Desde La Masa al Sur, integramos la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por los cortes de luz de Almagro/ Boedo, espacio vecinal que surgió a partir de las navidades del 2012, donde muchísimos vecinos estuvieron sin luz; por lo tanto: sin agua, sin ascensores, sin forma de refrigerar los alimentos ni los medicamentos durante muchísimos días consecutivos.
A lo largo del 2013 y desde La Masa trabajamos para fortalecer este espacio, acompañando las reuniones semanales de la asamblea, proponiendo ideas y ayudando a concretarlas. En pleno invierno, cuando los cortes de luz se recordaban lejanos, contribuimos a mantener las reuniones asamblearias, desde la idea de que había que continuar más allá de la contingencia porque cuando esta sucede, ya es tarde para organizar una respuesta eficaz.
Asi, trabajamos junto con los vecinos en varios frentes, abriendo canales con el ministerio de planificación y con edesur, haciendo un seguimiento de las obras de mejoras que conseguimos que realizarán durante los meses de frío, manteniéndonos permanentemente informados de esos avances,y, sensibilizando a nuestros vecinos sobre la importancia de mantenernos unidos para hacer oír nuestros reclamos. En Diciembre, elaboramos una cadena de alerta vecinal que activariamos ante cualquier situación que conocieramos en el barrio donde hubieran transcurrido más de dos horas de cortes sin aviso previo.
La masividad e intensidad de los cortes de luz que venimos padeciendo desde fines del año pasado, nos superó ampliamente, pero la organización, los vínculos institucionales (con el Estado, las empresas y las ONG de consumidores) y la confianza entre los propios vecinos que se generaron del trabajo de todo un año, contribuyó al menos en parte a morigerar el impacto de la crisis en nuestro barrio. Sabemos que sin esa organización y sin el seguimiento realizado durante el 2013, la realidad en nuestro barrio podría haber sido aún más dramática. Esto es un logro de la asamblea y estamos orgullosos de haber formado parte de una vecindad que surgida de la bronca y la impotencia de esos días, haya podido transformar esa energía en propuestas, y adquirido poder para transformarse en un actor barrial y colectivo, atento de su barrio y cada vez mas consciente de sus herramientas para hacer un barrio más digno de ser vivido. Todos estos aspectos tuvo este proceso, que en gran medida son difíciles de medir, pero son indudablemente indispensables en el camino de regenerar ese tejido social tan delicado y tan maltratado por el estilo de política clientelar y cortoplacista que se instaló desde hace años a todos los niveles.
La crisis de los servicios públicos, la falta de control estatal y la falta de inversión de las empresas prestatarias es evidente. Ha llegado para quedarse. Por eso creemos que el problema de los cortes de luz es algo a trabajar a mediano y largo plazo, en una lógica donde las organizaciones vecinales tienen que tener un rol clave en la auditoria y fiscalización de quienes dicen fiscalizar y controlar.
La temperatura va a bajar hasta el próximo verano y nosotros tendremos que continuar, para asegurarnos que las indemnizaciones se paguen, para controlar que el plan de obras anunciado oficialmente sí, esta vez se cumpla, para impulsar que se empiecen a considerar otras modalidades energéticas no dependientes del petróleo, para contribuir al diseño de planes de contingencia comunales y para verificar que cada instancia de gobierno (desde la junta comunal, el Gobierno de la Ciudad y el Gobierno Nacional) asuman sus responsabilidades para que otro verano sin luz no vuelva a suceder nunca más.