El pasado miércoles desde Estación Central (Radio Sur, FM 88.3, miércoles 12hs) se comunicaron con el ingeniero Hugo Palamidessi, presidente del M.O.R.E.N.O. (Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora) y actual candidato por Camino Popular en comuna 6, para charlar sobre la nueva oleada de cortes de energía eléctrica que afectaron a varios barrios de la ciudad de Buenos Aires.
-¿Podría explicarnos por qué cada vez que hace calor media ciudad se queda a oscuras?
-El calor viene hace rato, y evidentemente los cortes duran y cada vez son más grandes en algunos momentos. El tema va a ser cuando pasen los calores y vengan los fríos van a volver, porque acá hay un problema de fondo acumulado durante muchos años, cuyo origen lo podemos ubicar en la época de las privatizaciones, o poco tiempo después, y que corresponde a dos factores: por un lado, el más visible e inmediato es el estado de las líneas de distribución de la Capital, que parten de una instalación que hace muchos años que no se renueva y que en los últimos años, particularmente desde que está privatizado, el mantenimiento ha sido muy malo y entonces las cosas envejecen y se producen fallas que evidentemente responden a un problema también de desequilibrio de la oferta, es decir, no hay suficiente cantidad de electricidad para responder a la demanda que en los últimos años ha crecido mucho porque ha habido un gran consumo, una gran instalación de equipos eléctricos –sobre todo acondicionadores de aire-, porque no se han ejecutado planes de ahorro de energía razonable, han sido pocos, malos y con pobres incentivos y castigos, y por eso básicamente venimos con estos dos temas de larga data.
-¿Y el boom inmobiliario que está habiendo en Capital Federal? Todos sabemos que el extractivismo de la soja se traduce en ladrillos y genera grandes torres, shoppings y otras grandes construcciones. ¿Esto también influye en la crisis energética en la ciudad de Buenos Aires?
-Claro, en el problema del desequilibrio entre la oferta y la demanda cuenta que no se ha actuado sobre la demanda. Cuando hablamos del ahorro, tenemos que plantear básicamente que hay más consumo, y mayor cantidad de consumo irracional. Y gran parte de este consumo es el de los grandes shoppings y de las grandes torres que tienen muy mala nota desde el punto de vista de la conservación ambiental. O sea, se hacen sin persianas, con paredes rígidas y de muy poca aislación, sin ninguna clase de aprovechamiento del manejo térmico del ambiente, de modo que en muchos de esos edificios se pueden ver gran cantidad de aires acondicionados, que en ciertas torres y ubicaciones tienen que ser usados 9 meses al año, tanto en invierno como en verano, y evidentemente, esto ha hecho que haya un consumo realmente excesivo, pero eso va de la mano de que no ha habido generación suficiente. De cualquier manera, el problema principal sigue siendo el de la distribución, es decir, los cables están viejos, las cámaras están viejas, muchas que se inundan, y las reparaciones que se hacen mal y a las apuradas por personal no idóneo. Porque este es el resultado de las privatizaciones: se echó a un montón de gente y se hacen los mantenimientos con equipos tercerizados de gente con poca experiencia por lo cual, evidentemente, las reparaciones duran poco. Se arregla una cosa y se descompone otra, eventualmente, y también, lamentablemente, reproducen accidentes en los que cada tanto muere algún operario por mala praxis.
-Pero no solamente fueron las privatizaciones sino que los últimos gobiernos fueron cómplices de esta desinversión…
-Bueno, sí, las privatizaciones y los remedios que se han tomado, porque evidentemente no se ha operado suficientemente, es decir, el manejo de las empresas privatizadas ha sido, por supuesto, muy irresponsable y no ha habido sistemas de control. Recordemos que en el año 99 explotó una estación de EDESUR que no había sido lo suficientemente inspeccionada ni revisada la ingeniería, y esto es lo que está pasando desde entonces. Razonablemente, a las empresas se les han perdonado las multas en función de que las tarifas son muy bajas. Evidentemente, el uso político de las tarifas ha favorecido el hecho de que las empresas tengan argumentos suficientes para decir que no tienen capitales para poner en mantenimiento y que no tienen recursos para hacer nuevas obras para mejorar la distribución. Eso lleva a que estemos haciendo una política totalmente irracional porque tenemos que importar más combustibles, estamos llenos de artefactos móviles para reforzar la generación en la propia ciudad, con grandes equipos, o los propios equipos pequeños que compran los particulares. Y como resultado de todo esto, tenemos que los más pobres son los que pagan el pato, porque la gente que vive en pisos altos no puede subir, se queda sin agua, son edificios que no tienen dinero para poner un grupo electrógeno, y son los que sufren más seriamente la situación. Y este es un tema no sólo de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires sino también del Interior, porque las grandes ciudades en general hay cortes de electricidad, y hay restricciones también a las grandes empresas.
-Hugo, sintetizando, entonces, en la ciudad de Buenos Aires la reparación de la red de distribución solucionaría el problema de alguna manera?
-Bueno, la reparación va solucionando algunos problemas puntuales pero los inconvenientes son tantos, están tan acumulados que esto va a seguir por un rato. Por otra parte, no sólo es la distribución, es también la falta de generación que permita mantener holgadamente la demanda, porque resulta que estamos operando, cuando hay mucho consumo, con todas las máquinas disponibles, máquinas buenas, regulares y malas, porque hacen falta todas para satisfacer el consumo y por eso hay muchas posibilidades de fallas. Hay un porcentaje muy grande de fallas que hacen que en determinado momento la generación no sea suficiente y entonces, o se corta porque se sobrecargan las líneas o hay que cortar –muchas veces los cortes están programados aunque a veces no anunciados- porque cuando ven que el consumo se dispara en determinadas zonas, se lo hace para evitar que haya un corte no programado, por sobrecarga, no esperado, porque, por todos los sistemas de protección, puede que se den esos cortes de manera amplificada, es decir, por falla en un punto empieza a haber una cascada de cortes y hacen que el problema sea mucho más grave.
Este año aparecieron unos nuevos artefactos en escena, que son los generadores para darles electricidad a los edificios ¿Qué opina de esa medida?
-Eso es un desastre. Primero que no es muy reciente, ya hace varios años que los podemos ver. Están los más chiquitos que compran los particulares, los medianos que se alquilan, y los grandes camiones que también se alquilan. Pero eso también se ha replicado en el Interior con centrales móviles de unos pocos Mw que funcionan a fuel oil, con lo cual, el costo en combustible es espantoso. Podemos tirar un número: sale 30 veces más en hidrocarburos que si estuviera la energía de línea, y es muy perjudicial en cuanto a lo ambiental por el ruido, el humo y ese tipo de cosas. Esa es una solución que ha venido emparchando no sólo en la ciudad de Buenos Aires, que evidentemente, para tapar la explosión de la gente, sino incluso en lugares del Interior para suplir la falta de energía suficiente. Así hay centrales en la costa, en la provincia de Buenos Aires y en muchos lugares del país. Y todo esto a cualquier nivel, cuanto más chico, menso eficiente en general resulta desde los puntos de vista económico y ambiental. Es un desastre.