Lo sostuvo Lozano sobre las declaraciones del candidato del FPV. Esto es continuar con el rumbo de «destrucción ambiental», dijo.
“Scioli confirmó que, en caso de triunfar, vamos a seguir teniendo un gobierno con olor a petróleo. Junto a los gobernadores de las provincias petroleras y al CEO de YPF el candidato del Frente para la Victoria sostuvo que piensa seguir subsidiando las ganancias extraordinarias de las petroleras y se comprometió a mantener el rumbo en materia de hidrocarburos no convencionales, fracking y destrucción ambiental mediante«.
Así lo sostuvo Claudio Lozano, presidente del bloque Unidad Popular al conocerse que el candidato del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, se comprometió a seguir reconociéndoles a las petroleras un precio del barril de 77 dólares, «pese a que el valor internacional es de 45, y el costo de producción local es de 14».
«Agregó también que su objetivo era la exportación de gas, confirmando su compromiso con el fracking y su apuesta a transformar a la Argentina en Arabia Saudita«, afirmó el economista.
Para Lozano, Scioli «completaría así la subordinación sistemática y permanente que el gobierno kirchnerista ha exhibido respecto a los intereses petroleros», expresada en el mantenimiento, durante una década, de los decretos desreguladores que datan del menemismo y en «haber permitido la depredación de nuestros recursos por parte de Repsol».
Por otra parte, el diputado recordó también que el gobierno kirchnerista fragmentó la posibilidad de una política petrolera nacional, «impulsando en nombre de un erróneo federalismo, la denominada Ley Corta», le reconoció a Repsol una indemnización a valor de mercado, y se «zambulló en el lamentable objetivo» de transformarnos en exportadores de hidrocarburos «a costa del desastre ambiental que producen las técnicas de fracking».
Esta subordinación está «vigente en el comportamiento de una YPF que desde su estatización actúa como nave insignia de la expansión de la rentabilidad de las petroleras», agregó.
Finalmente, Lozano opinó que de esta manera, el Gobierno «valida el mantenimiento de subsidios, la lógica de la desinversión de los grupos trasnacionales que operan en la actividad y la perpetración de una matriz energética sucia e insustentable basada excluyentemente en hidrocarburos. El olor a petróleo parece garantizar el mantenimiento del Estado Bobo.”