Juan Carlos Giuliani desnuda el lado oscuro de los contratos con privados para la construcción de viviendas en Río Cuarto.
Por Juan Carlos Giuliani*
El déficit habitacional en Río Cuarto supera las 10.000 viviendas. Es, a no dudarlo, la demanda social más importante y uno de los rostros visibles de la escandalosa desigualdad que impera en la ciudad.
Durante la campaña electoral de 2012, Unidad Popular instaló en la agenda de debate el problema de las viviendas. Dijimos entonces que íbamos a destinar el 10% del Presupuesto Municipal para la construcción de casas sociales y de clase media. Apuntábamos a dos tipologías de 60 m² cubiertos, porque pensamos que un pobre no necesita menos metros cubiertos que alguien de clase media.
El resto de los candidatos, entre ellos el reelecto intendente Juan Jure, debieron tomar el tema y ventilarlo en campaña. A tal punto, que el Plan de Viviendas Municipal, según el cual al cabo de su mandato en 2016 iba a construir 2.000 unidades habitacionales, fue su principal caballito de batalla.
Como marca la Ley de Murphy, “si algo puede salir mal, saldrá mal”. El cacareado programa urbanístico comenzó mal, siguió peor y ahora nada en un mar de incertidumbre. Unidad Popular fue la primera fuerza política que, en absoluta soledad, advirtió al Departamento Ejecutivo Municipal que la empresa IVECOR, contratada para llevar adelante el Plan de Viviendas, exhibía como antecedente inquietante el no haber construido una sola vivienda, amén de otras graves irregularidades que luego, y lamentablemente, el tiempo se encargó de confirmar.
Más aún, denunciamos que su dueño, Walter Rubino, que había pasado por Lv2 y La Mañana de Córdoba dejó un tendal de deudas y es sindicado como testaferro del corrupto ex secretario de Energía de la Nación, Ricardo Jaime. Le pedimos a la Municipalidad que pusiera la lupa sobre esta empresa porque dudábamos de la capacidad operativa, financiera y de la experiencia en la gestión necesaria para construir semejante cantidad de viviendas.
Por formular estas denuncias fuimos catalogados por Jure como profetas del fracaso, suponiendo que nos oponíamos a la construcción de las viviendas. Nada más lejos de ello. Lo que pretendemos es que se concrete la obra y no se defraude a la gente. El tiempo nos ha dado la razón. Las advertencias sólo apuntan a que no se estafe la ilusión de cientos de familias que tienen el sueño del techo propio.
Tras el estrepitoso fracaso de IVECOR que ha entregado menos de 100 casas, la Municipalidad, envuelta en un alboroto inocultable aunque lo achaque a maniobras conspirativas, permite que se subcontrate la obra con INCISA que también, al igual que IVECOR, tiene el pésimo antecedente de no registrar la construcción de una sola vivienda en toda su existencia empresarial.
Preocupa que el secretario de Vivienda, Fabricio Pedruzzi, diga sin ponerse colorado que IVECOR subcontrata a otra firma que nació con un capital original de 50.000 pesos y no tiene ninguna experiencia en el ramo, mientras el Municipio sigue ausente, mirando para otro lado y, en muchos casos, con sus funcionarios actuando como portavoces de la empresa, lo que es indignante.
El affaire del Plan de Viviendas bajo el rótulo de IVECOR e INCISA, es sucedáneo de otros casos oscuros y controversiales como INVIRON, GAMSUR y COTRECO. En todos ellos el Gobierno Municipal actuó de oficio, sin llamar a licitación ni concurso de precios, habilitando virtuales “pasamanos” empresariales y desembolsando importantes cantidades de dinero del erario público.
Devolverle transparencia y certidumbre al Plan de Viviendas Municipal es una tarea impostergable para que el escándalo no siga creciendo como una bola de nieve mientras los adjudicatarios –que abonan sus cuotas en tiempo y forma- siguen renegando por el mal estado en que le fueron entregadas sus viviendas.
*Secretario de Comunicación de Unidad Popular (UP)
Fuente: www.elmegafono.net