El viernes 28, con la presencia de referentes de distintas organizaciones políticas, sociales y sindicales, se llevó a cabo el Foro – Debate sobre “Las Grandes Ciudades en la Crisis Global”, que tuvo su momento específico de enfoque sobre lo que ocurre en la Ciudad de Buenos Aires. Organizado por los Institutos de Estudio e Investigación de Unidad Popular, Patria Grande, Camino de los Libres y PTP, se dividió dos paneles, basados en diferentes disparadores, donde se expusieron y debatieron estas temáticas.
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El primer panel, centrado en “Las grandes ciudades en la crisis actual” contó con las exposiciones de Samuel Jaramillo (Universidad de Los Andes – Colombia) y Pablo Ciccolella (Universidad de Buenos Aires – Argentina), mientras que el segundo se centró en “El caso de la Ciudad de Buenos Aires y su contexto metropolitano” y estuvo compuesto por las disertaciones de Pedro Pires (UBA – CONICET) y Carla Rodríguez (Instituto Gino Germani – Argentina).
Claudio Lozano (UP) definió el sentido de la convocatoria: “Este enfoque implica tratar de ubicar el tema del derecho a la ciudad en el marco de la relación entre los procesos de urbanización y el proceso de acumulación de capital, tanto a escala tanto mundial como local”, puntualizó Lozano. “Nos parece importante que esta discusión se inscriba en ese debate, en primer lugar, porque estamos convencidos de que el Macrismo es una expresión de un proceso de urbanización que se ha dado a escala planetaria, que transforma en mercancía al progreso y a la vida en las ciudades, que fragmenta y divide a la propia sociedad, y que produce efectos de segregación que todos conocemos, que es moneda corriente, y que se expresa en 170.000 indigentes, 400.000 pobres, 275.000 viviendo en villas, 1.200 lugares de trata, 3.000 talleres clandestinos, casi 400.000 inmuebles ociosos coexistiendo con medio millón de personas en situación de precariedad habitacional. En un país como el nuestro, donde el 50% de la inversión es en ladrillos, lo que da una pauta del lugar que ocupa en negocio inmobiliario como refugio especulativo, se necesita un control público, democrático y comunitario para pensar el proceso de urbanización”, sostuvo finalmente Lozano.
Lucía Vasallo, de Camino de los Libres, también se refirió al proceso de segregación de los sectores populares que se está produciendo en la Ciudad de Buenos Aires: “estas políticas, que tienden a pensar y a vivir el uso del suelo de manera especulativa y no como un bien social, como un derecho, de la mayoría de los habitantes las sienten concretamente en su vida material, ya que significa una exclusión real de los lugares en los que vive, donde sus hijos van a la escuela y al club. Tenemos que tratar que de todo esto que estamos discutiendo y entendemos pasa en las metrópolis en términos mundiales, y particularmente en nuestra ciudad. Una de cada seis personas vive en emergencia habitacional en la Ciudad de Buenos Aires. Es decir, hay 650 mil personas sin vivienda y 350 mil inmuebles ociosos. Esto quiere decir que no tenemos problemas de vivienda porque falta lugar, sino que esto ocurre por una voluntad política. Por eso, los actores presentes en este encuentro de debate tenemos la necesidad y la tarea de encontrarnos no solo en la resistencia, sino en propuestas políticas concretas. Construyendo una ciudad inclusiva y justa donde no se expulsen a los sectores más postergados y ganen las grandes corporaciones.»
