La legisladora por Buenos Aires para Todos en UP, Laura García Tuñón, junto a otros diputados, participaron del homenaje a Alfredo Bravo que organizó la Comunidad Educativa de la Escuela Nº 14 DE Intensificada en Artes.
A diez años de su partida, el Programa Educación y Memoria homenajeó al docente, escritor y político Alfredo Bravo; comprometido con su tiempo, nunca abandonó sus ideales y siguió luchando hasta el fin de sus días por una sociedad democrática, justa e igualitaria. De una personalidad incorruptible, su defensa por la vigencia plena de los Derechos Humanos es un ejemplo a seguir.
Al respecto, García Tuñón expresó que «mantener viva la memoria de luchadores como Alfredo es el compromiso que tenemos como sociedad. Acompañar este acto es muy conmovedor, especialmente proviniendo de una escuela pública, el mejor ejemplo y legado que tenemos que seguir impulsando».
Reseña realizada por la Escuela Nº 14
Alfredo Bravo nació el 30 de abril de 1925 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. A los 18 años, se recibió de maestro y se instaló en un pueblo del Chaco santafesino para comenzar a ejercer su profesión como maestro rural.
En Buenos Aires inició su militancia gremial, participó en la redacción del Estatuto del Docente y fue uno de los protagonistas de la unificación del gremio de maestros en la CTERA (Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina). En 1974 fue su secretario general y, un año más tarde, fue impulsor de la fundación de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), llegando a ser elegido copresidente.
El 8 de septiembre de 1977, durante la última dictadura cívico-militar, Bravo fue secuestrado por un grupo de tareas mientras daba clases en una escuela nocturna. Permaneció desaparecido hasta el 20 de septiembre de 1979, que recuperó su libertad. Una vez liberado, continuó con su compromiso y militancia en defensa de los Derechos Humanos en la APDH.
Durante el gobierno constitucional de Raúl Alfonsín fue designado Subsecretario de Actividad Profesional Docente del Ministerio de Educación y tres años más tarde, cuando se promulgó la ley de Obediencia Debida, por la que alrededor de ochocientos oficiales de las Fuerzas Armadas quedaron en libertad, renunció al cargo.
Electo diputado nacional por la Unidad Socialista en 1991, batalló contra las transformaciones neoliberales. Su mandato legislativo fue renovado en 1995 y 1999. En el 2001 fue consagrado por el voto popular como senador por la ciudad de Buenos Aires.
Luego de participar activamente en la reunificación del Partido Socialista, en el 2002 fue aclamado en un congreso partidario como candidato a presidente para las elecciones del año siguiente.
Fuente: Prensa Buenos Aires para Todos