Aguirre y Custer reflexionan sobre la continuidad del Frente Amplio en Uruguay, los logros obtenidos y el desafío por delante.
Por Adolfo «Fito» Aguirre y Carlos Custer*
El domingo 1 de marzo, Tabaré Vázquez volvió a asumir la presidencia del Uruguay. De la mano de su sucesor, Pepe Mujica, Tabaré recibió nuevamente la banda presidencial que detentará por cinco años, los cuales se sumarán a toda una década de gobierno ininterrumpido del Frente Amplio.
Asistimos a la reelección del Frente Amplio en el país hermano. Confiamos en que las fuerzas progresistas continúen participando de un verdadero cambio. Con un gobierno que ponga en lo más alto de su agenda los intereses de su pueblo, con humildad, perseverancia y firmeza.
Esta victoria a la vez que consolida el camino uruguayo, demuestra que este proyecto a pesar de los desgastes de su permanencia en el poder, conserva un significativo margen de apoyo y confianza de su pueblo.
Reivindicando la herencia de Artigas, el Frente Amplio supo enarbolar las banderas nacionales y reconstruir el Estado de bienestar promoviendo reformas en educación, seguridad social y salud, para poner fin a las políticas neoliberales de austeridad y reducción del Estado. Si bien todavía quedan varios pasos que dar en dirección a generar un modelo de desarrollo económico, social y político que incluya a todos, destacamos y reconocemos muchos de los posicionamientos y políticas que se promovieron desde el Frente Amplio.
En este sentido podemos decir que además de los logros puntuales de los gobiernos de Tabaré y de Mujica, el Frente Amplio marcó definitivamente la política uruguaya. De un lado, logró romper con el bipartidismo que caracterizaba al sistema, imponiéndose frente al Partido Colorado y al Partido Nacional. Desde su nacimiento en 1971 el Frente Amplio fue creciendo y transformándose, logrando erigirse en una opción política viable y amplia de cara al electorado. Ganaron así la intendencia de Montevideo en 1990 y luego asumieron el Poder Ejecutivo de la Nación desde 2005 con Tabaré Vázquez como presidente. Por otro lado, el Frente Amplio pudo demostrar con altura y generosidad que fuerzas progresistas de centro, de izquierda y de centro-izquierda pueden converger para otorgar una opción seria, responsable y decidida frente a su pueblo, más allá de las diferencias internas que puedan existir entre sus miembros.
Al hacer un simple repaso de lo que estos diez años de mandato del Frente Amplio nos legan y proponen profundizar y ampliar a futuro, exploramos a modo de reivindicación y expresión de apoyo los siguientes logros, que deben ser contrapuestos con la difícil situación que vivía Uruguay en materia de crecimiento, empleo y pobreza, por lo menos hasta el 2002:
- La mejor redistribución del ingreso, que no sólo se consiguió a través de un efecto derrame debido al crecimiento macroeconómico, con tasas que variaron entre el 3.9 y el 8.9% de crecimiento del PBI, sino a través de la implementación de programas sociales amplios (Plan de Atención Nacional a la Emergencia Social (PANES), luego el Plan de Equidad junto a otros planes) que han impactado reduciendo los niveles de desigualdad, haciendo de Uruguay uno de los países con los índices más bajos de pobreza de América Latina. La reestructuración del organigrama estatal con la creación de los Gabinetes Productivos, Social, de Seguridad Social y de Innovación, fueron en este sentido, al igual que la ampliación de la cobertura de seguridad social y las reformas en el ámbito laboral. Aquel eje de redistribución del ingreso no puede comprenderse sin la paridad de otro logro fundamental del Gobierno de Mujica como fue la reducción de los niveles de pobreza. El mismo tuvo efecto principalmente en las zonas rurales y se vio reflejado en las estadísticas publicadas por la CEPAL, donde Uruguay se ubica entre las naciones con menor indice de pobreza e indigencia de la region, al tiempo que su índice de desigualdad califica como uno de los menores entre las naciones, menor incluso que el de España.
- La redinamización de las negociaciones colectivas y la recuperación del salario real, ganados a través de los Consejos de Salarios que fueron reinstaurados por el gobierno frenteamplista recién asumido su primer mandato en 2005. La recuperación del empleo, y el mayor acceso al mercado de trabajo de las mujeres y de los jóvenes menores de 25 años, es fruto de una fuerte voluntad política en este sentido. Lo son también las leyes que amparan a los trabajadores domésticos y a los trabajadores rurales, grupos que fueron históricamente relegados por el derecho laboral. En general, aumentó el poder adquisitivo de los uruguayos y el crecimiento de los salarios y las jubilaciones superó el 20%.
