El » affaire Griesa» consagra un nuevo fracaso de la estrategia kirchnerista sobre la deuda. Relato mentiroso que termina siempre del mismo modo. El oficialismo ha transformado el pomposo nombre de » ley cerrojo» en una verdadera » ley ganzúa», siempre dispuesta a abrirse para seguir reconociendo deuda y comprometiendo mas pagos a los acreedores en desmedro de las necesidades sociales y el desarrollo argentino.
Ratificamos que en materia de deuda siempre existieron y existen dos caminos.
A) seguir la solución perjudicial de los mercados que es el camino del ajuste y el nuevo endeudamiento y
B) Politizar la cuestión de la deuda, tomando el camino de la Auditoria integral de la misma recuperando en ese marco todos los argumentos de legitimidad y legalidad existentes para defender los intereses argentinos.
En este tema como en tantos otros, el carácter contradictorio y mistificador del gobierno, transitó por un hibrido que exageró el discurso político sin investigar nada y siguiendo a medias las soluciones financieras y de mercado. El resultado fue el peor. Argentina pago como nunca (los pagos netos del gobierno de Kirchner triplicaron los realizados en la década del noventa), mantiene una deuda de más de 200.000mill de dólares y, encima, andamos clandestinos y enjuiciados por el mundo.
El caso Griesa evidencia hasta que punto Argentina es presa de sus errores. Por un lado, al no politizar siguió emitiendo bonos que rifaron nuestra soberanía, reconociendo la jurisdicción de tribunales extranjeros donde nuestro país es considerado como un mero deudor comercial y no como un Estado soberano. Asumió también como agente de pago a un Banco norteamericano que debe obediencia a Griesa y no a nuestro país y, como si esto fuese poco, mantiene como abogados defensores a los mismos que, representando a Acreedores y Empresas, nos introdujeron en el Plan Brady de Cavallo y Menem siendo cómplices de la debacle argentina.
Esta solución de mercado llega tarde y mal, habiéndose privado la Argentina de pasos tan elementales como la verificación de los montos de deuda en discusión. De mas esta decir que este camino no termina aquí. Al reconocimiento de los 11.000 millones de dólares se agrega la ilegitima deuda del Club de Paris y las demandas del CIADI que penden sobre la cabeza de los argentinos por efecto de la irresponsabilidad oficial.
La decisión Argentina de ceder frente al apriete de Griesa implica una nueva oportunidad perdida. El anacrónico Fallo Judicial, que camina a contramano del mundo, era la oportunidad para patear el tablero rechazándolo de plano, buscar el respaldo de América Latina e iniciar la investigación de la deuda pública, como vía para recuperar todas las herramientas de defensa de los intereses argentinos. En lugar de terminar con los bonos que renuncian a nuestra soberanía, transformar al Banco Central en nuestro agente de pago, dejar de dormir con el enemigo dando de baja el estudio de abogados de los acreedores, el gobierno argentino ha aceptado el chantaje del mercado, asume los 11.000 millones y se abre a seguir siendo presionado para pagarle al Club de Paris y asumir los más de 200.000 millones de dólares del CIADI, en un contexto donde desde hace dos años el Estado no logra cubrir los vencimientos con fondos genuinos, debiendo recurrir al ANSES y al Banco Central para afrontar la deuda que hoy tenemos.
Unidad Popular rechaza la estrategia oficial y ratifica que la tan mentada política de desendeudamiento ha sido la máscara para maximizar los pagos en el momento de mayor crisis social de los argentinos. El objetivo, para UP, sigue siendo afirmar una política soberana que minimice pagos y fortalezca nuestro desarrollo.