Entrevista en INFOBAE TV
En una entrevista televisiva el economista describió la situación del INDEC y las mediciones de la pobreza.
Se explayó también sobre la Asignación Universal por Hijo, la «Década Ganada», la persecución estadística, las devaluaciones, la pobreza y más.
-Ustedes en el IPYPP realizaron un estudio sobre la pobreza basado en datos del INDEC, pero les dio un índice muy superior al oficial, que marca que el 36,5% de argentinos que estaría bajo la línea de pobreza. ¿Cómo han realizado ese estudio?
-Básicamente es la misma información que el INDEC releva en la Encuesta Permanente de Hogares, que se viene haciendo desde 1974, ya es un estudio histórico del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos donde tiene reflejada la situación de los hogares y sus ingresos, y la única diferencia es que estimamos las canastas de alimentos y de pobreza con precios que desde hace 7 años no son los que dice el INDEC, ya que de 2007 para acá habla de una inflación que no supera el 10% salvo a principios de 2014, cuando modificó el índice. Es a partir de ese momento que no publica más las estadísticas de pobreza. Y obviamente, le daría un aumento del 4,7% y eso es lo que están reacios a mostrar, porque en rigor, lo que hay que marcar es que si uno toma toda la etapade los gobiernos Kirchneristas desde mediados de 2003, hay que decir que en realidad la pobreza en las estadísticas oficiales pasó del 54% al 27,5% previo a la intervención, o sea, de la mitad. A partir de ahí, si se toma la misma canasta exacta del INDEC y la actualiza por precios, en realidad lo que se observa es que del 27% hay un 25% actual, es decir, que hubo una reducción leve, casi un estancamiento de 2007 hasta 2013. Y en la indigencia hay un aumento. Se había pasado del 25% al 9% en 2006, y hay un aumento que habla del 10% con la misma canasta del INDEC. Ahora, lo que es cierto es que hay un estancamiento, no baja más como venía bajando y hay un aumento de la situación de los hogares más vulnerables que se marca con la indigencia, que son aquellos en los que no se tienen ingresos para comprar los alimentos. El INDEC toma este relevamiento de la pobreza en base a una encuesta del año 1988, y el propio organismo, internamente venía trabajando una estadística de mejoramiento de la captación de los hogares, porque se habla como si todos fueran iguales y tratar de diferenciarlos en el caso de que hubiera muchos menores o mayores a cargo, si son o no propietarios de la vivienda, y ese trabajo que salió a la luz fue el que nosotros tomamos como una actualización de la canasta del INDEC, que es un poco distinta pero que en aquel momento, en el año 2006 cuando no había problemas de precios, hablábamos de un 27% de pobreza a nivel oficial y de 40% de esta canasta, y al año 2013, del 27% lo bajó al 4%, o sea que resolvió la pobreza, y en nuestra canasta pasó del 40% al 36,7%, es decir, el mismo nivel de estancamiento y con la indigencia en aumento.
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-Ese es un promedio pero, ¿en el Gran Buenos Aires, como es, por ejemplo?
-El Gran Buenos Aires condiciona al nivel nacional. Está más o menos a nivel de los promedios. Donde hay más incidencia en esta problemática es en toda la zona del noroeste, del NOA, Chaco, Corrientes, Tucumán, en las que se observa que las tasas superan el 60% en algunos casos.
-El problema es que muchas veces tenemos dificultades para vivenciar esas estadísticas en la vida cotidiana. ¿Qué significa ser pobre o indigente hoy en la Argentina? ¿A qué bienes no se accede?
