Colectivo Porteño – El maltrato, o la violación de derechos, fue el tema abordado en este programa. Virginia González Ríos y Julio Guerra, delegados de los trabajadores del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), hablaron sobre la persecución y las amenazas de las que son objeto los técnicos más valiosos que quedan en el organismo. Luego se hizo un informe sobre la marcha de la resistencia que impulsan a las Madres de Plaza de Mayo desde hace 35 años, encabezadas por Nora Cortiñas y Elia Espen, con las que hablamos y nos explicaron que los derechos humanos no son cosas del pasado. Y finalmente, de como se maltrata a los animales del Zoológico de Buenos Aires, con fuertes denuncias de Malala Fontán, de la Asociación Sin Zoo.
Persecución de trabajadores en el ENARGAS
El Ente Nacional Regulador del Gas es uno de los organismos estatales en los que los trabajadores están siendo objeto de amenazas, persecuciones, y hasta vaciamiento de experiencia y conocimiento. Es por esto que se dan situaciones como la ocurrida el año pasado en Rosario, que puso de manifiesto el peligro que se corre si no se actúa con responsabilidad en el manejo de este recurso energético. Para hablar sobre este tema, nos visitaron en el piso Virginia González Ríos, delegada de ATE en dicho organismo desde hace 11 años, y Julio Guerra, su delegado general de ATE. González Ríos comenzó explicando que es el ENARGAS y cuales son sus funciones, ya que, si bien la sigla es muy conocida, la información de la que dispone la gente es más bien escasa. “Este Ente es el que regula y controla todas las empresas de gas de todo el país y en todas sus operaciones, el GNC, y también en las grandes transportistas de gas natural, TGN y TGS. Tenemos un ley marco, que entró en vigencia junto a la creación del Ente, que es la 24076, que nos rige y establece, además, la defensa de los derechos de los usuarios, el control y regulación de las inversiones que hacen las empresas, y la potestad de poner multas, entre otros puntos importantes. Junto con el ENRE, el Ente Regulador de la Electricidad, somos los dos únicos organismos de regulación y control creados por ley”.
A continuación, explicó que “es un organismo muy técnico, hay muchos ingenieros y trabajadores que inclusive vienen de la vieja Gas del Estado, que nos han formado y que siguen traspasando su conocimiento a otros ingenieros y técnicos más jóvenes. Son todos profesionales con muchos años de experiencia, la que desarrollan es una tarea muy interesante y muy ardua pero hace 7 años que estamos intervenidos, después del caso Skanka. Cuando ocurrió este hecho, si bien teníamos un directorio que no terminaba de cumplimentar la ley, tenía su presidente y otros directores, se pasó a una intervención que, una vez que cumpliera la misión para la que había sido creada, debería haberse terminado”. En este punto, relató la situación por la que están pasando los trabajadores del ENARGAS: “la semana pasada se llevó a cabo una audiencia pública en el Congreso en la que participamos los trabajadores de ATE para defender precisamente a estos cuadros técnicos, compañeros de todos los días que tanto el delegado como yo conocemos hace tantos años, y que han sido maltratados, perseguidos amenazados, que sienten que no pueden hablar, que si uno no está de acuerdo con un informe, es corrido del lugar, es amenazado con el despido o lo ponen con un escritorio frente a una pared. Digamos que existe una situación de violencia laboral constante. Lo interesante de la audiencia fue que nosotros, como delegados, fuimos a defenderlos a ellos tanto como a la función del Ente, que es algo importante para la sociedad. Lo que muchas veces no se entiende es que somos los trabajadores los que hacemos el ENARGAS. Los funcionarios pasan y los laburantes somos los que todos los días le ponemos la cabeza, el ingenio y el trabajo para desarrollar nuestras tareas. A esa audiencia también fue la AGN (Auditoría General de la Nación), estuvo su presidente, Leandro Despouy, quien explicó todos los controles y las presentaciones que había hecho en el organismo. Lo curioso es que, después de ese encuentro, recrudeció la violencia contra los trabajadores. Se nos acusa de un montón de cosas que no son verdad. Por eso nosotros tenemos que hacerles entender a los usuarios y a la sociedad toda que estos organismos están hechos supuestamente para defender a los usuarios pero que además hay una ley para cumplir. Como trabajadores, estamos pidiendo no sólo el cese de la violencia y el maltrato sino que estamos reclamando que se cumpla la ley, y se deje de perseguir a los trabajadores por pedir su cumplimiento” .
