Se adjunta el trabajo Operación Repsol, Argentina Zona de Sacrificio elaborado por el diputado Claudio Lozano presidente del bloque Unidad Popular.
Para Lozano, “la operación Repsol demuestra que el Gobierno Nacional promueve que Argentina se presente ante el mundo como “Zona de sacrificio”. Es decir, un lugar del planeta donde una empresa puede venir a destruir el ambiente y depredar nuestros recursos naturales sin tener costo alguno. Es más, recibiendo compensaciones que reconocen un valor de mercado superior incluso al de la empresa que destruyeron y dejando a Repsol a salvo de cualquier demanda presente y futura por daño ambiental que pudiera plantearse. Por eso decimos que Argentina se presenta al mundo como “zona de sacrificio”.
En este trabajo, Lozano da elementos para sostener que “la sobretasa que inexplicablemente Argentina le reconoce a Repsol encubre el centro de la operación financiera. Lo acordado equivale a tomar una deuda de U$S 7.801 millones a las tasas de interés vigentes hoy en el mundo.
Ese es el valor presente que Argentina le reconoce a Repsol por el 51% de las acciones: U$S 7.801 millones. La sobretasa oculta el verdadero precio que se le pagó a Repsol.”
Tal cual lo denunciáramos en el momento del tratamiento parlamentario, Repsol vendió todos los bonos que Argentina emitiera en el marco del ignominioso convenio firmado. De esta manera, la petrolera eludió el tope de U$S 5.000 millones establecido en el contrato. Así las cosas, quedan a la luz las mentiras que los funcionarios gubernamentales plantearan ante el Congreso Nacional:
a) La verdadera emisión de deuda fue de U$S 5.820 millones y no de U$S 5.000 millones
b) Dado el flujo de fondos comprometido la tasa interna de retorno (TIR) de la operación asciende a 10,78 % anual. Es decir, supera con creces el 4% al que Repsol coloca deuda en el mercado internacional
c) Desde ahora y hasta el año 2033 Argentina desembolsará un total de U$S 10.683 millones
d) la sobretasa que inexplicablemente Argentina le reconoce a Repsol encubre el centro de la operación financiera. Lo acordado equivale a tomar una deuda de U$S 7.801 millones a las tasas de interés vigentes hoy en el mundo.
Ese es el valor presente que Argentina le reconoce a Repsol por el 51% de las acciones: U$S 7.801 millones. La sobretasa oculta el verdadero precio que se le pagó a Repsol
e) Este valor implica reconocer U$S 39 por acción, cuando YPF cotiza hoy sus acciones en U$S 29,55 por cada una de ellas. En concreto, el valor que Argentina reconoce se acerca a los U$S 40 y 41 que cotizaba la petrolera argentina un año antes de la expropiación. Y estamos pagando un valor 32% más caro que lo que el propio mercado establece para YPF. Repsol nos dejó una empresa que hoy vale U$S 29 por acción y nosotros se la compramos pagando U$S 39 por acción.
En síntesis, la operación Repsol demuestra que el Gobierno Nacional promueve que Argentina se presente ante el mundo como “Zona de sacrificio”. Es decir, un lugar del planeta donde una empresa puede venir a destruir el ambiente y depredar nuestros recursos naturales sin tener costo alguno. Es más, recibiendo compensaciones que reconocen un valor de mercado superior incluso al de la empresa que destruyeron y dejando a Repsol a salvo de cualquier demanda presente y futura por daño ambiental que pudiera plantearse. Por eso decimos que Argentina se presenta al mundo como “zona de sacrificio”.
A continuación precisamos los datos de la operación:
A menos de 15 días de operado el “CIERRE” del “Convenio de Solución Amigable y Avenimiento de Expropiación” firmado con Repsol en febrero de 2014 y aprobado por ambas Cámaras en abril pasado, la petrolera informó que culminó la venta de todos los bonos argentinos obtenidos como compensación por el 51% del paquete accionario de YPF. Así, se verificó una de las hipótesis centrales de nuestro trabajo[1]: que la enajenación inmediata de los Títulos recibidos era la salida racional para Repsol, ya que así no operará el “tope” de U$S 5.000 millones respecto a una emisión real de deuda que -calculados los precios promedios de los últimos 90 días previos al cierre- alcanza los U$S 5.820 millones.
Sólo a partir de los comunicados de Repsol nos fuimos enterando que:
a) se entregaron (8/5/14) U$S 5317 millones de Títulos Nominales, los denominados Iniciales por U$S 5000 millones[2], y U$S 317 millones de Boden 2015.
b) el 9/5/14 la compañía vendió a J.P. Morgan bonos por valor de mercado U$S 2813,6 millones, y el 13/5/14 otro tanto por U$S 2010 millones.,
c) esta última semana liquidó el remanente. En resumen, Repsol enajenó el total de los títulos compensatorios y obtuvo en un supuesto mercado[3] U$S 4997,2 millones, cifra casi coincidente con el monto de la compensación.
O sea que Repsol realizó la estrategia esperada: vendió los títulos por la cifra tope de la compensación[4]. Pero cuanto le cuesta a la Argentina ese pago?
Siguiendo el análisis de nuestro trabajo de marzo de 2014, podemos analizar los flujos futuros de los títulos involucrados: en valores nominales, Bonar X por U$S 500 millones, DICA por U$S 1250 millones, Bonar 24 por U$S 3250 millones y Boden 15 por U$S 317,5 millones. En el Cuadro 1 vemos esos flujos por título y el total.
Las conclusiones son contundentes: partiendo de una compensación de U$S 5000 millones (lo que finalmente obtuvo Repsol en la venta) el costo en término de TIR equivale a una colocación de deuda por aquél monto al 10,78%. Y si se considerara una tasa razonable (como el costo de oportunidad al que la misma Repsol coloca deuda: 4% anual) el Valor Presente Neto de estos flujos a esa tasa equivale a una emisión de deuda de U$S 7801 millones. Este valor representa un reconocimiento a Repsol de U$S 39 por acción de YPF, cifra muy cercana al promedio de cotización de la misma en los mercados internacionales durante el año previo a la estatización, de 41 U$S por acción.
[1] “El Convenio de Solución Amigable y Avenimiento de Expropiación con Repsol. Del giro simbólico al Real”, marzo de 2014, IPyPP.
[2] Que como mostramos en el trabajo citado, implican una emisión de deuda por U$S 5503 millones, ya que se entregaron U$S 1250 millones del DICA, que tiene ya capitalizado un 40,24%. [3] Es una incógnita el destino de los bonos. Puede el J.P. Morgan haberlos comprado para cartera propia para luego colocarlos a mejor precio, o quizá ya haya tenido compradores directos.[4] Además de vender el 12,32% remanente que tenía en su poder, también a J.P. Morgan, un paquete accionario muy importante y cuyos nuevos dueños son también una incógnita.