La Ciudad de Buenos Aires que tenemos hoy, después de dos gestiones de gobierno Macri, tiene muy buena propaganda. Pero más allá del marketing, cuando rascamos la superficie de las cosas, tenemos una ciudad malograda. Una ciudad rica pero desigual.
– Una ciudad en la que no se consiguen vacantes en las escuelas ni camas en los hospitales.
– En donde no se puede comprar un departamento y en donde alquilar es cada vez más difícil. Incluso en las villas.
– Una ciudad de trabajo precarizado en la que el gobierno otorga ventajas impositivas a los amigos sin exigir compromisos de inversión y ni tan siquiera de creación de puestos de trabajo de calidad.
– Una ciudad de negocios para pocos y de hostilidad para muchos.
– Una ciudad con montañas de basura que paga los contratos más caros del país en recolección de residuos.
Pero eso puede cambiar.
Se puede convertir esta ciudad hostil en una ciudad amigable. Con la gente decidiendo y con un gobierno que defienda la autonomía de la ciudad para solucionar los problemas que no se pueden tratar dentro de sus límites, porque son problemas de todo el área metropolitana. Caminemos juntos para conseguir una ciudad equitativa, habitable, creativa, accesible e integrada. Aquí están nuestras ideas. Te invitamos a conocerlas.