Por Alfredo Grande
(APe).- Se están jugando dos mundiales. El Capitalismo Financiero Planetario organiza su lado benefactor junto con las mafias deportivas y su lado terrorista con el amparo jurídico a los fondos buitres. De buitres conocemos bastante, incluso no son pocos los buitres que están al frente de diferentes organismos de lo que se llama un poco jactanciosamente “políticas públicas”.
Obviamente, no es lo mismo ser Imperio que ser Colonia, más allá de la dignidad de muchas colonias y la miseria de todos los imperios. En España siguen creyendo que hay reyes y en estas tierras seguimos creyendo que hay democracia. Justamente, como intento de interpelar la creencia de que hay elecciones, propuse el PROPAR (Pronósticos Partidarios). En realidad, la creencia incluye que es democracia porque se vota, cuando apenas se vota porque es democracia. Por eso me parece adecuado suplantar “votar” por “apostar”. Menem que en verdad cambió la historia, lo tenía claro. El denominado “voto cuota” fue apostar por la convertibilidad. Y funcionó. Creo que fue el rey de Lomas de Zamora el que dijo que nadie lee los programas de los partidos. Antes, un ministro de la dictadura genocida dijo: “el que apueste al dólar va a perder”. Y perdieron los que no apostaron.
O sea: lo único que yo propongo es hacer legal lo que la legitimidad burguesa ya conoce. Los Poderes que son varios pero tampoco demasiados apuestan en cada momento histórico por diferentes actores, guiones y puestas en escena. En los odiados 90 la apuesta fue “privatizar”. En la amada década ganada la apuesta fue “nacionalizar”. Los Poderes siempre ganan y como dijo nuestra Presidenta, se la llevan con pala. Cualquier similitud con un Casino no es pura coincidencia. Obviamente, comparar a los gobiernos de nuestra burguesía nacional y transnacional, que no es lo mismo pero es igual, con un Casino Terrestre o Flotante puede ser políticamente incorrecto. Espero que lo sea. Porque eso es lo que digo. Los tres poderes de la Patria Apostadora bien podrían ser Casino, Bingo y Quini.
El periodista Hugo Pressman cita a Carlos Burgueño y explica que “los Fondos Buitres son vehículos de inversión dedicados a apostar a los mercados abiertos de capitales (títulos públicos y acciones), principalmente en operaciones de máximo riesgo”. A buen apostador, pocas palabras. El capitalismo, y muy especialmente el serio, en su nivel fundante es el delirio de apostar. Se dirá que sólo el financiero pero como explicó Julio Gambina en mi programa radial “Sueños Posibles”, en la actualidad la diferencia entre el capitalismo financiero y el industrial es ilusoria. Y yo agrego: alucinatoria y delirante. El capitalismo serio es bueno porque es productivo. El capitalismo no serio es malo porque es especulativo. ¿A quién querés más: al bueno o al malo? El mandato de honrar la deuda, más acá que hay honores que matan, es el correlato lamentable de honrar al capitalismo. El verdadero default es político, ideológico y cultural. Ahora parece que también financiero. Pero la debacle empieza al desconocer el fallo de nuestro juez “anti Griesa”.
Sebastian Premici en el suplemento Cash de Página 12 del 24 de enero de 2010 escribe: “Uno de los temas de fondo que resucitó un debate casi olvidado tiene que ver con la deuda externa, su (i)legalidad o (i)legitimidad y las posibilidades que tendría el Estado para encarar una auditoría con el fin de obtener una radiografía precisa de cómo fue el proceso de endeudamiento en los últimos 35 años y quiénes son los acreedores del país, ya sean estados, organismos multilaterales, bancos, empresas, inversores, instituciones, pequeños ahorristas o fondos buitre. Todo esto con el objetivo de determinar responsabilidades en los casos donde se encuentren irregularidades y a su vez construir una herramienta cultural que sirva para clarificar decisiones de política económica ante la sociedad.(…) Ya existen casos interesantes que podrían servir de base: la causa Olmos, con un fallo firme del juez Jorge Ballesteros sobre la deuda de la última dictadura militar, cuyos expedientes duermen en el sótano del Congreso; la causa del Megacanje, donde está procesado el ex secretario de Finanzas de la Alianza, Daniel Marx, irónicamente ahora uno de los voceros mediáticos para criticar la conformación del Fondo del Bicentenario. Y en el plano internacional existen las auditorías realizadas por Ecuador y Costa Rica, que se sometieron al Tribunal Internacional de la Haya, y una investigación que está iniciando Brasil sobre su deuda. Por lo tanto, cabe hacerse la pregunta: ¿puede hablarse de deuda legítima e ilegítima? Para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner era un tema que, en todo caso, debió tratarse en 1983”. Como diría Rajoy, fin de la cita.
Parece que tenemos que tratarlo ahora. Y obviamente, de la peor manera. Ni la apuesta del final te va a salir. Por eso insisto en el PROPAR. Estamos perdiendo un “nicho del mercado”. La pasión por votar que es un sentimiento democrático que no se puede parar, debe ser canalizado, y lo será fácilmente, al delirio de apostar. Hasta la perra Nina tiene pasión por el juego. Claro, no es lo mismo jugar a los soldaditos, que jugar a los torturaditos, como lo hacen integrantes del servicio penitenciario de la provincia de San Luis. Pero así juega y apuesta la cultura represora.
Jorge Sobisch apostó a la impunidad y ganó. Carlos Fuentealba asesinado por el asesino serial Poblete, no descansará en paz hasta que la justicia popular no haga tronar todos losescarmientos. Claudia Peinevil, hermana de Carlos, desaparecido hace dos años en Allen, provincia de Rio Negro, apostó a la Justicia y perdió. El azar tiene cara de hereje. Escuchéa Claudia en una actividad del Frente Darío Santillán en Cipoletti, Rio Negro. La dignidad y el sufrimiento de la hermana de Carlos me conmovió. Hasta se disculpó por su llanto. Sugiero este blog para conocer aquello que yo mismo desconocía hasta mi viaje a Cipoletti. (http://libertadescs.blogspot.com.ar/2013_12_01_archive.html).
El PROPAR (Pronósticos Partidarios) no es ninguna solución. Pero es un aporte para entender cuál es el problema. No es con más democracia que podemos solucionar nada. Es con mejor democracia. Justamente porque lo mejor es enemigo de lo bueno, quiero lo mejor y no lo bueno. Cuando nos resignamos a lo bueno, terminamos aceptando lo malo porque es lo que hay. Cuando no resignamos lo mejor, lo bueno es apenas un escalón de una escalera que nos enseña que ni siquiera el cielo es el límite. Es necesario entender que no tenemos límites. Lo que nos sobran son limitaciones. Incluso para pensar en lo democrático por fuera del corralito y corralón de la democracia de la representación, de la elección y de la resignación. El apostar se resume en: apuesto, me voy, espero y sólo le pido a Dios que el azar no me sea indiferente. El luchar se resume en: no me voy, planifico la esperanza pero también planifico la venganza para que Carlos Fuentealba descanse en paz y nada le pido a dios pero todo le exijo a mis compañerxs. Para que mis compañerxs también me exijan todo. Que así sea.