El presidente de Unidad Popular de la provincia de Buenos Aires, participó del acto recordatorio de los 38 años de La Noche de los Lápices, coordinado por la Comisión Provincial por la Memoria y que se desarrolló en el Pasaje Dardo Rocha
Hugo Godoy acompañó al Hugo Cañón, a la sobreviviente Emilce Moler, y a unos 400 jóvenes de escuelas públicas de la región, quienes además participaron en talleres de debate tratando de pensar relaciones entre los tiempos de la dictadura y la actualidad.
Cachorro, que en aquel momento era parte de la conducción de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios), aseguró que “se agolpan en la memoria los rostros de las compañeras y compañeros caídos en lo que fue esa operación asesina y desaparecedora de Camps, en la ciudad de La Plata. Y también recordamos los cientos de quienes se organizaron en la UES, y demás organizaciones políticas, que militaban no solamente por el boleto escolar sino por una vida digna y una sociedad diferente para todos los argentinos”.
-¿Vos eras uno de los 3 responsables de la UES, de La Plata?
— “Sí, a partir de 1975 ya se había privilegiado la construcción política en los secundarios industriales. En esos años se dio un proceso acelerado de construcción de centros de estudiantes, por lo que luego se constituyó la Coordinadora de centros. En ese periodo caí preso yo, en agosto, y en septiembre se logró el boleto estudiantil.”
–-Muchas veces se ubica a aquellos chicos y chicas como inocentes jóvenes que no sabían lo que hacían, sin embargo los mismos protagonistas de esos días afirman que jóvenes comprometidos que no luchaban solo por un boleto estudiantil, sino por un país mejor….
– Así es, muchos de ellos, ahora recuerdo a “Pomelo”, que ya se había recibido en el 74, y como él muchos otros, se inscribieron al año siguiente en los industriales con la idea de organizar. Y eso era totalmente estratégico, porque organizar a los estudiantes secundarios de los industriales era organizar a los futuros obreros de las fábricas de la región. Sabían que la prioridad era la conciencia de la clase trabajadora, eso estaba presente en ellos. Yo militaba en la JTP, y retomé los estudios que había dejado un año antes, con la prioridad de organizar ese sector. Los pibes de la Noche de los Lápices eran de las organizaciones revolucionarias de ese tiempo, y como tal militaban en toda su plenitud, no solamente en el ámbito estudiantil. Por eso hay que revindicarlos como los revolucionarios que eran y que dieron su vida por un mundo mejor.
Hay que destacar que su memoria y su legado a sido retomado año tras año por las nuevas generaciones de estudiantes secundarios que salen a las calles, se organizan en los centros de estudiantes y alientan a un mayor protagonismo de los jóvenes en la vida política de este país; y eso es lo que no da la confianza de que las transformaciones que necesitamos como sociedad se van a llevar adelante.
–¿Cómo fue el proceso de Coordinadoras que llevaba a confluir entre distintos sectores, privilegiando la unidad por sobre las diferencias?
–En el año 75 se da en el campo popular las llamadas Coordinadoras de Asambleas y Cuerpos de Delegados en lucha que promovieron, particularmente acá en la región, importantísimas movilizaciones; que alentaban otra organización por sobre la burocratización de la CGT. En esas coordinadoras se nucleaban corrientes de distintos pensamientos políticos. En línea con eso desde la UES y otras organizaciones estudiantiles, se promueve la coordinadora de estudiantes secundarios, para nuclear a los centros de estudiantes que venían de un proceso de crecimiento notable, que son los que articulan la lucha por el boleto y obtiene el triunfo a fines del 75. El objetivo del Golpe de Estado fue aplastar estas luchas. Recordemos que esto también se daba en las ligas agrarias, en los pequeños productores del campo y era un cúmulo de experiencias y demandas populares.
No hay que olvidar
La sobreviviente de la «Noche de los Lápices», Emilce Moler destacó que «no hay que olvidar ni borrar de la memoria lo que pasó en la Noche de los Lápices, porque además de recordar a los que no están, recordar nos permite reinterpretar este presente».
“Siempre miro las efemérides como postales del pasado, pero el pasado no vive de manera estancada, sino que el calendario nos lo trae todos los días cuando tomamos decisiones como país y elegimos hacia dónde queremos ir”, analizó Moler al encabezar un acto de la Comisión provincial por la Memoria.
En ese sentido, dijo que “este 16 de septiembre nos lleva a hacer un vínculo entre el pasado y el presente, porque además del homenaje y recuerdo de los compañeros que no están, tiene sentido recordar parareinterpretar este presente”.
“Este es un presente promisorio, que nos costó mucho lograr, pero recién a partir del 2003 podemos decir que se puede hablar de la militancia y la política porque las cosas volvieron a su lugar con los militares presos”, valoró en diálogo con la prensa.
“Nosotros éramos militantes políticos, todos éramos de la UES, una agrupación peronista que adhería a Montoneros y que en el 76 particularmente nos oponíamos a la dictadura”, dijo Moler, quien destacó que “no éramos inocentes, pedíamos que se vayan los militares, y siempre mantengo eso, ya que es parte de la historia y la memoria, que no hay que olvidar ni borrar”.
Durante la actividad se proyectaron fragmentos del documental «Los Irrecuperables» y el cortometraje «El Método II», para recordar la noche del 16 de septiembre de 1976 en la que personal policial secuestró y torturó a 10 estudiantes de secundaria en la ciudad de La Plata.
Por otra parte, se realizó la inauguración del «Jardín de la Memoria» en el Colegio Normal 2, en recuerdo de las víctimas del terrorismo de Estado en la década del 70, con la presencia de autoridades, egresados, alumnos y personal del colegio de diagonal 78 entre 4 y 5 (foto).
En la “Noche de los Lápices”, se secuestraron a 10 estudiantes, y sólo cuatro de ellos sobrevivieron a los tormentos: Emilce Moler, Patricia Mirada, Pablo Díaz y Gustavo Calotti; en tanto que Claudio de Acha,María Clara Cioccini, María Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Horacio Ungaro y Daniel Racero fueron asesinados y desaparecidos.