Presentamos el Informe “Despidos, Burocracia de los CEOS y Cambios en las Funciones del Estado”, elaborado por Claudio Lozano.
“El gobierno ha ampliado la estructura organizacional del Estado. El Ministerio de Modernización, dispone de 4 Secretarías y 9 Subsecretarías cuando en la administración anterior dichas funciones eran realizadas por 1 subsecretaría y 3 direcciones. Por su parte, el Ministerio de Seguridad posee un total de 6 Secretarías y 17 Subsecretarías, cuando en la administración anterior tenía 3 Secretarías y 11 Subsecretarías. Otras dos áreas que vieron incrementa su estructura organizacional fuertemente son el actual Ministerio de Transporte que pasó de 5 subsecretarías a 11 y el actual Ministerio de la Producción que pasó de 5 subsecretarías a 14.”
Para Lozano, “el Plan de Modernización y la creación de un Ministerio con el mismo nombre, el despido de más de 10.000 empleados, la incorporación de una gran cantidad de CEOS y empresarios en puestos directivos, y la creación de nuevos Ministerios, Secretarías y Subsecretarías, junto con el cierre y/o desarticulación de distintas áreas, impulsan una reconfiguración en el perfil y organización de prácticamente todas las áreas del Estado Nacional.”
Las primeras conclusiones que pueden extraerse de lo hasta aquí ocurrido son las siguientes:
-En términos generales, lo que se observa es que el gobierno de Mauricio Macri ha incrementado la cantidad de cargos directivos con respecto a la administración anterior. En efecto, se observa un aumento en la cantidad de Ministerios (pasaron de 17 a 21), en la cantidad de Secretarías (de 65 a 80), y también en las Subsecretarías (de 167 a 196).
-A nivel ministerial, el Presidente Macri dispuso la creación de 4 nuevos Ministerios que previamente existían con rango de secretaría (Ambiente y Desarrollo Sustentable, Comunicaciones, Transporte) y subsecretaría (Modernización). Asimismo, el Ministerio de Energía y Minería está compuesto por dos secretarías del anteriormente Ministerio de Planificación Federal mientras que las Secretarías de Vivienda y Obras Públicas fueron transferidas al actual ministerio del Interior.
-Como se ha dicho, el nuevo gobierno ha incrementado los cargos jerárquicos también a nivel de Secretarías y Subsecretarías. Algunos casos llaman la atención por la amplia estructura organizacional que se ha dispuesto. En el caso del actual Ministerio de Modernización, éste dispone de 4 Secretarías y 9 Subsecretarías cuando en la administración anterior dichas funciones eran realizadas por 1 subsecretaría y 3 direcciones. Por su parte, el Ministerio de Seguridad posee un total de 6 Secretarías y 17 Subsecretarías, cuando en la administración anterior tenía 3 Secretarías y 11 Subsecretarías. Otras dos áreas que vieron incrementa su estructura organizacional fuertemente son el actual Ministerio de Transporte que pasó de 5 subsecretarías a 11 y el actual Ministerio de la Producción que pasó de 5 subsecretarías a 14.
-Las evidencias empíricas aquí expuestas permiten poner en duda el discurso del gobierno nacional centrado en la necesidad de “despolitizar” la administración estatal para un adecuado funcionamiento. En efecto, como ha quedado demostrado en este trabajo, el nuevo perfil de la estructura burocrática tiene como una de sus características principales el incremento de los cargos jerárquicos, lo que implica entonces una mayor politización.
-En vinculación con el punto anterior, cabe decir que tal vez como nunca antes en la historia, el gobierno de la coalición Cambiemos ha incorporado a la función pública, en puestos directivos y estratégicos, a una gran cantidad de empresarios y CEOS provenientes del sector privado. Al respecto, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, fue Presidente entre 2003 y 2015 de la petrolera Shell; Guillermo Dietrich, ministro de Transporte, tiene una vasta trayectoria empresarial en el negocio automotriz; y el Secretario de Comercio, Miguel Braun, pertenece a una familia propietaria del supermercado La Anónima. Son solo tres ejemplos de una lista amplia en la que no solo se pone de manifiesto probables conflictos de intereses sino también una lógica de reparto de dependencias estatales entre los diferentes intereses empresariales y corporativos. Ello entraña el riesgo de que el Estado pierda coherencia estratégica en sus acciones, al quedar comandado, en sus distintas áreas, por lógicas sectoriales distintas e incluso contrapuestas.”
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