Víctor De Gennaro, diputado nacional por Unidad Popular, dio la siguiente entrevista a Diario Popular. «Tomada habla contra la precarización laboral y tiene el 30% de los trabajadores precarizados», afirmó.
(Diario Popular)- ¿Por qué decidió ser dirigente sindical, y no dirigente político?
-De casualidad, en realidad yo creo que siempre fui dirigente político, soy un militante político. Mis primeras actividades siempre fueron más sociales.
– ¿Viene de una familia peronista?
-Sí, vengo de una familia peronista, no militante. Mi vieja era ama de casa y mi viejo trabajador de minería. Yo laburé en minería porque mi viejo estaba ahí, y era la época en la que uno entraba al trabajo del viejo, mi hermano también trabajó en minería.
-¿Cómo lo encontró la Dictadura?
– Bueno, si vos me preguntás por qué soy sindicalista, en realidad, creo que es por la Dictadura. Yo era secretario general de la Junta Interna de Delegados en Minería y secretario de Organización Gremial de la Capital Federal de ATE y subestimamos a la Dictadura, no pensábamos que iba a pasar eso. Ese 24 de marzo, fuimos a la mañana y escribimos en el pizarrón: «Compañeros, la única legalidad que reconocemos es la que emana de la legitimidad del voto de ustedes. Por lo tanto, vamos a seguir siendo sus representantes sindicales hasta que ustedes decidan lo contrario. Ante cualquier atropello dirigirse a los delegados para que actuemos en consecuencia»; y firmamos con nuestros nombres. A los dos meses me mostraron la foto y me echaron. Y ahí empecé a encontrar otro país y otro mundo.
– ¿Cuán lejos, y cuán cerca estaba de la JP?
– Nosotros sacamos un documento que decía «Ni Juventud Sindical, ni JTP», sino que era «Agrupaciones Gremiales Peronistas de Trabajadores». Para nosotros la división no es jóvenes o viejos, es «explotados o explotadores», esa era nuestra concepción.
– Eso suena más de izquierda que peronista.
– Bueno, el peronismo es el movimiento de izquierda en nuestro país.
– Pero «explotados, explotadores» es una categoría marxista.
– Evita dice en sus discursos: «Vamos hacia una sociedad donde haya una sola clase de hombres, los que trabajan«, y yo creo en eso. Nunca vi una empresa de patrones sin trabajadores.
– ¿Y la idea de Comunidad Organizada de Perón? ¿Siempre los malos están de un lado y los buenos del otro?
– La resistencia más profunda contra la Dictadura la hicimos los trabajadores. Y los desaparecidos fuimos, principalmente, trabajadores, peronistas, la mayoría delegados, activistas. Yo encabecé la delegación de la CTA que se presentó ante el juez Garzón, en el juicio del genocidio y llevamos cinco mil folios y mostramos que el 67% de los desaparecidos eran trabajadores. Y acá hubo dirigentes sindicales que fueron «botones», cómplices de la Dictadura militar.
– ¿Qué pasó con la llegada de Raúl Alfonsín? Fue muy polémica la ley Mucci.
– Cuando gana Alfonsín y empieza a plantear el «club de deudores», la apertura y demás, nos pareció importante. No avalé la ley Mucci. Nosotros no queríamos interventores radicales en los gremios. Pero Alfonsín fue el que reincorporó al sector del trabajo con Grinspun, y con Roulet. Después del ‘85, ya se planteó una economía de guerra y a otra cosa mariposa: el Plan Austral y todos los ajustes. Alfonsín fue una apertura importante en la democracia, abrió espacio en la democratización pero se fue diluyendo a la hora de enfrentar al verdadero poder. Y bueno, en ese momento hubo trece paros nacionales, hubo movilizaciones, avanzamos. Yo era secretario general del gremio ATE, recientemente recuperado.
– ¿Cómo es tener de patrón al Estado? ¿Cómo es cuando el capitalista es el Estado?
-El Estado son los gobiernos. El Estado no es abstracto, tiene gobiernos, políticas gubernamentales. Entonces, en el Estado pasa lo mismo que en las patronales privadas. Hay patrones buenos, patrones más abiertos, más democráticos. El Ministro de Trabajo Tomada habla contra la «precarización» laboral y tiene el 30 % de los trabajadores precarizados. Es un «versero», es así de simple.
– O sea que los empleados del Estado están a merced del gobierno de turno.
– Absolutamente, porque esos gobiernos de turno te determinan la política. ¿Qué hacen los gobiernos? ¿Por qué yo digo que son gerentes? Porque en realidad laburan para los patrones privados. Los que mandan en el Estado son las patronales privadas. Es una realidad. El gobierno con Cavallo, decidió dejar de descontar aportes patronales y los aportes patronales no volvieron más. O sea, nosotros pagamos la previsión, pero el gobierno sigue subsidiando a los patrones…
– ¿El gobierno no hace los aportes?
– Sí, algunos sí, pero hay muchos gobiernos que deben aportes previsionales, y sindicales. ATE debe tener – como mínimo- dieciocho juicios que están en sentencia, por falta de aportes. Le descuentan a la gente y no lo depositan.