- El fuerte impulso a dos áreas fundamentales: la vivienda y la salud. Por un lado en relación a la vivienda, a través del otorgamiento de créditos, la promoción de la construcción de viviendas sociales, y otros dispositivos, fue posible ampliar la cantidad de familias poseedoras de una vivienda digna. Con respecto a la salud, se amplió la cobertura pública y privada hasta alcanzar aproximadamente al 100% de la población con el Sistema Nacional Integrado de Salud.
- La democratización de la tecnología y de Internet a través del Plan Ceibal, entre otros programas, que demostraron los enormes esfuerzos para poder ampliar la cantidad de usuarios con acceso a estos recursos, conscientes de que el futuro de los jóvenes estará en gran parte signado por el acceso que tengan a las nuevas tecnologías.
- La promoción de la participación ciudadana y el esfuerzo por garantizar la transparencia del Estado y el acercamiento al pueblo. Así se promovió la meritocracia, imponiendo los concursos para acceder a trabajar a la Administración Pública y se realizaron Consejos de Ministros abiertos en distintas localidades del interior de Uruguay, para acercar “el Gobierno a la gente”.
- El derecho al aborto, si bien fue vetado por el presidente Tabaré en el año 2008, luego de que haya sido sancionada la ley por el parlamento, fue finalmente erigido en ley bajo el mandato de Mujica. Se respondió así a una demanda histórica de los movimientos sociales por el derecho a decidir, y garantizando el aborto libre y gratuito hasta la duodécima semana de gestación. Los datos estadísticos indican una sensible mejora al respecto ya que desde que la medida entró en vigencia se practican en Uruguay solamente 9 abortos cada 1.000 mujeres entre 15 y 45 años, siendo aquella una de las cifras más bajas respecto a los demás estados que aún pugnan por su despenalización.
- Matrimonio igualitario: En el contexto de las medidas osadas encaradas por el gobierno de Mujica y que sin duda han sentado precedente en la región y el mundo en materia de derechos humanos; participó de la promulgación de la ley que permite el casamiento entre personas del mismo sexo, ampliando de esta manera los derechos a las minorías que estaban excluidas.
- No puede olvidarse tampoco la controvertida legalización de la compra, venta y cultivo de la marihuana bajo la supervisión del Estado, con motivo de fortalecer la cruzada contra el narcotráfico.
Éstas son sólo algunas de las medidas que consideramos más relevantes de estos diez años del gobierno del Frente Amplio en Uruguay, y sin duda creemos que aún queda mucho para recorrer, para poder profundizar el bienestar social, la justicia social y la igualdad. De este modo, consideramos que Uruguay logró erigirse como uno de los países más igualitarios de la región a partir de los avances en materia de derechos comentados anteriormente. Aún queda por abordar un plan integral que se proponga poner en relación de forma conveniente el sueldo mínimo de Uruguay, de los mejores de América Latina, con el alto costo de vida que pone en entredicho la capacidad adquisitiva de aquel salario mínimo. Tampoco puede olvidarse la deuda pendiente del mandato de Mujica para con la mejora de la educación para todos los uruguayos. Si bien se ha registrado una masificación en el acceso a la enseñanza, queda por ver cuál es la orientación y el contenido de tal proyecto educativo y si va en consonancia con un modelo de desarrollo que se base en la justicia social y la equidad. Un tercer eje donde se evalúa la gestión del FA como aún deficitaria se registra en materia de funcionamiento del Estado uruguayo en torno a establecer lazos de transparencia estrechos con su ciudadanía, de mutua comunicación y respuesta. Por último, en materia de desarrollo económico y productivo se deberá avanzar en políticas económicas que permitan consolidar un modelo de desarrollo inclusivo.
En materia de cooperación internacional, esperamos que tentativas tales como la firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos allá por el 2006 por parte Tabaré Vázquez en su primer mandato, que fueran vigorosamente denunciadas por los movimientos sociales y sindicales, y concluyó con la firma del TIFA (Trade and Investment Framework Agreement), no vuelvan a repetirse y se continúe por la senda de la integración regional. En este sentido, durante la presidencia de Mujica se ha dado un verdadero empuje a la institucionalización del MERCOSUR como un espacio que debiera ser no sólo de cooperación económica sino de cooperación social y política frente a otros actores internacionales. Asimismo Uruguay ha trabajado junto a Argentina para que Venezuela integre el Mercosur para afianzar el bloque, lo que se considera como un paso muy importante para nuestra región.
Por todo ello, esperamos que el mandato popular expresado en esta nueva elección no sólo sirva como ratificación del apoyo brindado al gobierno sino que sea tomado como un compromiso de avanzar en las asignaturas pendientes a partir de las conquistas ya alcanzadas.
*Secretario de Relaciones Institucionales y de Relaciones Internacionales de Unidad Popular, respectivamente.
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