Julio Guerra, por su parte, lamentó el deterioro de la institución, que ya lleva casi una década, “primero, con un directorio puesto por decreto con Fulvio Madaro, gente que no es del palo, y luego con una intervención totalmente injustificada a lo largo de estos 7 años, y la violencia del director fue endureciéndose cada vez más. El hecho de que revolee celulares por el aire o netbooks cuando va afuera a reuniones, y después tener que ver los aparatos destruidos no es nada nuevo para los empleados del Ente. Lo he visto yo y lo ha visto mucha gente. Es una situación muy violenta. Y cuando yo, que ando mucho por los pasillos del organismo y hablo con todo el mundo, cuando me empiezan a hablar de un fulano que lanza los monitores con “estilo”, porque la estadística dice que de los 3 ó 4 que tiró sólo rompió uno, ya es preocupante porque como laburante lo comenzás a ver como algo natural y empezás a tomártelo cómicamente, y ahí es donde decimos que estamos en un organismo con el síndrome de la mujer golpeada. Uno empieza a aceptar ciertas cosas, y no son normales ni naturales. Vivir ese tipo de violencia, vivir la persecución, tratar de que a un compañero le salga un simple pase, porque quizás hasta se lo recomendaron médicamente, y que Recursos Humanos no haga absolutamente nada, también es preocupante. ¿Por qué? Sólo por el hecho de estar identificado con ATE, simpatizar con los representantes de los trabajadores, este tipo de cosas también suceden. Lo que nosotros decimos como trabajadores es que no somos cómplices. Eso lo queremos decir ante la sociedad: lo que está pasando y el deterioro de las instituciones en general, particularmente del ENARGAS. Yo tuve que ver como compañeros míos salían contraje y corbata, como van a trabajar todos los días desde siempre, y obviamente que uno entiende la posición de los familiares de las víctimas, de Rosario, pero que les griten “corruptos, ñoquis, ladrones” siendo empleados técnicos, que no tienen nada que ver con el mal funcionamiento de la gestión, la verdad es que, como laburante, nos duele”.
González Ríos profundizó en la cuestión del deterioro del ENRE: “en un momento, cuando había un directorio, había equipos intergerenciales, eso hacía que los informes salieran con la distintas opiniones, discutían las posturas a veces acaloradamente. Ahora, lo que nosotros estamos denunciando es que cualquier compañero trabajador, por no estar de acuerdo con lo que se escribe en un dictamen, en un informe o en una cuestión técnica, puede ser corrido de su lugar, acusado injustamente, freezado –como se llama en la jerga-, entonces, lo que nosotros siempre pedimos desde ATE hace 11 años, es que se cumpla la ley. Que se investigue. Nosotros no somos jueces, pero estamos a disposición de la Justicia para lo que podamos ayudar. Cuando fue lo de Skanska, tuvimos que salir en conferencia informativa porque en la prensa salían compañeros nuestros como corruptos y que habían tenido algo que ver, y no era así en absoluto. Se les había mandado una lista con los nombres de toda la planta y nómina del ENARGAS, porque el hilo siempre se corta por lo más delgado, y son los trabajadores. Allí se toman mucha decisiones políticas, pero lo hacen los funcionarios: el interventor y sus gerentes, que en una época la gran mayoría era cuadros técnicos. Ahora pasaron a ser funcionarios políticos. Lo que nosotros sentimos es que, muchos que fueron compañeros nuestros y hoy son gerentes, tampoco le dicen que no al interventor. Eso de no decirle que no. Nadie se le puede oponer ni decir que no está de acuerdo con algo porque viene el castigo, incluso en lo económico. Queremos que todo esto se investigue y se vaya a la Justicia. Luego de la audiencia, les empezaron a meter miedo a nuestros compañeros y los quieren convencer de que nosotros estamos en contra de ellos. Y es todo lo contrario. El ENARGAS hoy es como otro INDEC, y mi temor es que, cuando se vaya este Gobierno, los que caigan sean nuestros compañeros. Además, estamos defendiendo a un organismo público. No hay acceso a la información. El día que estaban las víctimas de Rosario –yo además ocupo un cargo en ATE Capital- yo fui a ver a mis compañeros, con los cuales me reúno asiduamente, y vi como no querían atender a los familiares de las víctimas. Moralmente, un funcionario no puede hacer eso, aunque no sea la responsabilidad del ENARGAS. Quizás fuera de la Secretaría de Energía, del matriculado o de la licenciataria. No estoy diciendo quien es el responsable. Lo que digo es que un interventor o cualquier funcionario tiene la obligación de recibir a los ciudadanos, que somos los que pagamos los impuestos. Y cuando hicimos esa conferencia por el caso Skanska, un montón de compañeros lloraban emocionados, y uno de ellos, que sigue trabajando en el ENARGAS me dijo “yo lo único que tengo es mi honor y mi dignidad. No soy millonario, vivo de mi sueldo”.
