Participó ayer junto a la CTA del acto de Memoria, Verdad y Justicia y contra la Ley que persigue trabajadores.
«Desde la celda en la que estoy desde hace más de nueve meses, les hago llegar estas palabras para esta jornada que nos obligan lamentablemente a realizar, porque el Estado y sus poderes nos encarcelan y condenan sólo por reclamar y protestar”, escribió Ernesto Apedino, trabajador procesado y detenido en Río Gallegos y afiliado a ATE, palabras que fueron leídas durante el acto de Memoria, Verdad y Justicia que encabezó CTA ayer.
La Ley Antiterrorista decretada en 2007 y modificada en 2011, encubre mediante su intención de evitar el lavado de dinero por actividades terroristas, un cómodo amparo para embestir contra los actos de protesta social, entendiéndolos como acciones de terrorismo contra la Nación.
“En este país los trabajadores sabemos responder ante el ajuste”, explica Julio Macera, vicepresidente de UP CABA e integrante de la mesa CTA Capital. “Empezaron con la Ley Antiterrorista, continuaron plantando personajes como Berni o Milani en este gobierno que se dice nacional y popular”. Acaso, se pregunta: “¿Vale más el derecho a transitar y no desviarse cuatro cuadras que el derecho al alimento, a tener trabajo y exigir salarios justos? La respuesta es no”.
Macera dejó clara la presencia de la Central en la marcha: “Venimos a reafirmar nuestro compromiso contra la Ley Antiterrorista que es la herramienta jurídica que han construido para encarcelar a los trabajadores en lucha, a decir basta de persecución y criminalización”.
Por su parte, Carlos Chile, secretario organización CTA Nacional, afirmó, mientras acompañaba la marcha que transitó desde el cruce de la Avenida de Mayo y la Avenida 9 de Julio hasta la Plaza de Mayo: “en vez de enjuiciar a los vaciadores del ferrocarril, a quienes han hecho fortuna extraordinarias con los subsidios estatales o a las empresas multinacionales que desconocen los derechos laborales y sindicales y que cuentan con la complicidad de la policía y la gendarmería, persiguen y reprimen a los trabajadores”.
Chile agregó: “Estamos muy preocupados por el crecimiento de la militarización y judicialización de la lucha y protesta social a lo largo y ancho del país, que se reflejan en brutales represiones como la de los pueblos originarios en Chaco, los bancarios en Tucumán o los compañeros del INTI en la General Paz”.
En su carta, Apedino también denunciaba: “Ellos saben muy bien por qué se cortan las calles, por qué hay huelgas y protestas, por qué tenemos hambre de trabajo, hambre de educación, hambre de justicia y hambre de saber que no tenemos futuro para nuestros hijos”. Y es aquí donde las palabras de Macera cobran sentido: “La criminalización de la protesta social es la pata necesaria del ajuste».
Con emoción, reflexionó Elia Espen, integrante de las Madres de Plaza de Mayo -Línea Fundadora-, allí presente, defensora de la democracia y la justicia y alineada a los argumentos de los reclamos: “que la vida y muerte de nuestros hijos y nietos valgan la pena para que estos lamentables eventos nunca más aparezcan”.
Fuente: Equipo de Comunicación de UP CABA
