«A las 10.30 de la mañana al llegar, pedí personalmente hablar con el jefe del operativo para frenar la represión. Había pocos trabajadores, organizados en ATE y fue responsabilidad de la Metropolitana seguir reprimiendo», afirmó Laura García Tuñón, sobre el accionar represivo en el Borda.
Por Laura García Tuñón*
«El sábado en la Legislatura el Ministro de seguridad Montenegro no hizo ni una pisca de autocrítica. En el Borda hicieron una represión brutal a pacientes, trabajadores/as, legisladores, militantes y trabajadores de prensa.
A las 10 y media de la mañana al llegar, pedí personalmente hablar con el jefe del operativo para frenar la represión. Había pocos trabajadores, organizados en ATE y fue responsabilidad de la Metropolitana seguir reprimiendo. Lo llamé a Montenegro, dejé mensajes en el Ministerio de Planeamiento urbano y hablé con varios legisladores del PRO (que se pusieron a disposición pero no convencieron a Montenegro) A esa hora, ya estaba demolido el Taller “Desprotegido” 19.
Hay filmaciones de una fogata de la montaña de objetos sacados del Taller (artesanías de los internos, pertenencias de los trabajadores, ropas y muebles). A esa hora, ya estaban detenidas 8 personas, entre ellas una compañera de ATE, discapacitada y un papá de un paciente. Si se retiraban a esa hora los efectivos, se paraba la locura.
La policía Metropolitana actuó con desmesura intencionalmente represora. Legisladores y legisladoras de distintos bloques se hicieron presente y pusieron su cuerpo para frenar la represión. Los golpearon, los gasearon y les tiraron balas de goma a pesar de que se identificaban, les decían “vos sos legislador y yo policía y por eso te tiro igual”. A otra legisladora le dijeron «corré pendeja» porque te tiro.
Hirieron a trabajadores, médicos, periodistas, legisladores (entre ellos a nuestro compañero Fabio Basteiro, Presidente del Bloque), pero también a pacientes. Jonathan Toledo, paciente de 21 años, internado en el Pabellón B, sigue internado en el Hospital Ramos Mejía con 20 balazos de goma en su cuerpo, y una cantidad más que fueron atendidos en la enfermería que se armó en la entrada del kiosco. Luego de horas de represión y sin encontrar eco en los jefes del operativo, a eso de las 16, varios legisladores y legisladoras nos dirigimos a la Comisaría de la Metropolitana para interceder en su liberación.
Mientras en el Borda, seguían las corridas y el atropello. Alrededor de las 18hs comienzan a liberar a los detenidos de a uno. Y las máquinas, un rato antes, dejaban de trabajar (horario de trabajadores de la construcción) y la policía se retiraba.
Estas reflexiones son pocas, para describir las horas vividas en el Borda. Pero sólo contar que en medio de tanta represión la radio La Colifata, comenzó a transmitir para contener a los pacientes que sienten como único lugar de vida al hospital Borda.
Se cuestiona que los trabajadores defendieran el Taller y que llegaran otros de distintos hospitales aledaños: eso se llama solidaridad de la clase trabajadora. Cuando se ataca a un trabajador o a un lugar de trabajo, lo lógico es que esto pase. Pero poner como violentos a los que defienden como pueden sus lugares y sus creencias y de pobres víctimas a los policías de la Metropolitana, que tenían sus caras tapadas con pasamontañas, que no tenían sus identificaciones en los uniformes y que disparaban sus armas apuntando al cuerpo de los que tenían en frente, es poco serio.
El viernes, en el Borda, los locos peligrosos no estaban en los pabellones, estaban entre los efectivos de la Metropolitana y en los superiores que mandaron esta represión».
*Legisladora de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por Buenos Aires para todos en Unidad Popular (UP)
Fuente: Prensa Buenos Aires para Todos
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