En un recinto colmado de algarabía, euforia, música, arte y emociones, la diputada porteña y Presidenta del Foro de la Tercera Edad de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, Dra. María América González, acompañada por la vicepresidenta, diputada María Raquel Herrero, y el secretario, diputado Edgardo Form, encabezó los festejos del Día del Jubilado y el Adulto Mayor, en un acto que se desarrolló este martes 15 de octubre en el Salón Dorado del parlamento porteño, ubicado en la Planta Principal del edificio de la calle Perú 160.
La Dra. González (Buenos Aires para Todos) fue la encargada de abrir la Jornada donde se realizó un amplio cronograma de actividades, organizado y coordinado por los asesores de la legisladora, Pedro Bussetti y Claudia Alfaro, respectivamente.
Al momento de comenzar oficialmente los festejos de jubilados y adultos mayores, la Dra. expresó, con emoción, que “este día tan especial, lo asumo como un reinicio, aunque sea desde otro lugar en el que nos encontraremos para seguir trabajando. Los balances son odiosos. Lo que tenemos que hacer es un inventario y sobre todo en la vida que tenemos y la que hemos sabido trazar. El camino que estamos comenzando con los nuevos y con otros que están llevando la cabecera, hacia una luz. No creo que la vida sea un círculo que cae. Muy por el contrario, para mí la vida es una escalera, y nosotros estamos en ella. hemos ido sembrando y otros fueron cosechando”.
Más adelante, la diputada de Buenos Aires para Todos enfatizó: “Están nuestros hijos y nuestros nietos sembrando, para que sus padres y sus abuelos puedan tener una buena cosecha. Y todavía tenemos que trabajar y mucho para hacer. Hay mucha luz en ese camino porque hay mucha esperanza. Hay mucha expectativa de vida, mucho por hacer, y sobre todo, mucho compromiso”.
En cuanto a las actividades artísticas, las mismas fueron realizadas por representantes de los Centros de Jubilados y Pensionados que integran el “Foro de la Tercera Edad” de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que preside la Dra. María América González, quien junto con las demás autoridades, al concluir los festejos, hizo entrega de distinciones y obsequios a los participantes y homenajeados, todo en un marco de festividad y emociones durante las más de cinco horas que reunió a los más de 300 presentes.
Adjuntamos discurso de la Dra. María América González
Es un placer nuevamente estar en el Día del Jubilado. Este año es muy especial. Después de 16 años, de trabajar gracias a Uds., al apoyo y la compañía de Uds., como diputada de la Nación y estos 4 años como Diputada de la Ciudad, me despido de esta casa el próximo 10 de diciembre.
En consecuencia, cada uno de los encuentros que tuvimos significan un compromiso.
Recién me preguntaba Pedro Murga qué iba a hacer a partir de fin de año, cómo va a ser mi vida y dónde nos vamos a encontrar. Y yo les digo: ¡En los mismos lugares, amigos, donde estamos siempre!
María América forma parte de ustedes, así como ustedes forman parte de mi vida. ustedes le dieron un destino y un camino a mi vida que nunca me lo había planteado ni lo pensaba. Le dieron sentido a mi vida. Mi familia se siente orgullosa del camino emprendido y de la amistad y el vínculo, con algunos más y con otros menos, y hasta de las críticas. Nadie tiene la verdad absoluta. Todo lo contrario y más con todo lo que falta por recorrer, con todo el camino por andar.
Así es que, en este día tan especial, lo asumo como un reinicio, aunque sea desde otro lugar en el que nos encontraremos para seguir trabajando.
Un periodista de una radio me decía hace un rato qué balance hacer y cómo están, desde hace 30 años que comencé como abogada previsionalista.
Los balances son odiosos. Lo que tenemos que hacer es un inventario y sobre todo en la vida que tenemos y la que hemos sabido trazar. El camino que estamos comenzando con los nuevos y con otros que están llevando la cabecera, hacia una luz. No creo que la vida sea un círculo que cae. Muy por el contrario, para mí la vida es una escalera, y nosotros estamos en ella. hemos ido sembrando y otros fueron cosechando.
Están nuestros hijos y nuestros nietos sembrando, para que sus padres y sus abuelos puedan tener una buena cosecha. Y todavía tenemos que trabajar y mucho para hacer. Hay mucha luz en ese camino porque hay mucha esperanza. Hay mucha expectativa de vida, mucho por hacer, y sobre todo, mucho compromiso.
Tenemos que involucrarnos todos los días un poco más.
Y si algún día nos encontramos más cansados que otro, hay que mirar alrededor y hacia atrás, para así poder decir: ¡Todo lo que hice para adelante, estoy en el Salón Dorado de la Legislatura, en el Salón de Honor de la Legislatura. Y estuve en el Congreso de la Nación! ¡Y estuvimos en la mesa de los jubilados donde se firmó la paz con Paraguay, con el ministro Cavallo! ¡Y sí, lo hicieron ustedes, lo pudieron lograr!
Entonces, el camino sigue señoras y señores. El camino sigue hacia arriba y hacia el triunfo.
Esa es nuestra expectativa y ese es el camino que a mí me espera cuando me despida de esta casa, para continuar con ustedes desde el llano, donde siempre estuvimos juntos.
Muchas gracias.