide Nación». En realidad, lo que nosotros vemos por detrás es que quieren hacer un achique en la educación, y que esto no se lo piden a la escuela privada. Todo apunta a un achique en los profesorados y en la escuela técnica porque no son rentables.
El ministro de Educación Esteban Bullrich sostiene que la política no debe entrar en la escuela. ¿Está de acuerdo con esta concepción?
Lo que no tiene que entrar en la escuela es el proselitismo partidario, pero todo hecho educativo es político. Enseñar es político. Si yo elijo enseñar con psicogénesis es una definición política, y si elijo enseñar con palabra generadora también. No es partidaria, pero implica una concepción sobre cómo se enseña y cómo se aprende. La política está en la escuela ante cada decisión que los maestros tomamos. Yo he ido a hablar a las escuelas como legisladora, y cuando estaba como maestra pedía que vinieran políticos a hablarles a los chicos. Lo que no me parece bien es lo que hace La Cámpora, metiéndose en una escuela con los pibes en horario escolar, con las banderas de la agrupación, ni lo que hace el PRO de ponerse las remeras «Macri 2011». Pero la política tiene que entrar, y cuanto más entre, mejores ciudadanos vamos a formar.
DZ/km
Karin Miller Redacción Z
Fuente
http://www.diarioz.com.ar/nota-10999-garcia-tunon-quieren-un-achique-en-profesorados-y-escuelas-tecnicas.html