-Para nosotros, la canasta alimentaria está en torno a los $3500, y hay un 15% de hogares que no están en esa situación. Ésos son los indigentes, los que tienen ingresos por debajo de ese nivel. Supone que en realidad el día a día es muy complicado. Los alimentos que están incluidos en dicha canasta son aquellos que reponen las energías gastadas en una actividad moderada. Y los pobres por lo general tienen una actividad mucho más desgastante que la moderada, y por ende, pasan situaciones que se asocian inmediatamente con el hambre, aunque no están exactamente mal nutridos pero no tienen la alimentación adecuada para reponer lo gastado en términos estadísticos. Y por otro lado, lo que hay que marcar es que, más allá de la medición exacta, el promedio de ingresos de la Argentina en su totalidad, con la última información suministrada por el INDEC está en torno a los $5200 en los ocupados. Y si se toma la totalidad de los hogares, se está hablando prácticamente de $10 mil, frente a una canasta de consumo promedio que nuestro país tenía en 1997 que, actualizada al día de hoy, está en torno a los $11 mil. Consecuentemente, hay un problema de ingresos, que no alcanzan a cubrir el aumento que tienen los precios y que incide muy fuerte en los sectores más vulnerables. Ahí hay un punto central.
-¿De qué modo impactan en estas cifras la Asignación Universal por Hijo y otros subsidios destinados a mitigar la pobreza? ¿Esto está contemplado en estas estadísticas?
-Hay un componente importante en la reducción de la pobreza en 2009 y 2010, que es cuando se implementan la Asignación Universal y el plan Argentina Trabaja.
-¿O sea que tienen una influencia positiva?
-Tienen una influencia positiva que se ha ido deteriorando porque no se actualizaron al ritmo que crecieron los precios. En realidad, en la película de 2007 para acá, si bien hay una leve caída del 40% al 36,7%, en realidad en 2013, que es la última información que tenemos, hay un aumento: se pasó del 40% al 32% y el 32% al 36,7%. Y esto es previo al aumento de precios que se dio este año.
-¿Vos dirías, Tomás, que la “década ganada” ha sido positiva en la eliminación de la pobreza o se acerca a los niveles previos a los primeros años de este siglo?
-No. Ha sido una década mitad ganada, hasta 2006 diría, porque ahí ciertamente hubo una caída muy fuerte de la pobreza y la indigencia, y a partir de ahí se perdió la oportunidad de seguir resolviendo las problemáticas más concentradas de la pobreza, porque una vez que la mitad de la población –que estaba con ingresos por debajo de la línea de pobreza porque estaba desempleado- empieza a tener trabajo e ingresos, es una fase de la reducción. Lo que viene después es mucho más difícil, y ese es el “quinquenio perdido”, diría yo, en donde las políticas que hacen que la sociedad pueda resolver sus niveles de pobreza y supongacambios estructurales en el nivel de vida de las poblaciones afectadas no se tomaron en cuenta. Un programa productivo, de infraestructura fuerte ni ninguno por el estilo.
-¿Han estudiado ustedes como afectan las devaluaciones al nivel de la pobreza?
-El ejemplo paradigmático es 2002. Pasamos de un 36, 5% en 2001 de tasa de pobreza, al 55% con la devaluación, si mal no recuerdo.
-¿O sea que cada devaluación genera pobres?
-Depende del efecto de precios que tenga eso. La devaluación de 2002 fue del 300% y un aumento de precios de sólo el 50% que duplicó la tasa de pobreza. La de 2014, fue del 23% en el mes y significó pasar de una inflación que orillaba el 25% a otra que orilla el 35%, un incremento del 10%. Y en ese marco, ya previamente, en 2013, habíamos tenido el primer año de aumento de precios. Y ahí en realidad es un problema, porque la devaluación resuelve un problema de los capitales y de los que quieren tener ganancias en dólares a costa de hacer más fuerte el deterioro social.
-Ustedes están en contacto permanente con el INDEC. ¿Cómo está hoy en materia de persecución, de estadística y en general?
-Está mal en materia estadística, no se han recuperado los cuerpos técnicos que han sido desplazados, no ha habido llamados a concurso para volver a tener la credibilidad de antaño, y en todo caso se ha mantenido la planta que se ha puesto, y en materia de persecución, luego de que se marginó y desplazó a todos aquellos técnicos que, ponderando su trabajo, no quisieron ser partícipes del INDEC, ese tema ha quedado en el mismo nivel. Son los amigos de Guillermo Moreno y sigue estando la temática de recuperarlo porque es una materia pendiente.