Itaí Hagman, de Patria Grande, señaló que así como se ha logrado un consenso social importante en relación a que tienen que haber políticas publicas para garantizar el acceso a la salud y a la educación, y que el Estado tiene que hacerse cargo porque es su obligación, “ese acuerdo social, sin embargo, no existe con respecto a otros temas como, por ejemplo, el de la vivienda, que se vive como un problema individual: cada uno tiene que ver como hace para arreglárselas para ahorrar. El Estado, a lo sumo, tiene que facilitar los créditos, pero no se plantea este tema como política pública de real importancia. Hay otros derechos que están más conquistados. Tenemos que ver que rol le damos, en un enfoque distinto sobre desarrollo urbano, a las experiencias autogestivas que han ensayado formas de resolver esta problemática independientemente de las políticas públicas. El consenso dominante es que esos intentos, frutos muchas veces de situaciones críticas, no están integrados en un proyecto que se proponga resolver esta problemática justamente por ser respuestas encontradas en momentos de grandes dificultades. No hay acuerdo ni se piensa en que esas actividades podrían ser también parte de una solución de largo plazo”. Hagman dio como ejemplo el de los recicladores urbanos y el de las cooperativas de vivienda: “No hay que pensar simplemente en que el crecimiento económico va a absorber o a desintegrar esas experiencias sino que se las puede tomar como paradigmas para encontrarles la solución en un proyecto pensado desde una política pública. No hay que pensar en hacer como hacemos que desaparezcan estas acciones sino como hacemos para fortalecerlas con el fin de resolver algunas de las problemáticas urbanas”. Además, planteó los grandes desafíos para los años que vienen: “construir un enfoque diferente sobre el modelo de desarrollo urbano cuyos parámetros de progreso no sean el valor del metro cuadrado sino la cantidad de familias que pueden dejar de vivir en condiciones precarias así como un gran espacio en la ciudad de Buenos Aires que aglutine no solo a las fuerzas políticas comprometidas con los sectores populares sino también a los propios movimientos sociales vinculados a la lucha por la vivienda, basura, trasporte, educación, salud, para forjar una verdadera alternativa al modelo excluyente del PRO».
Uno de los panelistas invitados, Pablo Ciccolella, de la UBA llamó a “abandonar la testimonialidad y avanzar hacia la construcción de poder en función de ciudadanía y de un colectivo capaz de llegar al gobierno Solamente desde ahí vamos a poder transformar la realidad humana que tenemos. Y por supuesto, una vez en ese lugar, formar una construcción que llena de contenido de poder a distintos colectivos con objetivos comunes. Sólo así podremos pensar en una Buenos Aires que sea sustentable”. Asimismo, aclaró que “las ciudades no son sustentables por su tamaño o su complejidad. Sino cómo su política resuelve los problemas que tiene enfrente. Aun con todo esto, la pregunta sobre la sustentabilidad en las ciudades es un poco ociosa. El mundo está lleno de ciudades de entre 10 y 40 millones de personas. Vamos hacia megalópolis de 60 millones de habitantes, por lo tanto lo que podemos hacer es tratar de que sean sustentables, no podemos ya preguntarnos si lo son. Y esto va a depender de la energía política que podamos convocar y generar. No se habla frecuentemente de los sectores medios sino de los más vulnerables, pero con esos colectivos no nos alcanza para transformar la realidad urbana metropolitana. Entonces el desafío que tenemos como izquierda, es ampliar nuestra mirada sobre la sociedad y, desde ahí, buscar otros horizontes, ampliar los colectivos y operar transformaciones en la ciudad. A partir de ahí, las ciudades pueden ser sustentables más allá de la gran cantidad de habitantes que pueda albergar”.
Martín Iommi, integrante de la Junta Comunal Nº 6, expresó que “La Ciudad de Buenos Aires nunca tuvo un proyecto de planificación urbana y se desarrolló en relación a su puerto y las distintas vías de comunicación por las que se llevaba a cabo el comercio. Esta segregación siempre existió, pero se pone en relevancia porque empiezan a haber otros problemas importantísimos. Y me parece fundamental que pasa con la cuestión nacional. Que pasa con los amplios sectores de distintos puntos del país que se van del campo a las grandes ciudades porque no hay trabajo. No hay polos de desarrollo en muchas partes de la Argentina, partiendo de los cordones industriales de San Lorenzo, Rosario o los que contribuyeron a crear empleo. Entonces muchos viajan durante muchas horas hacia la Ciudad de Buenos Aires, y terminan viviendo en situaciones completamente precarias porque necesitan estar cerca del lugar donde tienen más posibilidades de sobrevivir, quizás no donde tiene trabajo. Y esta es una cuestión fundamental para que exista este desarrollo. Se han dado pasos en el barrio, en la Comuna de Caballito con la Ley 2722 que paralizó y le puso un límite a la construcción indiscriminada. Pero esto se consiguió a través de la organización y la participación de los vecinos que dieron la fuerza a los amparos presentados contra mega torres como la de Caputo, que intenta tener más de 40 metros de altura en un barrio que está desbordado en sus servicios públicos, incluso la semana pasada sufrió muchos cortes de luz”.