Nos han quitado lo poco que nos quedaba –recalcó Guerra– que es la dignidad del trabajo. Hace 10 años, hubo una resolución firmada por técnicos valiosos, de los que algunos todavía quedan, favoreciendo a gente del norte argentino, porque les estaban facturando un gas que no les llegaba. Y hoy, quieren que cambien lo que habían dicho en esa oportunidad. Estamos en una intervención, y por lo tanto, el interventor puede per se decidir que lo que se hizo hace 10 años estaba mal. ¿Por qué necesita buscar la complicidad de aquellos técnicos? Finalmente, terminaron tirando para atrás aquella resolución apoyados por gerentes devenidos en cuadros políticos que habían sido compañeros nuestros”.
Finalmente, Virginia González Ríos agradeció a UP y al diputado Claudio Lozano por haber llamado a la audiencia pública en la cual se informó de toda esta problemática, y aclaró que “más allá de las amenazas que he recibido en mi teléfono, no hay amedrentamiento ni denuncia que nos haga parar en la defensa del ENARGAS y nuestros trabajadores”.
35 años de la Marcha de la Resistencia de las Madres con nuevos pedidos
El jueves 11 de diciembre, y como hace más de 25 años, las Madres dieron una vuelta más alrededor de la Pirámide de Mayo para volver a pedir justicia, aparición con vida de los 30 mil detenidos desaparecidos de la última dictadura militar, y para reclamar por los desaparecidos mexicanos, que se termine el hambre, se respete el derecho a una vida digna con agua, trabajo y vivienda para todos los argentinos y latinoamericanos. En primer término, escuchamos a Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, quien nos dijo que “no podemos dejar las marchas porque hasta ahora hemos seguido resistiendo para poder tener una información sobre que fue lo que pasó con todos y cada uno de los detenidos desparecidos, hasta que los jóvenes que tienen oculta su verdadera identidad la puedan recuperar. Tenemos que seguir apoyando muchas cosas cuando hay una injusticia, como las que se cometen contra las comunidades aborígenes, para que se les restituyan sus tierras, y tengan los mismos derechos y atenciones que tenemos en los lugares poblados. Tenemos que seguir bregando contra la Ley Antiterrorista, el Proyecto X, y para que lo saquen a Milani. Nos preocupa que estén liberando a represores como en el caso de Tucumán, ya desprocesaron a responsables de delitos de lesa humanidad tanto de aquella época como actuales”.
Cortiñas también se refirió al pedido de hábeas corpus que presentó este año ante la Justicia: “volví a presentarlo para saber que pasó con Gustavo, quienes fueron los que vinieron a allanar mi domicilio y se lo llevaron, quiero seguir luchando para que no quede nadie en la impunidad, y tener noticias sobre mi hijo y los 30 mil desaparecidos. Esperamos que algún día se abran esos archivos, que los hay. La Iglesia tiene que ayudar para que se lo pueda hacer para saber la verdad sobre lo que pasó durante el Terrorismo de Estado”.
Elia Espen, por su parte, señaló que todavía hay mucho por pedir, e hizo hincapié en seguir la lucha para que finalmente aparezcan esos archivos que están y que el Gobierno haga gestiones para que se los dé a conocer: “tenemos que seguir demostrando resistencia, no sólo por nuestros desaparecidos sino para poder cambiar este querido país, porque para mí, falta bastante todavía. Hay muchos trabajadores que la están pasando mal, con causas supuestamente preparadas, hay hambre, falta mucho para la educación, la salud, y para que, de una vez por todas, aparezcan los archivos, porque supuestamente están, y el Gobierno debe exigir que aparezcan, ya que los militares eran muy educaditos y prolijitos en eso de anotar todos los crímenes y las barbaridades que estaban haciendo. Por eso yo marcho”.
