Veinte personas mueren por día en accidentes de tránsito en el país. Liempe junto con otros diputados pidió que se declarase la emergencia vial, pero el proyecto todavía no se concretó. Scioli paralizó las obras.
(Diario Democracia) Una veintena de personas muere por día en la Argentina en accidentes de tránsito. Muchos de esos hechos ocurren por impericia y por la falta de responsabilidad de quienes conducen, pero otros tantos se dan por el mal estado de las rutas y caminos.
Esta última conclusión no es antojadiza, es fácil llegar a ella revisando los datos de los choques que se producen a diario.
En varios de ellos, el desbarajuste es ocasionado por volantes que se van de las manos en el intento de esquivar pozos o por el efecto de bruscos desniveles que rompen el equilibrio y normal desplazamiento de los coches.
En Junín y los partidos vecinos, el número de siniestros viales abunda tanto como las quejas de la gente que reclama obras urgentes.Pero lejos de una mejora integral de la situación, se realizan reparaciones de a tramos -por lo general bajo la jurisdicción de municipios en sintonía con Nación-, mientras que los grandes trayectos sumidos en el deterioro no dejan de agravar su fisonomía con el paso del tiempo.
En este sentido, la linqueña Rita Liempe, diputada provincial del Frente Amplio Progresista (FAP), habló de la delicada situación en la que se encuentran varias vías de comunicación entre pueblos y ciudades de nuestra región y cargó contra la administración de Daniel Scioli. Para la legisladora, está en “serio peligro” la “integridad física y los bienes materiales” de quienes transitan por los sectores dañados.
Liempe puntualizó que las más afectadas por el desgaste y la carencia de mantenimiento son la Ruta Provincial 50, desde Lincoln a Vedia, Lincoln a El Triunfo, Vedia a General Arenales y General Arenales a Colón; la Ruta Provincial 65, desde General Arenales a Junín, Junín a General Viamonte, 9 de Julio a Bolívar, Bolívar a Daireaux; para la Ruta Provincial 68, el tramo que comprende Roberts y la Ruta Nacional 188; y, por último, en la Ruta Provincial 70, entre General Moreno y Santa Inés.
“Emergencia vial”
Como consecuencia de esa problemática, un grupo de diputados (entre los que estaba incluida la oriunda de Lincoln) pidieron hace siete meses que se declarara la emergencia vial, pero el proyecto todavía no se concretó.
Con esa iniciativa no sólo se pretendía garantizar la vida e integridad física de todas las personas que circulan por tramos deteriorados, también persigue el objetivo de proteger los bienes materiales transportados por los conductores bonaerenses.
En el proyecto, se argumenta que las rutas enumeradas “constituyen un entramado de vías de comunicación totalmente necesario para el desarrollo de la vida de los ciudadanos que habitan el noroeste de la provincia de Buenos Aires como de aquellos que transitan por tal región”.
Jerónimo Torres, asesor de Liempe y de la mesa provincial del FAP, le dijo a Democracia que la declaración de emergencia aún no prosperó, aunque el pedido fue aprobado por la Comisión de Transporte de la Cámara baja y ahora está en la Comisión de Legislación, sujeta a revisión.
Por su lado, en relación al problema, Liempe remarcó que “es innumerable la cantidad de lugares donde el asfalto se encuentra destruido y constituye un peligro constante para quienes deben transitarlo”.
“Ese estado de deterioro en el que se encuentran las rutas provinciales de la zona noroeste se agrava si tenemos en cuenta que el gobierno provincial ha paralizado las obras, privilegiando el ajuste y suspendiendo todas las mejoras que estaban previstas”, agregó la diputada.
¿Y en Ruta 7?
Por caudal de tránsito, la Ruta Nacional 7 es la más temida de las carreteras que atraviesan nuestra región. Sin embargo, los miles de autos, camiones y colectivos que la recorren no son la única razón que la hacen digna de ese respeto. Más bien, ese motivo se encuentra relegado a un segundo plano ante el riesgo que originan las roturas, pozos y ondulaciones que pueblan la carretera.
Por lo pronto, entre las obras que figuran por contrato para este año, por las cuales –según afirmaron voceros de la empresa a este diario- ya “se elevó un pedido de adelanto por necesidades reales de calzada”, aparece la repavimentación del tramo comprendido entre los kilómetros 206-258 (Chacabuco-Junín) y la construcción allí de banquina pavimentada.
Más lenta en las perspectivas aparece la construcción de la autovía en los tramos San Andrés de Giles-Junín y Junín-Límite con San Luis fueron incluidos en el presupuesto 2013.
El plan de inversiones 2013-2015 elaborado por el Gobierno nacional muestra, con todo, la previsión de una inversión considerable en los kilómetros 104 a 162, con casi 115 millones de pesos, lo cual no implica necesariamente que la autovía finalmente se construya.
Es que las obras que unen Luján y San Andrés de Giles avanzan a paso muy lento y demandarían varios meses para su finalización.
Entre las obras que están actualmente en ejecución se encuentra la construcción de una segunda calzada en los kilómetros 74-104 (autovía a San Andrés de Giles); la repavimentación de la calzada y construcción de una banquina pavimentada en los kilómetros 74-104; el ensanche de la calzada de 6,70 metros a 7,30 metros y repavimentación total en los kilómetros 139-206 (entre Carmen de Areco y Chacabuco); la iluminación del alto nivel en la Ruta Nacional 188, en el kilómetro 263 (Junín); la repavimentación de la calzada en los kilómetros 431-558; mejora de rotonda y acceso a Rufino, en el kilómetro 423; construcción de pasarela peatonal en el kilómetro 585; repavimentación en los kilómetros 603-654 (Córdoba-San Luis); repavimentación de calzada en los kilómetros 871-965 (Mendoza); construcción de una segunda calzada en los kilómetros 865-910 (desde el kilómetro 910 en adelante ya es autovía).
Rutas destrozadas: por la falta de obras crece el riesgo de accidentes
04/03/2013