Otra panelista fue Carla Rodriguez, del MOI, quien participó de un estudio exhaustivo sobre la problemática de la vivienda en la Ciudad de Buenos Aires. Ella dijo que “la idea de poner en común la visión de un territorio que tenemos que verlo como un continuo integrado de las distintas escalas. Un territorio fundamental para la reproducción de capital pero también para la construcción de otras condiciones cotidianas de vida. Tal vez este es el momento más un sueño que algo que se ve en el horizonte diario aunque puede marcar el rumbo de cómo se va caminando. Otra cuestión importante es la institucionalidad estatal y qué pasos pueden darse en la construcción de herramientas, normativas, instrumentos y dispositivos que permitan redireccionar la energía de más de 40 años de neoliberalismo urbano. La Ciudad de Buenos Aires atraviesa en ese contexto unas 4 décadas de continuidad estructural bajo distintas condiciones porque ciertamente a mediados de los 70 a sangre y fuego fueron desplazadas 250 mil personas de villas y eso generó una condición de oportunidad para la reestructuración geográfica de la Ciudad. No podemos disociar ese proceso de lo que ocurrió a principios de la década del 90 con la reformulación estatal y el uso de Puerto Madero, ese barrio exitoso que es el área de dominancia de la ciudad, que muestra elementos económicos, sociales, culturales y simbólicos de lo que es el neoliberalismo como proyecto integral”.
Por su parte , Tomás Raffo, del IPPyP, remarcó que “en términos de tener una ciudad distinta en el marco de una Nación que la condiciona, porque le agro negocio está vinculado con la renta financiera, eso con la especulación y eso con la Buenos Aires que tenemos, hay un profundo desafío como actores políticos de la ciudad, en la construcción nacional. No es un punto para responderlo ya pero sí para reservarlo y abrir la cabeza en ese sentido. Y es importante el tema de la confrontación con la lógica financiera. Y oponernos pero presentando alternativas. Debe haber un debate sobre el buen vivir en una ciudad enmarcada por la Globalización y donde tenemos los propios bienes, servicios, costumbres, usos y consumos de una metrópoli mundial. El nivel de pauta cultural que tenemos no cambia mucho de la de otros países globalizados, y ahí está el punto a estudiar”.
Las exposiciones estuvieron moderadas por el periodista Ernesto Tenembaum. Además participaron Maristella Svampa y Jonathan Baldivieso (Plataforma 2012), Graciela Massuh (Autora del libro “El robo de Buenos Aires”), Gustavo Vera y Pablo Bergel (Bien Común), Tomás Raffo y Jaime Farji (IPyPP), Pablo Ferreyra (Seamos Libres), Fabio Basteiro (UP), Victoria Donda (Libres del Sur), Santiago Nardín (IP y E Siglo XXI), Laura García Tuñón (UP- Dir. Coord. Comunitaria Legislatura CABA), Liliana Parada (UP), Facundo Di Filippo, Melina Ons y Enrique Viale (Partido Social), Guillermo Defays (Director del Instituto IPEI – Cepetel), Carlos Felipe Méndez (UP – Miembro de la Junta Comunal de la C 15), Marcelo Ramal (PO), Martín Hourest (GEN), Alejandro Bodart (MST), Ignacio Kostzer (Patria Grande), Nahuel March Ríos (Camino de los Libres), Rafael Gentili (Partido Izquierda Democrático), Jorge Cardelli (Cte. Emancipación Sur), Joaquín Raña (Coordinadora de estudiantes de Base-CEB), Francisco Imperiali (Pte Ctro Estudiantes Joaquín V. González), Adrian Lutvak (FUBA), Leandro Altman (Red de Inquilinos), Nestor Jeifetz (MOI), Daniel Marco (Movimiento Emancipador), Claudia Korol (Pañuelos en Rebeldía), Carlos Chile (MTL – Sec. Organización de la CTA Nacional), José Peralta (SITEBA – Sec. Gral CTA Capital, Pablo Spataro (Sec. Gral Adjunto CTA Capital), José Luis Matassa (Sec Gral ATE Capital), Matías Fachal (Sec. Adjunto AEJ CABA), Julio Macera (UP CABA), Basilio Sioutis (Miembro de la Junta Comunal de la Comuna 12), y referentes del Partido del Trabajo y del Pueblo – P.T.P., Movimiento Popular La Dignidad, y MTE – Movimiento de Trabajadores Excluidos.