El gesto tuvo tanto de simbólico que algunos hasta preguntaron si esa mujer que caminaba lento, desde el centro de la manifestación hacia el cordón policial que custodiaba la Casa de Tucumán en Buenos Aires, era la mamá de Marita Verón. Pero no, no era Susana Trimarco, sino una ciudadana que había ido a protestar por un fallo “indignante”, según dijo después. Y sus pasos –decididos, imparables– eran también un símbolo de fuerza y de paz, como la que muestra Susana Trimarco desde hace diez años.Fue el gesto que detuvo la violencia en la tarde posterior al fallo absolutorio. Antes de esa caminata solitaria, un grupo de manifestantes destrozó la Casa de Tucumán, hubo heridos y detenidos, y una sensación de que la bronca contenida por el fallo se canalizó por el lado menos esperado.
Desde temprano, agrupaciones estudiantiles, de izquierda y militantes por los derechos de la mujer se habían convocado a una marcha frente a la Casa de Tucumán, en Suipacha al 100. Hasta las 18, la convocatoria iba en aumento. La calle peatonal y el boca en boca de la redes sociales sumaban cada vez más gente espontánea, que se sumaba después de su trabajo. Había madres con sus hijos, gente de traje.
Hasta ahí, no demasiadas diferencias con cualquier otra marcha. Cantos, pintadas y un reclamo conjunto: “Todas somos Marita”. Pero los cantos contra la Policía que custodiaba la Casa de Tucumán fueron cada vez más directos (“Yo sabía, yo sabía, que a los proxenetas, los cubre la policía”). Un grupo derribó las vallas de custodia y empezó a tirar piedras contra el edificio. Una piedra, otra piedra, y otra más. La marcha, hasta entonces tranquila, se rompió. Los militantes avanzaron contra el edificio, que quedó destruido . Sólo había diez policías de custodia, que se refugiaron en el interior, al igual que los empleados.
… “Vayan a clausurar los prostíbulos, ustedes son cómplices”.., les gritaban. Otra vez, gases lacrimógenos y golpes. Recién la tercera tanda de Infantería, con más de 40 efectivos, se agrupó para proteger el edificio. Pero en el camino, reprimió violentamente a manifestantes de varias agrupaciones, entre ellas el Partido Obrero, en la esquina de Bartolomé Mitre y Suipacha. Ahí hubo manifestantes y policías heridos (ninguno de gravedad), y también algunos detenidos.
Después de los primeros incidentes, la gente empezó a enterarse de que había otras manifestaciones, en Tribunales y en Plaza de Mayo. La mayoría fue para ahí.
La calma llegó cerca de las 19.30, cuando Isabel Lew, sola entre las piedras que todavía rebotaban en los escudos policiales, decidió encarar el cordón policial. Avanzó hasta donde pudo. “Tengo indignación y bronca.
Yo no vine a romper un edificio ni a pelearme con nadie.
Queremos justicia”, dijo.
Fuente: Clarin.com
Nota: La Compañera Isa Lew, es referente de la CTA Territorial Comunas 15, 6 y 11 y afiliada al BAPT en la Comuna 15. Muestra la intensidad y firmeza de nuestra militancia. Carlos Méndez