Diputada Liliana Parada
Subcoordinadora Regional del Frente Parlamentario contra el Hambre (FPH)
Iniciativa FAO para América Latina y El Caribe sin Hambre
Semana Mundial de la Alimentación
Bogotá, República de Colombia, 18 de octubre de 2012
Buen día a todos y todas aquí presentes, representantes de organizaciones sociales de las diversas regiones de Colombia que participan del taller propuesto por el Frente Parlamentario contra el Hambre (FPH), funcionarios de Gobierno, Congresistas, y especialmente a la Diputada Alba Luz Pinilla, por su trabajo sostenido en la lucha contra el hambre.
Los FPH en su doble rol, en tanto parlamentarios elegidos por el pueblo y responsables de la elaboración de los marcos legales de reconocimiento de derechos, tienen la aptitud de establecer un diálogo institucional con las organizaciones, que trascienda la esfera local, y se erija con voz propia en el plano regional.
Es fundamental destacar la trascendencia de las diferentes conferencias de los pueblos desde el foro mundial social, la Cumbre de Cochabamba, Rio+20, entre otras, que plantea un nuevo paradigma tendiente a proteger a la humanidad y a la naturaleza toda como fuente de vida.
En este orden de ideas entendemos imprescindible generar todas las condiciones conducentes para alcanzar los objetivos que nos proponemos.
Tan importante como la unidad en la acción entre pares, es la interacción institucional, que supere las peticiones, y que de manera organizada se avance en el reconocimiento de derechos, ganando en legalidad la legitimidad de los reclamos.
Los pueblos reclaman soberanía alimentaria, mientras que los Estados sólo han llegado a acuerdos de seguridad alimentaria, concepto que está en crisis, toda vez que la especulación financiera ha alcanzado con sus tentáculos la mayor producción de alimentos a escala mundial, conllevando a su encarecimiento y por ende a su falta de accesibilidad.
Y el hambre aumentó en el mundo lugar de terminar como se había planificado para el 2012!
El 12% de los habitantes de América Latina y El Caribe, 70 millones de hermanos y hermanas viven en situación de extrema pobreza, sin acceso a una canasta básica de alimentos.
Por eso, entre todas las batallas que hay que librar, una es ir alcanzando un piso de derechos, no sólo nacionalmente, sino en la región, como un modo de estándares mínimos que vayan en pos de terminar con el hambre y de este modo contribuir en el trazado del camino que nos lleve a la soberanía alimentaria y a terminar con la profunda desigualdad existente en nuestra Latinoamérica.
Ya muchas constituciones han incorporado el derecho a alimentación como un derecho humano fundamental (de los 24 Estados en el mundo que así lo hicieron, 15 de esos Estados se encuentran entre los 33 de América Latina y El Caribe).
Hay derechos, como el derecho a la vida, que son supra legales, y la alimentación es un elemento esencial para ejercer ese derecho de manera adecuada. Sin embargo, las extremas vulneraciones nos llevan a tener que obtener su reconocimiento constitucional y legal, como modo de poner freno a un sistema que ataca a la humanidad en sus derechos básicos para subsistir como tal.
En este contexto es sumamente auspiciosa la conformación de los FPH nacionales y su integración regional, compartiendo experiencias y construyendo una suerte de estrategia común para toda la región que además fortalezca las acciones que se decidan llevar adelante en los diferentes ámbitos nacionales.
Es un paso mas hacia la construcción de un nuevo modelo a de desarrollo en nuestras naciones y en la región, que sea alternativo inclusivo y sustentable.
En el tema q nos ocupa, es necesario destacar la importancia de la legislación como contribución a garantizar el derecho a la alimentación, en tanto: fortalece la institucionalidad de las políticas públicas y por tanto su sustentabilidad, institucionaliza la problemática como cuestión de Estado, establece la orientación y los límites de una política sobre derecho a alimentación, y habilita alternativas.
Por eso, las recomendaciones hacia una propuesta basada en el enfoque de derechos son tres. Una, recuperar el diseño de políticas de corte universal, como alternativa a las políticas focalizadas; dos, recuperar el diseño de políticas transversales, como alternativa a las políticas sectoriales, y tres, generar mecanismos de participación ciudadana en la construcción de alternativas para garantizar el derecho a la alimentación.
Para su mejor concreción, es que consideramos al FPH como una valiosa herramienta para abordar la problemática del hambre por fuera de las políticas focalizadas, logrando el reconocimiento de la alimentación como un derecho humano fundamental.
Para ello, en Argentina creemos que este espacio debe estar compuesto de la diversidad de miradas, a partir de un espacio plural y multipartidario, para delinear legislaciones y políticas públicas que trasciendan la contienda partidaria y pongan en discusión los problemas más acuciantes para nuestro pueblo. Con este fundamento, entre otros, creamos el FPH, capítulo argentino, en marzo de 2011.
En este camino, entendemos que son los pueblos los que iremos construyendo la hoy tan lejana soberanía alimentaria. Y ello porque nos atrevemos a soñar no sólo que es posible sino porque creemos que ya es absolutamente necesario cambiar las reglas de este juego macabro, en el que son precisamente nuestros pueblos los que pagan con el hambre y la muerte de su gente.
En ese rumbo, los Frentes Parlamentarios contra el Hambre, debemos ser los vehículos para obtener los marcos legislativos que vayan poniéndole límites al agronegocio y a la especulación financiera.
Por eso estamos hoy aquí, acompañando esta iniciativa de «Colombia unida por el derecho fundamental a la alimentación», con la firme convicción que sus logros serán parte importante de los nutrientes necesarios para alumbrar una nueva fertilidad de nuestra Madre Tierra, que pueda tener a sus hijos sin hambre y con soberanía alimentaria!