Por Horacio Fernández – Director IDEP-ATE. Representante de la CTA en el FGS
El reciente cambio de gabinete nacional viene acompañado de una serie de anuncios que más allá de altisonantes declaraciones que enarbolan una supuesta heterodoxia en al marco económico, a los trabajadores y a los sectores populares nos trae los recuerdos de una película ya vista. En efecto cuando escuchamos apelaciones a: sinceramiento de tarifas (sin tocar la rentabilidad empresaria), restablecer la capacidad de volver a los mercados de capitales, recuperar la competitividad de la moneda, bajar la expectativa inflacionaria y adecuar a esa expectativa la pauta salarial, nosotros, en una gran capacidad de síntesis lo traducimos en una sola palabra: AJUSTE. Así sin más, no necesitamos más teorizaciones para saber sobre quién se va a descargar el costo “de la corrección del desajuste en la variables” como le gusta argumentar a los funcionarios.
Mucho se ha hablado en los últimos días de la caída del stock de reservas del Banco Central, situación que merecería un análisis con mayor profundidad y que obviamente dejo en manos de compañeros/as con la capacidad necesaria para hacerlo.
A mí sólo se me ocurre preguntarme si no tendrán que ver en esa crisis de divisas, una abultada deuda por importación de energía resultado de no desandar la política en el área que impera desde los 90 (vale la pena repasar las consecuencias de reciente acuerdo (YPF-Chevron). O la reprimarización de nuestra inserción comercial en el mundo. O tal vez un proceso de producción manufacturera donde el sector más dinámico (el automotriz) donde el componente importado de cada unidad supera el 70% en promedio. O una industria de armaduría electrónica con saldo en rojo que supera U$D 8000 millones. Serán “asignaturas pendientes” o el modelo. La respuesta como dije la dejo en manos de estudios más profundos.
Pero sí quiero puntualizar sobre el anuncio de una línea de acción propuesta para llevar adelante la recomposición de reservas: ECHAR MANOS A LAS TENECIAS EN MONEDA EXTRANJERA DEL FONDO DE GARANTÍA DE SUSTENTABILIDAD (FGS). Ya es noticia corriente que en los últimos días se obliga al ANSeS a vender parte de su tenencia en BONAR X (instrumento nominado en dólares, con cotización superior al oficial y menor al blue)) para bajar el denominado contado con liqui (mecanismo por el cual determinados papeles en dólares con cotización en mercados extranjeros pueden operarse sobre esos mercados y quienes lo venden depositan esos dólares en cuentas que tiene afuera). Por ese mecanismo quienes se hacen de dólares pueden especular esperando una devaluación, o reingresarlos al mercado libre y haciéndose de ese spread (diferencia de cotización entre los bonos y el valor del blue). Cuál es la ventaja para la autoridad monetaria: cuantos más bonos que coticen en dólares se venda más baja la cotización de los mismos y por lo tanto presiona a la baja la cotización libre. ¿Cuál es la ventaja del ANSES?, ninguna, ya que la baja de la cotización de sus tenencias perjudica la valuación del FGS. Quién se beneficia además aquellos con capacidad de entrar en esta bicicleta?
Pero como ahora se trata de recomponer reservas, la presión de las autoridades de economía se dirige a obligar al FGS a desprenderse de sus tenencias bonos pasibles de entrar al contado con liqui (aproximadamente U$D 7000 millones). Cuál sería el mecanismo: el FGS lanza al mercado esos papeles, inversores especulativos los comprarían y esos dólares que recibiría, ingresarían vía una nueva colocación de deuda al ANSES al tesoro. Interesante ingeniería, salvo que la venta masiva de esas tenencias por el FGS bajaría su cotización, con la consecuente pérdida patrimonial. Por otra parte esos bonos en poder de inversores privados (fondos especulativos: todo puede ser), deberán ser cancelados a su vencimiento, aumentado la presión que la partida deuda tiene sobre las cuentas fiscales (debe recordarse que cada vencimiento en poder del FGS es refinanciado por nueva deuda. Es decir, para los organismos estatales papeles cubren papeles, otra de las particularidades del desendeudamiento).
En resumen, cuando el 75% de nuestros jubilados cobra una mínima de $2477, que apenas cubre el 50% de la canasta de un adulto mayor según los cálculos del Defensor de la Tercera Edad, cuando cientos de miles de jubilados/as esperan años para cobrar las sentencias de sus juicios por actualización de Haberes según doctrina de la Corte, la heterodoxia echa mano de los fondos previsionales para recuperar reservas. Parece que es progresista sacrificar a nuestros queridos viejos/as en el altar de las reservas.
Por eso comenzábamos que tufillo a los 90.