El precandidato a jefe de Gobierno de Camino Popular analizó la promesa macrista, en campaña presidencial, de eliminar el cepo.
Por Claudio Lozano*
«Macri no miente. Prometió eliminar el cepo el 11 de diciembre lo que en buen romance significa que está dispuesto a saquear el bolsillo popular con una maxi devaluación. En el marco de un conjunto de señalamientos mágicos que hablan acerca de que con su sola presencia en la Presidencia lloverán dólares de créditos e inversiones, Macri hizo público su compromiso con la propuesta de más ajuste y endeudamiento para el futuro de la Argentina.
Es obvio que si faltan dólares y uno libera la posibilidad de comprarlos el resultado es uno solo: devaluación y caída de los salarios.
Pero lo que los argentinos debiéramos pensar es por qué faltan dólares. Faltan dólares porque el gobierno nacional permitió en la última década una fuga de divisas cercana a los u$100.000 millones, pagó deuda pública en términos netos por más de u$60.000 millones y le facilitó a las empresas de capital extranjero que remitieran el 72% de sus utilidades al exterior (más de u$40.000 millones).
Es en ese marco que tenemos “el cepo” de un gobierno que desesperadamente cuida los pocos dólares que tiene, manteniendo la recesión y el estancamiento de la actividad económica con el único objetivo de cumplir con el pago de una deuda pública absolutamente ilegítima. El mismo gobierno que habla del desendeudamiento y de que la deuda no importa, paraliza la actividad económica (ajusta) para pagar deuda. Y la razón que explica la opción oficial es que en estos doce años al mantenerse el perfil productivo heredado de los 90 y crecer la extranjerización de la economía, hacer funcionar la industria argentina a pleno requiere un uso exagerado de dólares.
Hay que decirlo con todas las letras: “Ni el cepo gubernamental, ni el compromiso de Macri con la devaluación, el ajuste y el endeudamiento, son opciones para la Argentina.”
La solución al problema argentino exige dos líneas de trabajo. En primer lugar hay que asumir que si faltan dólares y por lo tanto hay que administrar su uso, una pregunta que debiéramos hacernos y que el gobierno elude es la siguiente: ¿Están entrando todos los dólares que tienen que entrar? ¿Están entrando a tiempo y forma? ¿No tenemos más dólares de lo que parece? Pensar esto implica decir que no sólo hay que ocuparse de cómo se usan las divisas que entren (la demanda), sino que hay que “controlar la oferta de dólares”. Preguntarse por esto (no lo hace Macri ni el gobierno) permitiría concluir que sólo cincuenta empresas tienen tres veces más dólares que el Estado argentino.
La regulación y el control sobre la actividad de esas firmas (aceiteras, sojeras, petroleras, mineras, siderúrgicas) es la clave para que el Estado recupere control sobre cómo y cuántos son los dólares que ingresan en nuestro país.
La segunda línea de acción significa asumir que hay que cambiar el perfil productivo de manera tal de ahorrar dólares. Hay que reemplazar la armaduría industrial extranjerizada que tenemos hoy por un proyecto industrial serio, que sustituya importaciones y controle la operatoria del capital extranjero en nuestro país.
Control sobre la oferta de divisas y reactivación de la actividad productiva sustituyendo importaciones es la alternativa para relanzar el desarrollo argentino frente a la falsa opción planteada entre “el cepo oficial o la devaluación de Macri”.
* Presidente del Bloque de Diputados de Unidad Popular; precandidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el Frente Camino Popular