Fabio Basteiro jugó al fútbol en las divisiones inferiores de Vélez, All Boys y debutó en la división de honor de Ituzaingó con el club en primera C. Editó un libro de poesía y en los ’80 participó de la revolución nicaragüense y colaboró con la resistencia chilena como representante de la Juventud Socialista. En tiempos de la última dictadura cívico militar pasó un par de temporadas exiliado en Barcelona con su familia. Y a los 29 años fue elegido secretario general de la Asociación de Personal Aeronáutico (APA), cargo que había ocupado su padre Héctor antes y después del golpe de 1976 y para el que luego fue elegido su hermano Ariel.
Desde hace cuatro años Basteiro es legislador porteño y el próximo domingo intentará renovar su banca desde Camino Popular, el partido que lidera Claudio Lozano, para batallar contra lo que considera una gestión del PRO «mediocre con mucho maquillaje y actitudes demagógicas». No duda en reivindicar a los socialistas Alfredo Palacios, Enrique del Valle Iberlucea, Juan Carlos Coral y Alfredo Bravo, «todos ellos tienen una posición de transformación profunda del sistema capitalista», puntualiza. Y va más allá: «Hay que ser muy amplio en la capacidad de convocatoria, pero eso no invalida que se pueda ser profundo en las definiciones. UNEN es una muestra de esto, ¿cómo van a discutir la deuda con Alfonso Prat Gay o la corrupción con personajes que vienen de la época de Enrique Nosiglia?», sentencia.
–¿Cómo calificaría la gestión de Macri?
–Es una gestión efectista, que utiliza a la Ciudad como plataforma de lanzamiento de un proyecto de derecha. Si uno ve lo que se gastó en publicidad en los últimos seis años es lo mismo que se invirtió en infraestructura, son 163 millones solamente en 2013. El presupuesto educativo y de Salud está subejecutado, mientras que en Educación privada y Publicidad el gobierno ya gastó más del 60% de lo presupuestado.
–¿Qué iniciativas le gustaría impulsar?
–Los proyectos relacionados con vivienda, trabajo y control de obra pública y presupuestario. Tiene que haber más legisladores en la calle y más calle en la Legislatura. De poco sirve un diputado si no puede canalizar los conflictos sociales y repararlos en beneficio de los menos favorecidos.
Fuente: Tiempo Argentino