Convocatoria para pedir el cierre definitivo del Zoológico de Buenos Aires
En el Día Internacional por los Derechos de los Animales, activistas animalistas convocaron a manifestarse de forma pacífica el pasado domingo en la intersección de las avenidas Las Heras y Sarmiento, por el cierre del Zoo de la Ciudad. Para conocer los detalles, hablamos con Malala Fontán, de la Asociación Sin Zoo: “hemos convocado a todos los vecinos de la ciudad de Buenos Aires y los del Conurbano bonaerense que quieran plegarse para tratar de cubrir todo el perímetro del predio, que es muy grande, para abrazar todo el lugar y a los animales que viven allí. Hace poco tiempo se filtró un comunicado interno de los empleados del zoológico, en el que narraban las condiciones atroces en las que se encuentran sus animales, la falta de insumos veterinarios y la falta de comida, que muchas veces es comprada por los propios trabajadores. Incluso los animales han estado hasta 5 días sin comer. Esta es una situación puntual, pero el reclamo que hacemos nosotros es más de fondo, porque creemos que los zoológicos tanto en Buenos Aires, como Argentina y el mundo entero son instituciones retrógradas, que datan de la época de la reina Victoria. Fueron inventados en el mismo momento que los zoológicos de seres humanos, que se les mostraba a la cultura reinante como algo curioso y exótico. Esto lo decimos porque cuando los animales son arrancados de su hábitat y separados de su familia, son llevados en viajes larguísimos, en los cuales muere muchísima cantidad de animales, y son enjaulados de por vida, sufren una enfermedad que se llama zoocosis, que es la locura del encierro, y es lo que hoy se ve en Palermo. Monos pelados que de tanto peinarse y acicalarse se arrancan el pelaje, animales que le dan 500 vueltas a la jaula sin parar, o la triste muerte del oso polar Winner hace dos años, que murió de esa enfermedad y por las temperaturas de una ciudad subtropical como lo es Buenos Aires hoy. Y una de las cosas que genera más zoocosis en los animales es la exhibición al público. Y un detalle que nadie dice, salvo las organizaciones que defendemos los derechos de los animales, es que en el Zoológico de Palermo es una práctica habitual falsear las autopsias de los animales, porque en su gran mayoría mueren por ingesta de botellas de plástico y de galletitas que les tira la gente. Necesitamos hacer un cierre responsable y paulatino del Zoo de Buenos Aires, y de no incorporar más animales a la “colección”, no hacerlos reproducir más, y hacer un censo, porque hace más de 15 años que no se hace uno. Por lo tanto, cuando un animal se muere, no queda ningún registro. Es como un indocumentado. Es el reino de nadie. Tenemos un proyecto de ley maravilloso, muy cortito, de fácil lectura que se puede ver en www.soinzoo.com.ar, y un petitorio que estamos haciendo firmar en toda la Capital y con 4 mil firmas podemos presentarlo, lo que calculo que vamos a hacer en marzo cuando la Legislatura reabra sus sesiones.
Malala explicó que si bien estamos hablando de falta de conciencia general de los que les tiran a los animales objetos que les hacen mal al ingerirlos, “también estamos hablando de animales separados de su hábitat, de su familia y encarcelados de por vida. Y esto es convivir con una práctica aberrante como el zoológico como si fuera algo normal. Si nos detuviéramos a pensar un minuto en que un elefante de la sabana africana no pertenece a Plaza Italia, con el stress auditivo, el del smog, los petardos de fin de año, las líneas de colectivo, el encierro, la falta de comida, la exhibición permanente al público, nos daríamos cuenta de que es una locura. A escala, es como si pusiéramos a nuestro gato dentro del placard de por vida. Vivirían el mismo día 365 veces por año. Es estar preso, entonces, estamos acostumbrados a eso y usamos como excusa a nuestros niños para educarlos. Y eso no es hacerlo. Educarlo en la cárcel. Yo quiero que mis hijos crezcan con el valor de la libertad implantado en el chip. No quiero más dictadura ni cárceles de animales inocentes. Entonces los llevo a una reserva ecológica donde, primero, no se paga entrada; segundo, ves fauna en libertad en su hábitat. Como hacen para alimentarse, como construyen sus nidos, sus madrigueras. Es más instructivo ir a la Costanera Sur, a la Norte o a la maravillosa reserva de Pilar o a la de Maschwitz que ir al Zoo, de donde la gente sale descompuesta. Nosotros hacemos activismo cada 15 días en la puerta, y hablamos muchísimo con la gente sobre todos estos temas, y a veces sale, nos pide el megáfono, y le habla a la gente de la cola para decirles que lo que acaban de ver les revolvió el estómago. Incluso algunos empleados del zoológico refieren que, ante la falta de suministros, muchas veces les dan animales herbívoros y pacíficos como alimento a los más voraces. Eso es un horror”.