Hace pocos días se llevó acabo en el Concejo Deliberante de Lanús la interpelación parlamentaria a la gestión del secretario de coordinación de gabinete social Leonardo Gonzalez, compartimos la posición de la Unidad Popular en voz de la concejala Stella García.
«Nuestro objetivo en la sesión en la que interpelamos a Leonardo González, fue la evaluación de la gestión del área que él dirige, Políticas Sociales.
Las preguntas fueron dirigidas a la entrega de alimentos y elementos básicos a familias vulnerables(por ejemplo a comedores y en caso de temporales) ya que hemos recibido una gran cantidad de requerimientos y quejas por parte de los vecinos de Lanús, dando cuenta la ausencia de la ayuda.
También indagamos acerca de las herramientas que el gobierno municipal debiera otorgar a quienes sufren exclusión, jóvenes y desocupados que pululan por las esquinas de las barriadas, no estudian ni trabajan y son presa del delito; si actualmente existen planes de capacitación por medio de convenios con sindicatos y de inserción laboral a través de la oficina de empleo del municipio.
Asimismo examinamos las posibilidades con las que cuentan las familias de tomar el rol protagónico con responsabilidad y comprometidos con la nutrición y la alimentación saludable, ya que hoy por hoy existe al menos discursivamente el plan pro-huerta y producción de alimentos (sin información concreta de beneficiarios, ya que si bien dependen del área interpelada lo maneja directamente el INTA*).
Finalmente nos propusimos evaluar el rendimiento de las cooperativas, (cooperativas-trabajo con inclusión) ya que no poseen la cantidad de vehículos necesarios para movilizar al personal ni las herramientas, hecho que motiva los ritmos espasmódicos con los que se realizan las obras. Y particularmente inquirimos en las cooperativas destinadas a espacios verdes, cuya acción totalmente invisible demuestra ausencia de mantenimiento, con escasa poda y re forestación, y exceso de cemento.
El secretario eludió responsabilidades, no vaciló en mentir, dando muestra de una gestión sorda a las necesidades de los comedores comunitarios, y centros educativos. Sensible a los bolsillos de los proveedores amigos; encubierta bajo el discurso de la “transparencia”, hace del punterismo y el clientelismo su herramienta de poder, dificultando el acceso del vecino a cualquier beneficio, por fuera de aquel mecanismo.
En definitiva una gestión irresponsable en materia de inclusión social. No obstante ello se comprometió a enviar las respuestas para su posterior análisis.»
*Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria