(Primera Edición) “El gobernador de Misiones, Maurice Closs, le tiene pánico a la participación popular, por eso no convocó a la consulta por las represas, a pesar de estar obligado por ley. Por eso, el pueblo tuvo que organizarse solo para decir ‘no a las represas’”, sostuvo ayer Víctor De Gennaro, el histórico dirigente gremial de ATE, en entrevista con Primera Edición, durante una breve visita que realizó a la provincia para atender temas gremiales y políticos.
De Gennaro llamó a una mayor participación de la sociedad en las decisiones del poder para cambiar la realidad y beneficiar a la mayoría de la población.
Sobre los temas gremiales, sostuvo que siete de cada diez trabajadores no llegan a fin de mes con el sueldo que ganan y tres de cada diez se ubican por debajo de la línea de pobreza; y que la mitad de los niños y jóvenes son pobres en el país.
-¿De qué se trata el trabajo que están haciendo?
– Venimos a Misiones en este caso para acompañar a los compañeros al Juzgado Federal para completar la presentación de las fichas para reconocimiento de Unidad Popular como partido nacional de distrito.
Además, este lunes (por ayer) a las 19 inauguramos el local de UP en Posadas, que se extenderá a distintos lugares de la provincia con la perspectiva de ser una alternativa en 2015 y con el objetivo de mostrar un proyecto para el país distinto al que nos venden como único posible este trío de mosqueteros que son (Daniel) Scioli, (Sergio) Massa y (Mauricio) Macri.
Todos terminan defendiendo este modelo de extranjerización y concentración de riqueza, nosotros creemos que en Argentina sobran recursos, sobra plata, lo que falta es vergüenza a los que mandan. Cambiar ese modelo exige no delegar más, así que vamos por ese cambio en la próxima década.
-¿Cuáles serían las primeras medidas a cambiar?
– La primera es terminar con el hambre, en Argentina no puede haber hambre, además de una inmoralidad, es una ineficacia total, sobra comida, hay que organizar la llegada de la comida que sobra a la boca del hambriento.
Hambre y desnutrición se tienen que terminar en seis meses del próximo Gobierno y el intendente o gobernador o presidente que no lo cumpla tiene que renunciar.
Ahora, transformar el hambre en trabajo digno exige dos años de trabajo, resolver los problemas de educación, salud, seguridad, producción y generación de trabajo en pequeñas y medianas empresas. Para ello hay que cambiar el modelo de extranjerización por otro que recupere la capacidad de un proyecto nacional.
Esto exige una tercera medida: la segunda es el trabajo, la tercera es discutir la renta minera, la sojera, la ictícola, la petrolera y la financiera, son las que se están extranjerizando con un grupo de socios en el país que se enriquecen también.
La cuarta es democratizar a fondo las decisiones, los sindicatos, el presupuesto participativo, la consulta popular.
Acá el gobernador de Misiones, Maurice Closs, le tiene pánico a la participación popular, por eso no convocó a la consulta popular por las represas a pesar de estar obligado por ley. Por eso el pueblo tuvo que organizarse solo para decir “no a las represas”. Ni siquiera debían haber iniciado los estudios de impacto ambiental, pero así toman las decisiones: a espaldas del pueblo.
-La distribución de la riqueza es un tema complejo en todo el mundo…
– Yo creo que no ocurre en todo el mundo. Si googleás los diez países más seguros, te aparece el ranking que dice Suecia, Finlandia, Noruega, Bélgica, Holanda. Tienen educación para todos, salud para todos, trabajo para todos, vivienda propia, un desarrollo diferente, equitativo. Argentina lo tuvo, no es cierto que siempre fue igual. Desde 1945 al 55 fue el famoso fifti-fifti (50 y 50), quiere decir que hay posibilidad, no es un decreto que pobres tiene que haber siempre, eso está planificado por las grandes multinacionales. Pero tenemos que lograr que las personas en vez de ser clientes pasivos tengan su propia autonomía.
Hoy, ocho de cada diez pibes de 30 años no saben lo que es un trabajo permanente, no tienen posibilidad de soñar porque no tienen las cosas básicas resueltas. Esto se planifica a 30 años, no hay ninguna empresa multinacional que no planifica a 30 años. Cuando el Estado no planifica, vienen las multinacionales y planifican. Nosotros no queremos gerentes, queremos representantes del pueblo.
Yo provengo de una historia de lucha, siempre vine a Misiones en la pelea, en la lucha, ahora es hora de que gobernemos nosotros, colectivamente, basta de elegir millonarios para que se vuelvan más millonarios. Hay que elegir gente decente que resuelva los problemas de la gente y que viva como la mayoría de la gente. Se puede, pero exige una gran democratización y participación de la sociedad.
-¿Qué fue lo positivo y lo negativo de los últimos diez años?
– Hace 30 años recuperábamos ATE después de recuperar la democracia, pensábamos recuperar la CGT, el peronismo, llegar al gobierno y ser felices. En ese camino nos reventaron, pasó la aplanadora de Menem, nos costó diez años y el 19 y el 20 de diciembre de 2001. Pero ese año nos reunimos en Porto Alegre en el Foro Social Mundial todos los resistentes y dijimos basta de Davos, otro mundo es posible.
En estos diez años tengo que decir que las organizaciones populares somos tres o cuatro veces más grandes de lo que éramos y estamos mucho mejor organizadas.
En 2005 echamos a (George) Bush pero no cambiamos a los gerentes, el pueblo sabe lo que no queremos, gerentes de las multinacionales y eso son Scioli, Massa y Macri. Queremos un proyecto que nos permita la felicidad, ese es el debate que queremos dar.
-¿Cómo está la situación de los trabajadores?
– Siete de cada diez hogares no llegan a fin de mes. Tres de cada diez están viviendo bajo la línea de pobreza. Estamos hablando de millones de pibes que son pobres, la mitad de los chicos son pobres, en un país que está todo por hacerse.
Supongamos que se aprueba la doble escolaridad: se necesita medio millón de trabajadores en la educación. Pero además sería incorporar un montón de chicos de las calles a las escuelas, le estaríamos peleando mano a mano a la droga, a las calles, la marginación, pero vemos que no se quiere invertir en eso.
Fuente: Corriente.org