Hace 18 años la CTA realizó una presentación ante el Juez Baltasar Garzón, de España, con la denuncia para que se declarara como genocidio el asesinato y desaparición forzada de miles de compatriotas. La comisión estuvo integrada por: Víctor De Gennaro, Marta Maffei, Víctor Mendibil, Alberto Morlachetti, Juan Carlos Caamaño y Alberto Pichininni. Colaboraron en la redacción de la denuncia: Claudio Lozano y los Doctores Juan Carlos Capurro, Horacio González y cientos de compañeros de todo el país que aportaron los datos filiatorios de más de 9 mil trabajadores asesinados y/o desaparecidos.
Por tal motivo, en CTA Capital, se realizó una charla debate, donde los compañeros “Pepe” Peralta, Sec. Gral. CTA Capital, y Margarita Noia, Sec. de Derechos Humanos CTA Capital, actuaron como maestros de ceremonias.
Ente los oradores estaba Claudio Lozano, diputado (M.C.) por UP, quien argumentó: “La doctrina represiva era un salto respecto a la doctrina de seguridad nacional, la cual planteaba la necesidad de contener a los movimientos populares. En cambio, la que se aplicó decía con todas las letras que era imprescindible aniquilar a las organizaciones populares”.
“En ese marco”, sostuvo Lozano, “el aniquilamiento implicaba que la estrategia económica a adoptar no buscaba resolver conflicto económico alguno, sino que estaba dirigida a desmontar las producciones productivas que habían hecho posible en la Argentina, el desarrollo y la fortaleza del movimiento obrero y la creación de alianzas sociales que habían cuestionado el poder, la distribución del ingreso y la riqueza de nuestro país. Así que, el hecho de que la economía fuera parte de la doctrina del terror como condición para refundar la estructura económica social y política en la Argentina es un punto distintivo que marcó el planteo de nuestra Central en la fundamentación de lo que se presentó ante el juez Garzón”.
Lozano prosiguió: “Y pusimos blanco sobre negro en algo que también estaba oculto y es que en la Argentina también había habido resistencia y que en el marco de esa clandestinidad había habido resistencia de los trabajadores antes y después del paro del 79 y de la jornada histórica de marzo de 1982. Esa resistencia daba marco a través de figuras de presencia ilegal. de agrupaciones que daban batalla a pesar de la ilegalidad daban marco a la lucha de nuestros organismos, nuestras madres y abuelas de Plaza de Mayo quienes no estaban solas”.
En momento del su alocución, el dirigente de UP CABA mostró el paralelismo entre el golpe y este nuevo gobierno: “La realidad que es que hoy no tenemos a Martinez de Oz frente al Ministerio de Economía, sino a Macri en la Presidencia de la Nación, ganando con votos. También está el hecho que el 52% de los funcionarios vinculados a este gabinete están vinculados a las grandes empresas nacionales y extranjeras y a bancos trasnacionales. Estos actores están armando un modelo de ajuste que implica devaluación, tarifados, despidos y agresión al conjunto de nuestro pueblo. Y que, el 24 de marzo, esté planteada la visita de Obama en Argentina. Todo esto hay que poner en línea con la definición que planteábamos en aquel momento. Y hay que asociarlo también con el paro nacional del 24 de Febrero como respuesta organizada a los despidos a nivel del Estado, en una marcha que sorprendió por sus características, su dimensión y el conjunto de fuerza. Hoy estamos haciendo una Jornada Nacional en todo el país. Más la gran movilización del 8 de marzo, por el día de la mujer. Y la masividad que tendrá el 24 de marzo de todas las plazas de la Argentina”.
“Ellos”, concluyó Lozano, “a pesar de todo, también tienen dificultades. Para ir a fondo con el ajuste o de avanzar represivamente por más protocolo que quieran instaurar. Ellos saben que el costo político de cualquier de estas definiciones es muy alto. Y este costo está marcado por las condiciones que nosotros podremos imponer. Este nuevo ciclo está mostrando que poder económico pudo instituirse legalmente por el voto de la gente y gobernar en democracia. Pero que al mismo tiempo tenemos gran agilidad en nuestras organizaciones para reaccionar. Lo que nos debemos es un debate entre nosotros sobre las estrategias del campo popular para hacer posible la perspectiva de iluminación que necesita nuestro pueblo”.
Luego tomó la palabra Víctor De Gennaro, diputado nac. (M.C.) recordó cuando la comitiva, de la cual formó parte, se reunión con el Juez Garzón: “Le dimos al juez más de 5.000 folios donde estaba la historia que los compañeros habían hecho. La mecanógrafa comenzó a tomar nota, y yo lo miré a Garzón y le dije que no creía en ningún juez, en ninguna justicia de este país. Y nos costó venir acá muchísimo. Tuvimos que sacar el prejuicio de que creer que puede existir una justicia. Así que Garzón le pidió a la taquígrafa que se fuera para que pudiésemos charlar. Estábamos emocionados y lloramos mucho durante la audiencia. Cada uno sabía lo que se estaba jugando 20 años después. Con todo lo que peleamos antes hasta en un principio no entendí que habíamos tenido un genocidio. Habíamos tenido una dictadura asesina, militares corruptos y torturadores. Pero el genocidio es otra cosa. La voluntad definitiva para someter una clase o pueblo. Y el genocidio se lo gana sobreviviendo”.
Finalizó la mesa, Víctor Mendibil enumeró una serie de decretos y leyes creadas para ilegalizar, convertirnos en delincuentes y finalizó explicando: “Fue una ingeniería creada para ilegalizar, para convertirnos en delincuentes por salir a enfrentar las políticas que se daban en ese momento y plantear la recuperación de los compañeros desaparecidos, detenido o exiliados”.