El informe Anual 2015 sintetiza un análisis de los lugares de encierro, las políticas de seguridad y las prácticas policiales.
La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) que encabeza Adolfo Pérez Esquivel presentó ayer a las 16 hs en el Teatro Coliseo Podestá de La Plata el Informe 2015: «El sistema de la crueldad». Estuvieron presentes, entre otros: Elisa Carca y Víctor Mendibil, vicepresidentes de la Comisión; Mauricio Tenembaun, Secretario; Susana Méndez, tesorera, familiares de víctimas de violencia y el precandidato a Presidente Víctor De Gennaro.
El Informe arroja cifras alarmantes sobre la vulneración de los derechos humanos. En el período 2013-2014 murieron al menos 286 personas bajo custodia del Servicio Penitenciario Bonaerense y al menos otras 18 en comisarías de la Policía provincial. La policía bonaerense informó al menos 111 personas «abatidas en enfrentamientos» entre abril y octubre del 2014. La misma lógica se reproduce en los neuropsiquiátricos con 133 muertes. Estas 548 muertes han sido producidas por acción u omisión del Estado; algunas las produjeron agentes estatales cumpliendo funciones, otras las sufrieron personas bajo custodia y protección del Estado.
Hay 20.986 hechos de torturas o malos tratos producto de la policialización de la justicia que ataca a los sectores más pobres y vulnerables y no a los verdaderos responsables y causantes En la provincia de Buenos Aires nunca hubo tanto presos como en la actualidad. Este es el resultado más preocupante de la política criminal impulsada por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, que ha desencadenado una grave crisis en materia de derechos humanos. Pero no es el único dato alarmante. A los indicadores de prisionalización se le suman otros vinculados al agravamiento de las condiciones estructurales de hacinamiento y superpoblación, y las prácticas de tortura que siguen siendo sistemáticas.
La emergencia en seguridad decretada por el Gobierno provincial en 2014, implicó también un aumento considerable del ejercicio de la violencia policial, que se refleja cotidianamente en prácticas como las detenciones arbitrarias y en el uso letal de la fuerza.