El diputado Claudio Lozano presidente del bloque Unidad Popular, sostuvo esta tarde luego de la presentación del Proyecto de Presupuesto para el ejercicio 2016, que “el Ministro de Economía Axel Kiciloff enarboló un discurso autocomplaciente y contradictorio en la presentación del Proyecto oficial de Presupuesto 2016. Autocomplaciente ya que pretende quedarse tranquilo criticando las propuestas de ajuste conservador y devaluacionistas (que todos los argentinos ya sabemos que no nos llevan a ningún lado) mientras que en la práctica los problemas se acumulan y la Argentina lleva cuatro años de estancamiento con impactos negativos sobre el empleo y los ingresos».
«En este sentido, el Ministro mintió al pretender destacar las políticas de inclusión del gobierno, cuando dijo que no había habido impactos en el mercado laboral. En rigor, desde mediados del año 2013 la tasa de empleo (cantidad de ocupados) no hace otra cosa que caer y no se ha manifestado en la tasa de desocupación ya que el gobierno sigue manipulando las estadísticas laborales (esta vez a través de una “forzada e increíble” reducción de la tasa de actividad). A la vez, el ingreso promedio de los ocupados durante los últimos años (2011-2014) refleja una caída del 7% que no será recuperado en el año en curso.
Y decimos que además de “autocomplaciente” su discurso es contradictorio ya que el Ministro hizo una presentación que le hubiera permitido justificar el “por qué” de apelar al déficit fiscal para no profundizar la situación de estancamiento de la economía. Sin embargo, en contradicción con sus argumentos presentó un presupuesto con equilibrio fiscal. Habida cuenta que el resultado primario del ejercicio 2015 puede estimarse hoy en un déficit de 203.388 millones y el resultado financiero asciende a (-299.624 millones de pesos), si uno le creyera al presupuesto presentado, deberíamos pensar que el próximo gobierno debutará con un “ajuste brutal”.
El tema es que no se puede creer en nada de lo que traen. Repiten una vez más la presentación de un dibujo al igual que lo han hecho durante todos estos años. Entre el 2003 y el 2014, a valores de hoy, la cifra de gasto que se decidió por fuera del Parlamento Nacional duplica el gasto total original correspondiente al presupuesto del 2015 (2.067.891 millones). Es más, el Ministro tampoco explicó (incumpliendo con la ley de Administración Financiera) por qué razón gastó $265.145 millones más que lo que había autorizado el Parlamento y por qué ese gasto no fue enviado como ley complementaria para su aprobación al Congreso Nacional. Este último aspecto vuelve a poner en el centro del debate el vaciamiento que el Gobierno Nacional ha hecho de la discusión presupuestaria. En este caso, envía un presupuesto de ajuste (que no incluye ni pauta salarial ni jubilatoria) que en la práctica no existirá.
Lo señalado son los aspectos centrales de una exposición que tuvo mucho de relato y poco de realidad, y donde el Ministro dio muestras también de que el oficialismo acomoda sus argumentos según le conviene alejándose de cualquier intento serio de presentación. Algunos puntos centrales vale la pena destacarlos.
a) El 90 % de su exposición tuvo que ver con la crisis internacional, su impacto en el precio de los commodities y la eventual suba de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal Norteamericana. Cuando había “viento de cola” y los precios de los productos que exportábamos volaban por las nubes y la tasa de interés mundial era cero, el argumento oficial era que eso no era lo importante, lo central era la política interna. Esto, más allá del hecho objetivo, de que en el marco del denominado “consenso de las commodities”, los países de la Región, con distintas políticas económicas, crecían todos a tasas significativas. Ahora, que no hay “viento de cola”, sino que hay “cachetazo de frente”, todos los problemas vienen de afuera y la “virtuosa política local” hace que no se produzcan efectos. Claro, el Ministro, no explicó por qué la Argentina creció al 5,6% anual, entre el 2003 y el 2011 y desde ese año en más se encuentra estancada.
b) El Ministro dijo que en tanto el Presupuesto presuponía un contexto que podía no darse (por caso, se esperaba una recuperación de la economía mundial, que no ocurrió) había que permitirle al Ejecutivo cierta flexibilidad presupuestaria. Esto no explica porque el Ministro no ocupó nada de su exposición para informar al Parlamento por qué el resultado financiero del presupuesto aprobado para el 2015 era de (-49.624 millones de pesos) y el estimado para el cierre del año es deficitario en $299.624 millones. Tampoco dijo por qué se vio obligado a gastar $265.000 millones de más que lo presupuestado.
c) Fue singular también escuchar al Ministro defender, en nombre de los trabajadores, la razón por la cual el gobierno le subsidia el barril de petróleo a las petroleras privadas en 77U$ cuando el precio internacional oscila en torno a los 40U$ y el costo de producción local no pasa de los 14U$ el barril. Con la excusa de defender a los trabajadores el gobierno sigue en la política de defender (subsidiar) la renta extraordinaria de las petroleras. Para colmo, el propio Ministro tuvo que reconocer que pese a las ganancias extraordinarias que les garantizamos, la producción solo había crecido un 0,5%. En suma, se posterga la decisión de nacionalizar el conjunto del sector y se subsidia el comportamiento rentístico y especulativo de las petroleras privadas.
d) Un párrafo especial merecen las consideraciones hechas a la hora de destacar lo que él denomina, la reindustrialización y sustitución de importaciones, en que se encuentra la Argentina. Insólito, cuando sobran evidencias empíricas que indican que las importaciones per cápita hoy son superiores a las existentes en 1998 y que esto remite al carácter ensamblador y mercado internista que caracteriza la “matriz de especialización industrial local”. Es por eso que al observar nuestros problemas comerciales surge con nitidez que los rectores principales de la recuperación industrial local son fuertemente deficitarios en divisas. Así, el sector automotriz evidenció un déficit comercial de U$4391 millones y U$5891 millones en el 2012 y 2013; la electrónica Tierra del Fuego, supero los U$4000 millones de déficit en ambos años, y el sector de bienes de capital registro un déficit de U$6850 millones en 2012 y U$7458 millones en el 2013.
e) Por último, el Ministro se mofó -con razón- del denominado “Índice Congreso” que algunos legisladores conservadores presentan como índice de precios. Sin embargo, no explicó por qué al explicar el IPCNU, el INDEC no exhibe los Índices de Precios regionales que le dan origen, ni tampoco los precios de los productos que relevan. Ambas cuestiones sumadas a la imposibilidad de acceder a la metodología de la Encuesta de Gasto con la que construyeron el nuevo índice, sigue hablando de la falta de rigor de las estadísticas públicas. En este punto la desaceleración en los precios tiene una sola explicación: el estancamiento de la actividad económica. Esto fue notorio en el segundo semestre del 2014 y la ligera recomposición de la actividad del primer semestre del 2015, más la incertidumbre cambiaria, están indicando que los precios, una vez más, volverán a subir”.