«El estancamiento en la creación de empleo, la destrucción del empleo en blanco y el crecimiento de la informalidad laboral y desempleo son las claves del nuevo tiempo laboral en la Argentina», sostuvo Lozano, uno de los autores del informe.
El informe, titulado “Mercado laboral y dinámica distributiva», fue elaborado por Claudio Lozano y Tomás Raffo, del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), junto al equipo integrado por Ana Rameri, Agustina Haimovich y Mora Strachnoy.
En este material, sus autores sintetizan la situación laboral de períodos anteriores para centrarse en el segundo trimestre 2012, tanto en lo referido a la composición del mercado laboral como a la dinámica distributiva (2003-2012)
Para Lozano, “el estancamiento en la creación de empleo, la destrucción del empleo en blanco y el crecimiento de la informalidad laboral y desempleo son las claves del nuevo tiempo laboral en la Argentina. Tiempo acompañado, en los hechos, por el deterioro en los ingresos que provoca la inflación. Son las razones que están en la base del creciente malestar con la gestión oficial”.
Sus puntos salientes son:
- Se observa que, si bien en términos netos la cantidad de ocupados creció en 14.710 puestos de trabajo, la situación es distinta al interior de las categorías. De hecho, se destruyeron 58 mil puestos de trabajo de asalariados registrados, a la vez que disminuyó la cantidad de patrones y de trabajadores familiares. Estas caídas se vieron compensadas por un crecimiento en las categorías ocupacionales más precarias: los asalariados no registrados, que crecieron en más de 18 mil, y los cuentapropia, que crecieron en más de 191 mil.
- Al segundo trimestre de 2012, casi 3,9 millones de trabajadores (22,4% de la población económicamente activa) se encuentran demandando un empleo, de los cuales 1.252.000 están desempleados y 2,6 millones son ocupados que demandan otro empleo.
- Cerca de un tercio de la fuerza laboral (casi 5 millones) se encuentra insatisfecha con el lugar que ocupa en el mismo, y por ende está disponible para otras ofertas laborales, al tiempo que casi el 80% de la misma (casi 3,9 millones) presionan efectivamente sobre el mercado laboral en pos de mejorar su situación.
- Al interior de los asalariados, se evidencia la desigualdad entre aquellos que están registrados y ganan $4.338 en promedio, y los no registrados, cuyos ingresos rondan los $1.798. Asimismo, el ingreso de los cuentapropistas se sitúa en $2.490 promedio.
- Al observar la evolución en los ingresos de los ocupados durante el año, surge que los mismos crecieron en promedio un 25,1%, ante un incremento de los precios del 25%, es decir que mantuvieron estancado su poder adquisitivo. Sin embargo, este incremento no resultó homogéneo entre las categorías, ya que mientras el ingreso de los asalariados aumentó un 25,9% y dentro de estos los registrados lo hicieron un 26,8%; los asalariados no registrados crecieron por debajo (23,7%), ampliándose así la brecha salarial entre estos dos conjuntos de trabajadores.
- Se amplió la brecha salarial entre los asalariados registrados y los no registrados: actualmente, los primeros ganan en promedio 2,41 veces más que los segundos, cuando a fines de 2011 la brecha era de 2,35 y en 1998 era de 2 veces. El nivel que alcanza la brecha en el 2012 es similar la de octubre del 2002 (es decir luego de la brutal devaluación).
El informe destaca también que la brecha entre ambos sectores -asalariados registrados y no registrados- crece sistemáticamente hasta el año 2006, pero es recién a partir del 2007 «y casualmente de la mano de la intervención sobre las estadísticas sociales«, que la brecha se reduce drásticamente en el 2007 – 2009 y posteriormente en el 2010 – 2011. También asegura que 2012 rompe la tendencia reduccionista de la brecha, aun a pesar que a esos números «le caben también las consideraciones en materia de ‘manipulación’ de las estadísticas».
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