– Ahora le hago una pregunta al revés, ¿cuál fue el gobierno de la democracia que más defendió a los trabajadores del Estado?
– [Hace una pausa] Es algo muy general. Desde el gobierno nacional ha habido una constante política de deterioro y precarización laboral. Todos llegan diciendo que ATE es lo mejor y al año están todos arreglados. No hay concursos, salarios dignos, reconocimiento, inversión en política de capacitación de los trabajadores estatales. Hay cada vez más deterioro de salud.
– Hay una idea de que ser empleado del Estado tiene muchas ventajas ¿es así?
– Hoy, la mayoría de los trabajadores del Estado son precarizados. Te digo que hasta los inspectores que miden el trabajo en negro, están en negro en el Ministerio de Trabajo. Eso es la radiografía más profunda de la incongruencia.
– ¿No es raro que un peronista como usted apoye a un socialista como Hermes Binner? ¿Abandonó al peronismo?
– No, yo abandoné al PJ. Con los militares la estrategia era clara: recuperar la democracia, la ATE, la CGT, el peronismo y gobernar. En el ’89 se nos cayó «el muro de Berlín» y nos cayó Menem. Él firmó la reglamentación del derecho de huelga un 17 de octubre. Se votó el «salariazo» y apareció Cavallo con la privatización.
– ¿Pero usted votó a Menem?
– ¿En el ’89? Seguro que sí. Y en el ’91 fue la crisis, porque ahí ya se sabía lo que era. Yo dejo el PJ, porque Menem firma el indulto. Yo soy de Lanús y todavía vivo en Lanús. Y a mí en ese barrio me enseñaron lo que significa el Comando Organizado de la Resistencia Peronista.
– Víctor, no se vaya tan lejos.
– No, pero vos me preguntaste por qué un socialista. Y yo te contesto quiero argentinos honestos, en todos los pensamientos. Estamos en una nueva etapa del pensamiento popular. Necesitamos lo mejor del socialismo, necesitamos lo mejor del radicalismo. Yo cuando Margarita Stolbizer se va del radicalismo a hacer el GEN me identifiqué con su desgarro, por la traición a las ideas.
– ¿Cuando Néstor Kirchner descolgó el cuadro de Videla no lo apoyó?
– Lo del cuadro es otra cosa. Ese 24 de marzo yo estuve en la ESMA, fue uno de los días más felices. Que yo no lo haya votado nunca, no significa que no apoyé al principio.
– Perdóneme, pero ¿a quién votó entonces?
-Yo voté a un grande, al presidente de la Asamblea de Derechos Humanos: a Alfredo Bravo. Un gran compañero y una persona a la cual quería y respetaba mucho. Y, al otro día, cuando quedaron Menem y Kirchner apoyé a Kirchner.
– ¿En qué momento se alejó de Kirchner?
– Cuando él vuelve con todo al PJ. Tuve una reunión con Alberto Balestrini y D´Elía, que me plantearon ser diputado. Y luego en una reunión con Néstor Kirchner, le dije que no.
– ¿Cómo es su relación con Hugo Moyano?
– Yo respeto historias que he compartido con Moyano. Pero ahora él está en el PJ, y yo no.
-¿El PJ es su límite?
– Y claro que es mi límite, ¿cómo no va a serlo? Mi límite. Yo me fui del PJ, renuncié cuando Menem aprobó el indulto.
– ¿No cree que el kirchnerismo resucitó la mística militante?
– ¡Noooo! Una cosa es la piba del movimiento «camporista» que cree en la transformación, que se identifica con los compañeros desaparecidos, con la vida. Y eso es hermoso. Otra cosa es Bossio que con la plata del ANSES gana más de setenta lucas por mes, y les dice a los jubilados que tienen que vivir con dos mil cien pesos. Entonces ¿eso es la Cámpora? No critico a los pibes que pueden confiar, que pueden creer, eso es hermoso. Ojalá que los pibes participen en la historia. Hoy en día, los hijos del 2001 son los nuevos protagonistas, pero los están matando. La mayoría de los presos en la provincia de Buenos Aires son pibes menores de 25 años. El informe de la Comisión de la Memoria que preside Adolfo Pérez Esquivel presenta todos los años un informe contra la tortura. Año tras año hay más jóvenes, más pobres, más tortura. Ahora, ¿dónde se ve eso todos los días?
– Usted, ¿cuánto gana?
– En estos momentos, treinta mil pesos. Es lo que me pagan. Treinta y dos, treinta y tres, no sé bien, ya que ahora, hubo un reajuste y todavía no me han dado el recibo. Pero he leído que hay un reajuste de seis mil pesos.
-Si tuviera que elegir entre la política, el amor y el sexo, ¿con qué se queda?
– Con las tres. [Risas]
– Tiene que elegir una.
-¡No! ¿Por qué? Se puede amar, tener buen sexo y ser un militante. Yo soy un militante de la vida.
“Los inspectores que miden el trabajo en negro, están en negro”
08/04/2013