Nuestro candidato a diputado jujeño, Benito Carlos Aramayo, analiza en esta carta de lectores la situación económica y social provincial.
«Señor Director:
La estructura económica y su consecuencia social en Jujuy se caracterizan por la gran concentración de la producción industrial y su contracara de escasas industrias pequeñas y medianas. En el sector agropecuario ocurre lo mismo, cinco grandes propietarios de tierras concentran el 45 % de la tierra con valuación inmobiliaria rural y la contracara en este sector muestra aproximadamente 8 mil pequeñas explotaciones y las medianas suman un par de centenares. El tamaño de las funciones burocráticas y de atención de servicios básicos del Estado, principalmente educación y salud con carencias notorias, son un reflejo de la estructura antes señalada. La enorme cantidad de desocupados y de trabajadores informales completan el cuadro de situación y son una derivación de dicha estructura de la producción de bienes y servicios.
En el proceso electoral en curso se escuchan diagnósticos generales en ese sentido más no propuestas básicas parta modificar dicha estructura. Esta nota tiene como objetivo aportar algunas ideas respecto a lo que debería ser un verdadero plan económico y social a mediano y largo plazo que apunte a revertir la situación. En economía política se entiende el mediano y largo plazo suponiendo ejecución de políticas públicas a cinco, diez o veinte años. Por ejemplo, el flagelo de la desocupación y la informalidad necesita abordarse desde la creación de miles de pequeñas y medianas empresas que generen empleo genuino, empezando con dicha política en los primeros actos de gobierno.
En relación a la producción del sector agropecuario, es imprescindible crear miles de nuevas explotaciones con los más diversos productos en función de cubrir la demanda interna, nacional e internacional, en un mundo que demanda en forma creciente alimentos e insumos para la industria. En Jujuy existen más tierras aptas con aptitud agrícola “tipo A” que están ociosas que el total de las que están explotadas, ni que hablar de las 600 mil hectáreas con aptitud forestal cuando el total de lo que hoy está implantado no supera las 18 mil hectáreas. La forestación, que no implica destruir las especies nativas de gran calidad, puede ser combinada con silvi-ganadería en gran escala. Lo más llamativo de los últimos 32 años de política es que jamás se fue al encuentro, sin mención alguna, a la ley 3.108 (año 1973), de expropiación con fines de utilidad pública, en la cual se puntualiza el caso de la tierra. De haber existido un plan para la aplicación de esta ley en función del aprovechamiento total de los recursos naturales el plan para la obra pública prioritaria y concomitante hubiese estado dirigida a dotar de toda la infraestructura necesaria para hacer posible el suministro de agua, canalizaciones, embalses, agua del subsuelo, etc. Nada de esto ocurrió.
Por tanto, de cara al proceso electoral en curso y al futuro inmediato, enumeramos cuatro cuestiones para modificar la estructura productiva y ocupacional de Jujuy. Previamente, habiendo señalado la base del problema estructural productivo, destacamos que la estructura ocupacional que se deriva de ella -según los datos recientemente conocidos en el Anuario Estadístico correspondiente al año 2010, publicado, en buena hora, por la Dirección Provincial de Planeamiento, Estadísticas y Censos (DIPPEC)- a dicho año la actividad privada creadora de bienes ocupaba 49.325 personas (sin contar la industria de la construcción), en tanto que el Estado contaba con 75.308 agentes (administración central y municipal). Teniendo en cuenta la Tasa de Actividad difundida por la DIPPEC en junio de 2015, y con la misma estructura productiva del año 2010, es posible calcular que en la actualidad existen aproximadamente 100 mil personas que reciben algún tipo de subsidio a la desocupación y aproximadamente unos 60 mil cuentapropistas informales. Es muy probable que la deformación estructural de la relación entre ocupaciones en el sector privado y público y la cantidad de desocupados a cinco años del registro del Anuario se haya agravado.
Modificar seriamente esta estructura productiva y ocupacional requiere al menos abordar cuatro temas y propuestas básicas:
- Política industrial basada en la creación de miles de pequeñas y medianas empresas (PYMES) que son las generadoras de trabajo genuino, que sumadas pueden ir suplantando progresivamente la población desocupada. El objeto de producción deberá estudiarse y decidirse en un Consejo de Planificación con estudios de demanda local, nacional e internacional, de todo tipo de bienes y servicios.
- Uso pleno de los recursos naturales, en donde la tierra apta, agrícola-forestal y ganadera debe ser objeto de aplicación de la Ley 3.108, lo cual implica abordar el tema de uso y tenencia de la tierra, lo que igualmente debe ser acompañado de un plan productivo y de construcción de obras de infraestructura que lo haga posible.
- Recreación del Banco Provincia de Jujuy, como Banca de Fomento, con directorio de trabajadores y empresarios locales de reconocida trayectoria y honestidad para otorgar créditos a emprendedores a largo plazo y bajo interés, cuyo fondeo de Capital debe estar vinculado a la política impositiva provincial.
- Modificación del Código Tributario Provincial, que sea el marco de un tipo de Ley Impositiva Anual que grave con el criterio fiscal de la capacidad de pago a quienes logran importantes ganancias en la actividad que desarrollan en Jujuy pero que dejan muy pocos impuestos en la Provincia, dicha política impositiva debe tener un doble objetivo: depender menos de los recursos de origen nacional y disminuir la presión impositiva a los pequeños y medianos productores, industriales, comerciantes, profesional y a la población en general».
*Candidato a diputado provincial en primer término por Unidad Popular, Lista 72.
Fuente: www.jujuyaldia.com.ar