Aún nos embarga el dolor por la muerte de un compañero de todas las horas y de un maestro que, junto a otro inolvidable como el cura Carlitos Cajade, nos marcó el camino de la lucha por un país con infancia, en el que no aceptamos ni un pibe menos, y en el que, hasta lograrlo, seguiremos denunciando que el hambre es un crimen, y que no dejaremos de construir poder organizado hasta eliminarlo.
Como bien dijo hace horas la CTA bonaerense «Ahora Morlachetti está con Carlitos Cajade, dos indomables que supieron vivir erguidos, sin traicionar sus principios, y por eso son dos grandes. Por eso no los despedimos, sino que nos los quedamos para siempre. Porque toda vida vale. Porque como Morlachetti también dijo: “Quieren que la vida no valga nada. Una semilla de mijo en un granero. Pero que vayan sabiendo que la dignidad no se mide por el tamaño de los patrimonios, sino por aquellos benditos esperanzados que caminan a través de los siglos detrás de la utopía”.
Aqui incluimos un video que compartió Laura Taffetani, la compañera de lucha inclaudicable de Alberto, en el que queda clara la coherencia de tantos compañeros que hoy le dan forma y dignidad a nuestra manera de pensar